CAPÍTULO OCHO: CERCA

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¿Desde cuando el frió del piso puede ser tan relajante?¿Qué tan cansado uno puede estar que se conforma con eso?¿O será que de tanto trabajo ya se murió? No no, sintió su pulso. Así que no era eso, solo era el cansancio de una larga jornada de consultas y cirugías. ¿Qué día empezó este vía crusis?¿Dos o cuatro días? Perdió la cuenta de tantos rostros que atendía. Capaz eso le hacía una persona menos sentimental y el robot salía para atender a todos los pacientes. Pero tenía que ser eficiente. Apenas algunos meses atrás, le dieron permiso para volver a sus labores.

Quedó como anillo al dedo, fue justo semanas después de que él se fuera. Cuando lo vio partir para encontrarse así mismo. Ella quería decirle que no se vaya o que la lleve. No tendría problemas, quería estar con ese chico de cabellos turquesa pero entendía que de nada serviría ir. No tendría sentido, era necesario este distanciamiento. Aunque le dolía, ¿qué le dolía más?¿el que él no este o ese frío piso de hospital? Cuando ella quisiera se podría poner de pie y resguardarse, ya no sentiría ese dolor, ese malestar, ese frío. ¿Pero como calmar su corazón? Aquel que le hacía extrañarlo. Querer verlo aun quesea un minuto, uno más. Poder perderse en sus hermosos ojos, la calidez con que V la miraba. Esa gentileza que él siempre le daba. Incluso llegar a pedirle a Jumin que cuidara de ella por si a él le pasara algo. Suspiró. ¿Por qué se sentía así últimamente? Su corazón dolía. Y claro, acepto que él se fuera. Era necesario pero... donde sea que esté, ni sus llamadas ni mensajes entraban. Ni un mensaje. Quería saber de él. Y la última conversación que tuvieron, el dijo que estaría alejado, que era preferible que no hablaran por un tiempo. Por la poca señal que tendría al lugar que iba, pero... ¿si él en sí se estaba alejando poco a poco de ella? Si al descubrirse a él mismo entendía que ella no era la mujer indicada.

Tantas cosas pasaban por su cabeza. Y en cansancio del trabajo no ayudaba. Pensó que atiborrándose de mucho trabajo, no pensaría en V. Que en cuestión de nada, lo tendría de vuelta. Pero ahora lo dudaba, incluso... ¿él era real?¿de verdad habían pasado todas esas cosas con la RFA? Cuando esa dudas entraban a su cabeza, lo buscaba en Internet. Y ahí, podía verlo. En fotos. Él en una que otra exposición de sus fotografías pero en todas esas, siempre salía la prometida Rika. Él de verdad se veía tan feliz, sin necesidad que ella halla aparecido en su vida. Pero como son las máscaras que uno pone ante la sociedad. Él mismo le dijo, que nadie veía más allá de esa fachada de fotógrafo. Solo ella pudo destruir ese muro a su alrededor y verlo como es. Un hombre con muchos miedos e inseguridades pero que era un ser hermoso, cariñoso, tierno que solo pedía un poco que cariño, lo amó. Su corazón le pertenecía. Pero, ¿qué clase de V es el que volverá? ÉL nunca dijo que la amaba, si que quería iniciar una nueva vida pero... uno puede iniciar una nueva vida con amigos, mascotas y demás. No había cuestión amorosa.

A sus 25 años era una completa estúpida. Estar ahí en el piso, cansada y seguía pensando en él.Alejó eso pensamiento de su cabeza. Tenía aún trabajo por terminar. Había salido de una cirugía muy agotadora y se fue a dormir en algunas camillas. Pero sería la presión o que, algunos se tiró en el piso. Aunque era normal que faltaran camillas. Era temporada de vacaciones, era normal que hubiera más accidentes en general. Se puso de pie, sacudió su ropa y fue a una maquina expendedora. Necesitaba alguna comida. Mejor dicho, algún dulce. Saludo a algunos colegas. Algunos le volvían a felicitar por regresar a cirugía. Y claro, prácticamente estuvo sin operar por algo de 11 meses. Nunca pensó que hacer un voluntariado a tierras africanas terminaría con una masacre.

Ella atendía a la gente. Mujeres, ancianos, niños. De todo, era muy caótico pero ver como esa gente tenía un poco de esperanza y que sus estudios sirvan de algo, le hacían sentir bien. Así estaban por 2 meses, hasta que una noche. Unos rebeldes, otros dicen que eran terroristas, empezaron a tirar bala a todos buscando al bando contrario. Era una pelea entre estos grupos pero con gente inocente de por medio. Pero el problema es que justo había llegado una escuadrón de los Estados Unidos. Fue poner a los enemigos cara a cara sin esperarlo. Tenían que resguardar a los civiles, e intentar escapar de ahí. En el precario lugar donde los atendía, se movía con cada bomba que explotaba. Un grupo de médicos de otra sección se marcharon. Pero el de ella aún se quedaron. No podían dejar a a esa gente. Hasta que una bomba explotó en aquel lugar, el techo se empezó a venir abajo. No supo cómo ni cuando pero un gran bloque de concreto le cayó en su espalda. Lastimando los nervios y tendones. El dolor era agudo, infernal.

HASTA VOLVER A VERNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora