CAPITULO UNO: DECISIONES

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Ya han pasado unas semanas desde que aquel hombre de peculiar cabello turquesa, había salido del hospital por segunda vez. Ahora solo estaba recuperándose, poco a poco sus ojos volvían a ver bien de nuevo, después de tantos años. Sorprendente, su recuperación fue todo un éxito. La manera tan rápida en la que se mejoró sorprendió a los doctores pero alegró muchísimo a sus amigos. Jumin suspiraba de alivio al verlo mejor en cada visita. ver como el color de la vida vuelve a él. Como con el pasar de los días, podía hablar mejor, contarle los hechos que le pasaron con Rika. Era un vía crucis que vivió. Un laberinto que ya no sabía donde inició. Pero sentía como ese Jihyun iba cambiando, y siempre estaba esa mujer. Isa siempre estaba acompañándolo, ayudandole con las comidas, las medicinas, las almohadas, en las caminatas diarias y demás. Jumin se daba cuenta como sus ser brillaba cada vez que la veía, que la tenía cerca. Como poco a poco se iba notando un rubor en sus mejillas, pero no diría nada. Aún habían pasado muchas cosas, muchas por procesar.

Pero así era, aquel chico de cabellos turquesa esperaba que esa muchachita venga verlo, a sonreirle y a preguntarle si estaba mejor. Aunque le había prohibido que se quede a dormir. No quería exponer su salud por él. Ya había sido suficiente de eso con su anterior cirugía. Ahora ambos debían recuperarse. En especia él, en cuerpo y alma. Ojalá el alma sanara tan rápido como el cuerpo. Pero sabía que le tocaba pasar por un proceso lento, difícil pero necesario. Necesario para poder encontrarse así mismo, para poder amarse, y para poder amar.... amarla a ella. Sentía que quería darle todo eso, todo esas emociones que tenía en el pecho pero se controlaba en decirle, aún no era hora. Aún no era momento. Y no quería quemarla con su sol, no quería. Quería rodearla de calidez pero no asfixiarla.

Le llegó un correo, era la confirmación de su boleto de viaje, aquel primer paso para encontrarse consigo mismo. Y tenía miedo, porque nunca había una fecha de regreso. Como diría Jumin, no era un contrato. Donde las partes acuerdan una fecha de inicio y una fecha de finalización. No lo era. Pero, nada más quedaba.  

⁃    ¿acaso ella te volvió a escribir? -le pregunta.

⁃    ah... Jumin, buenos días -le sonrió algo sonrojado- qué cosas dices...

⁃    digo lo que veo -arreglándose la corbata- te veo ahí sentado, con tu café y sonriendo al celular... ¿o es que Seven le hizo otra broma a Yoosung?

⁃    jaja no nada de eso.... ninguna de las dos, Isa... esta en el trabajo ahora. Aunque me envió un mensaje, Seven le creó sus emoticones, ¡mira! -le mostró el celular

⁃    ya veo - se acercó para mirar- "que tengas un hermoso día y no olvides tus medicamentos >:3" interesante....

⁃    J-jumin!!! te dije que vieras! N-no que leyeras! -poniéndose rojo y apartando de su mirada el teléfono.

⁃    Bueno, es inevitable. No te preocupes... se nota que ella corresponde a tus sentimientos -sentándose en la otra silla y destapando su desayuno.

⁃    .... ella... es maravillosa.... -bajó la mirada- Gracias por dejarme quedarme aquí, en tu casa, no... no quería ni podía quedarme en la mía.

⁃    Te he dicho que por eso no te tienes que preocupar. Comprendo completamente porqué no quieres estar ahí. Son demasiados recuerdo con Rika... -suspira- incluso ahí... te lastimó los ojos... imperdonable -frunciendo el ceño

⁃     ...ambos estábamos mal.... y prefiero dejar eso en el pasado. Esa casa, tiene el mismo tiempo que estuve con ella. Quiero otra casa, donde construya recuerdos hermosos, días soleados, quiero...

⁃    ...¿Hacerlo con Isa? -¿como diablos es que su amigo le quitaba las palabras de la boca? A lo que el muchacho se volvió a sonrojar nuevamente y desviaba la mirada- por el tiempo que la conocemos, puedo decir que dio un giro a tu vida, como a las nuestras. Bien dicen que momentos de crisis en las compañías, necesitan de nuevas y refrescantes medidas -comiendo un poco de fruta

⁃    jejeje ¿estas comparando a Isa con tu compañía? -sentía un poco de sudor en la nuca- ella es grandiosa...

⁃    ...si logró salvar a mi mejor amigo del acantilado, tiene todo mi agradecimiento por vida

 ⁃    gracias... enserio, no sé que hubiera sido de mi sin ustedes -aclaró su garganta- me llegó mi boleto de avión -confirmó

⁃    ¿tan rápido? -lo dijo mientras una bolita de pelos le sobaba las piernas por atención.

⁃    si... siento que debo irme por un tiempo, saber quien soy. Poder... poder amarme.

⁃    ... si sientes que eso es lo que debes hacer -poniendo entre sus piernas a Elizabeth III- Hazlo. Sabes que te apoyaré si eso es lo que necesitas.

⁃    gracias, Jumin. No cabe duda que tienes un hermoso corazón.

⁃    quien tiene un hermoso corazón es Elizabeth III -acariandola- pero... ¿se lo has dicho a Isa?

⁃    Si, si. De hecho, hable con ella en primer lugar antes de comprar los boletos -suspirando- pero un parte de mi tiene miedo...

 ⁃    ¿miedo?¿te duele algo?¿quieres que llame al doctor?

 ⁃    no, no jeje tranquilo. No es nada físico. Nada de eso, más bien... es por Isa.

⁃    ...

⁃No sé cuanto tarde que yo me encuentre a mi mismo, incluso lo he hablado con ella. Sé... sé que sus sentimientos son míos ahora mismo. Pero aún no es nuestro momento, y... si me voy.... ¿seguirán así de fuerte...? O incluso, ¿seguirán ahí para cuando vuelva?No... no quisiera imaginar eso, pero... sería lo más normal. Isa es una mujer maravillosa. Sería normal que cualquier hombre se fijara en ella... y... le de lo que yo aún no puedo darle... yo... -fue interrumpido

⁃lo que yo creo -acariciando la cabeza de su gata- viéndolo a ustedes dos, que ninguno podrá olvidarse del otro de simple manera. Viendo lo decidida que es Isa, te esperará. Y tú lo has dicho, "aún" no le puedes dar, lo que no significa que nunca lo harás. Deja que el tiempo se encargue, V.

⁃Jumin... -le dedicó una leve sonrisa, y se sintió mucho más esperanzado que antes. Era verdad que él no tenía un boleto fijo de regreso. No lo podía decirle a ella que dentro cierto tiempo regresaría por ella. Con mucho más razón no podía decirle que... decirle esos sentimientos que tiene ahí, dentro de él. Era difícil. Quería en cierto modo marcarla como suya, así que nadie ni intente acercársela. Pero no podía, no podía arrastrarla por un sentimiento egoísta. Por eso, quería empezar ese viaje cuando antes, era un día menos estando lejos de ella.

Se despidió de su amigo, él cual ya iba a trabajar. Como siempre. Se fue al sofá y programó su primer punto. Tenía que reservar una cita en la una clínica de Londres especialista en oftamología. Su operación fue de lo mejor, lo atendió uno de los mejores oftalmologos del mundo, pero era preferible que fuera a Londres para unos equipos de ultima generación. Además, ese doctor radicaba ahí. Y solo hizo ese viaje por pedido exclusivo de Jumin. ¿qué sería de su vida sin su mejor amigo? Incluso él fue el que le dijo que se acercara a su mamá cuando no lo hacía de más joven. Y ahora le daba esa esperanza con Isa. Por ello, también tenía que estar completamente bien con respecto a sus ojos, sería un tratamiento no severo pero que necesitaban cuidados. Podría quedarse pero, necesitaba irse. Reservo un pequeño departamento cerca del centro de la ciudad, donde tenga acceso más rápido a las vías de transporte. Y así planificó el itinerario. Entraba al chat y leía a los muchachos, los cuales siempre paraban animados. Y siempre las "peleas" entre Jumin y Zen. Ambos pareciendo niños chiquitos. Se reía, y ahí estaba ella. Conectada e intentando ser imparcial. Riendo e intentando adaptarse a los emoticones que el Choi le había hecho. Eran preciosos, ella... era preciosa. 

Y así pasó su día, hablando con ellos, arreglando las últimas cosas para su viaje. Todo ello y claro, las llamadas que tenía con Isa. Sabía que estaba trabajando en la universidad donde estudió en una investigación. Ella le decía que quería comentarle más pero el profesor a cargo de la investigación dijo que le cortaría la lengua si lo hacía. Se moría de risa de las cosas que ella le comentaba. Las anécdotas de un día común, incluso cuando sus palillos se partieron por la mitad. Reía tanto que a veces lloraba de la risa. ¿Desde cuando podía hacer eso?¿Cuando..? Mejor dicho, ¿algunas vez rió así? No lo recordaba, no lo sabía. Pero sabía que quería un futuro mejor, cálido donde esas risas nunca falten, donde la anécdota de los palillos nunca falte, la quería a ella por sobre todas las cosas. Y solo tenía que esperar que el mañana llegue. Y para que eso pase, tendría que dar ese primer paso.

HASTA VOLVER A VERNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora