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Agradecía el clima fresco de aquella noche, pero más que nada agradecía que aquella división de equipos terminara con el lejos de su padre esta vez. Aún así todos en el grupo podían escuchar la voz de Endeavor en sus oídos y responder a sus preguntas cuando era necesario, gracias a unos pequeños dispositivos ubicados en sus oídos.

- Calle cuatro despejada - afirmó con voz firme un chico delante de Shoto luego de terminar de recorrer una calle pequeña de una zona residencial.

- Centro de la ciudad despejado, por completo - dijo la voz de uno de los profesionales en su oído. Shoto distrajo su mirada hacia un callejón al final de la calle, se separó del grupo sin que estos lo escucharan, algo se movía allí, comenzó a adentrarse en el callejón hasta llegar al final de este, realmente algo se movía, pero no era a quien buscaban, era un pequeño felino que había dado a luz en aquel rincón del callejón.

Salió del callejón y observo a su grupo quienes lo buscaban con la mirada

- Despejado, es solo un gato que ha tenido sus crías en el callejón - dijo bajando la mirada.

- ¿Deberíamos llevarlos a algún refugio o algo así? - pregunto una muchacha, la única chica del grupo

- No por ahora - dijo la voz de Endeavor en sus oídos. - una vez terminemos la ronda pueden volver por ellos - el tono de su voz denotaba el enojo que tenía - Tenemos otras prioridades.

Continuaron su patrullaje, ya sin demasiados ánimos, ninguno de los equipos encontraba algo y comenzaban a frustrarse.

- Despejado, eso fue lo último de nuestra zona - dijo una voz por el auricular, con un suspiro audible. - volveremos a la agencia

- Entendido - respondió el otro grupo mirándose entre ellos

- solo nos queda esta área - dijo uno con resignación - terminemos esto pronto

Aquella era la señal para dividirse y acabar con la misión. Shoto se alejó del grupo con un suspiro, ya solo quería acabar con esto y dormir. Estaba cansado de sus clases, del entrenamiento extra y las prácticas. Comenzó a recorrer una calle, donde solo vio gatos callejeros y perros comiendo de la basura. Pasó frente a un callejón que había sido revisado, supuestamente, por uno de sus compañeros y antes de seguir de largo se detuvo. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al observar un bulto a lo lejos al fondo del callejón.

- Hay algo aquí - dijo en un susurro, y adentrándose lentamente.

- No es nada ya lo he revisado - dijo con voz cansada el chico que supuestamente había revisado.

Shoto lo ignoró y siguió su camino hacia el fondo del callejón, cada paso que daba estaba más seguro de que había algo ahí.

- Hay alguien - dijo en un susurro que el resto de su equipo pudo escuchar gracias al auricular. 

Era una persona, de eso podía estar seguro, su cuerpo encogido, acurrucado para protegerse de las bajas temperaturas que en aquel momento se empezaban a notar. Intentó ser sigiloso, sus pies ligeros evitaban hacer ruidos innecesarios. Llegó a un lado del cuerpo, respiraba, lo notaba por el movimiento de su tórax, estaba demasiado encogido para lograr ver su rostro, pero su cuerpo era pequeño, no media más de un metro cincuenta y cinco.

- Es una chica - dijo en un susurro, que creyó fue en un mente.

Estiró su mano para alcanzarla y mover la capucha que llevaba puesta, cicatrices en su rostro, piel blanca, cabello negro.

- Es ella - dijo en un susurro aún más bajo que el anterior, el grupo se removió inquieto.

- ¿Que están esperando? Atrápenla de una vez - dijo Endeavor en sus oídos.

El grupo estaba paralizado, literalmente, pues con el mismo sigilo que había llegado hasta ahí, envío una  ráfaga de hielo que congelo los pies de sus compañeros, quiénes lo miraron con aprehensión. Llevo un dedo índice hacia sus labios y solo suspiraron enojados. Entendían que siendo sigilosos no habría necesidad de temer por una batalla. Si lograban capturarla mientras dormía no había riesgos para la misión.

Destapó un poco más su rostro con cuidado, se le revolvió el estómago al pensar que aquella chica no tenía más de 16 años, ¿que había salido mal en su vida para acabar en aquel lugar a tan temprana edad? Mientras él y sus compañeros buscaban la forma de ser héroes, que llevaba a personas como ella a querer o acabar siendo villanos.

Sin darse cuenta y mientras estaba distraído con sus conjeturas en su mente unos ojos lo observaron con miedo, unos ojos verdes, oscuros y profundos se clavaron en los suyos.

- No tengas miedo - dijo en un susurro - no te haremos daño. - pero su equipo no podía decir lo mismo, la chica notó a su alrededor como cinco personas más se acercaban a ellos, el hielo ya lo habían derretido y se habían acercado con la misma ligereza que Shoto en su momento.

La muchacha se removió inquieta sentándose de forma brusca. El escalofrío en su espalda fue aun peor cuando la miró de aquella forma, era una niña asustada, las heridas en su rostro, las ojeras marcadas bajo sus ojos, la delgadez de su cuerpo, que se  notaba aún con la sudadera grande  que llevaba, todo eso provocaba escalofríos en su cuerpo y lo inmovilizaba, todo aquello lo nubló, y solo reaccionó cuando escucho el grito de uno de sus compañeros. Pero ya era demasiado tarde. Sintió su visión nublada, su cerebro como si fuese abrumado por imágenes pero solo distinguió una imágen, la de su madre, aún joven, recibiendo un golpe en el rostro, con una frase de fondo, que no pudo distinguir, pero tenía muy claro que era la voz de su padre.

Paralizado con esta imagen no pudo continuar, y solo recobró su conciencia cuando la muchacha quitó su mano de sobre la suya. Alejada de él por el resto del equipo.

Se busca [BNHA, Shoto & OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora