CAPITULO CUATRO: LIBERA TU ALMA

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Los primeros copos de nieve empezaban a caes, poco a poco iban cayendo uno tras otro. Como si de una batalla se tratara para llenar toda aquella ciudad de blanco, cubrir cada color de un manto blanco. Incluyendo a todo aquel que estuviera en ella. Era un anuncio de que llegaría en unas semanas las fiestas por fin de año. La gente se preparaba, las tiendas poco a poco iba cambiando su decoración de hallowen por la época que le pone fin a otro año: Navidad. Tiempo para pasar en familia, con amigos y sentir su calor, su cariño. Aunque claro, época donde se reciben regalos, algunos hacen la tradición del intercambio. Pero más importa que todo lo mencionado era que, significaba vaciones para los estudiantes de todos los grados. Los de gardín, los de primaria, los de media y obviamente tambien los universitarios. Esto incluía a ese chico de cabellos rubios. El cual caminaba por las calles de Corea. Miraba al cielo, estaba gris pero pudo sentir como los copos de nieve intentaban conquistar su rostro. Se limpió con sus manos y siguió caminando, viendo a la gente abrigada, a otros entrando a cafés para algún dulce o bebida caliente. Se le antojaba un chocolate caliente en ese momento pero no podía, tenía clase dentro una hora y al paso que iba, llegaría a la hora exacta... esperaba. Además, había decidido dejar un poco los dulces. Suficiente tenía con ir a tomar algo con Zen de vez en cuando. Ya tenía toda el griterío de la RFA tras de él. Incluso de V que ya hacía más de 7 meses fuera del país. Pero... lo necesitaba. Necesitaba un poco de la bebida para desahogarse de su dolor. De saber que vivió en una farsa. Que quiso a Rika más que como prima, la veía como una hermana mayor. Una digna de ser seguida, con buen corazón, con buenas acciones. Hermosa como ninguna, que brillaba por si sola ante sus ojos, ante los de V, ante los de la RFA. Era ese impulso, esa guía que el necesitaba y ahora no estaba. Mejor dicho, nunca estuvo. Ella simplemente lo uso, nunca lo quiso como él esperaba, la RFA solo fue un instrumento para que ella se satisfaciera. ¿Alguna vez de verdad fueron familia?¿Alguna vez ella lo vio como su primo? Tenía un nudo en la garganta, se detuvo en medio de toda la multitud y respiró profundo. Aún le dolía. Le dolía que él fuera quien la entregara a la justicia. Le dolía que en ningún momento ella se arrepintió de lo que hizo, que lastimara más a V, que usara a Isa para infiltrarse en la asociación. Y más aún, le dolía que nunca la conoció de verdad. Nuevamente miró al cielo, "esos copos de nieve....¿pueden congelar mis lagrimas?" pensó. Quería dejar de pensar en ella, en todo lo que significó en su vida, por ella hizo grandes cambios. Hasta ir a una universidad tan exigente, tan alejada de todo. De sus padres, de su familia, quería ir y esconderse en el regazo de su mamá, llorar hasta que no queden más lagrimas. Pero estaba por entrar a examenes finales, a un paso de ser un estudiante de segundo año. ¿Por qué decidió ser veterinario? Su promedio era bueno, podía elegir cualquier carrera pero eligió ser veterinario, pero fue por una promesa a Rika. Entonces, si ella nunca fue real, ¿qué hacía ahí estudiando eso? Suspiró. Y siguió caminando.

Siguió de frente hasta llegar a la próxima esquina pero una tienda le llamó la atención. Donde se mostraban diferentes televisores de última generación. Para probar el matiz de sus colores había puesto un reportaje donde hablaban de la cancelación de la fiesta organizada por la RFA. En cómo quedaba dañaba la imagen de esta y "¿sería posible realizar otra fiestas con este bochornoso incidente?", fue el comentario final. Ya habían pasado como... ¿8 meses? Nadie en el grupo había dicho si se realizaría otra vez una fiesta, ni si quiera Isa. Que ahora era la coordinadora. Y claro, V que era él líder, no se encontraba en estos momentos. No podia evitar negar, desde que ella se volvió miembro oficial, las cosas eran más amenas. Más pasables, no era Rika. Era una chica completamente diferente pero, como si tuviera un polvo mágico, hacía que la situación se sienta menos deprimente. Además, Jumin se había encargado de todo ello. Él era asombroso, su comportamiento no cambio, no se amilanó por lo sucedido con Rika, y al igual que Isa, estuvo ahí para apoyar a V en toda su recuperación. En cambio él, solo fue a casa de Zen a llorar, ¿qué tan patético se ve? Se ofuscaba, y lo peor era ese "tic tac", tenía que ir a clases, eran las últimas antes de sus finales. Pero ¡diablos! ¿que importaba si no iba?

HASTA VOLVER A VERNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora