HASTA VOLVER A VERNOS

CAPITULO SEIS: LLAMADA PERDIDA

Antes que nada quiero pedir disculpas si el capítulo está mal "formateado" pero mi laptop no ayuda, siento los inconvenientes. Sin más que decir, espero que les guste.

La gente iba de un lado al otro, con paquetes, con niños de la mano, con pasteles, con una infinidad de cosas que consideraban necesarias para la gran noche y que no podían faltar bajo ninguna circunstancia: La noche buena. No importaba en qué lado del país estabas o en qué país estés. Siempre esas horas previas son un ir y venir de las multitudes. Incluso en aquel pueblito lejano de Noruega. Los pueblerinos corrían de un establecimiento a otro por leña, leche, con pastelillos de un local, abrigados por la nieve que empezaba de nuevo a caer poco a poco, como si de caricias se tratasen. Anunciándoles que una nevada se acercaba.

Aquel muchacho que ya llevaba 10 meses lejos de Corea, era parte de esa multitud, por así decirlo. No tenía prisa, caminaba despacio, nadie lo esperaría en esa cabaña. Tampoco es que se sintiera mal, no le provocaba nada. En realidad, ¿cuando tuvo esa ansiedad como la gente por la noche buena?¿Cuando corrió como esos niños con sus papás para comprar algunos dulces? Mejor dicho, ¿Alguna vez pasó eso? Sus padres se separaron ni bien el nació, alejandosele de su madre. Y entregándolo a los brazos de nanas y mayordomos. Ellos se encargaban de darle todo lo que quería y lo educaban. Enseñándole matemáticas, historia, biología, filosofía, música, etiqueta, arte... porque claro, él sería el heredero de todas las galerías de su padre. Las más importantes del país. Pero también colocada entre el top 10 del mundo. Era un peso inmenso. Cuando de niño pensaba en todas esas responsabilidades que le decían que tendría y que debía siempre estar a la altura del apellido Kim. Por eso tenía que aprender todo. Nunca había una hora de jugar, de salidas por un helado o ir al parque y conocer a más niños. Aunque la mayoría de niños de ese vecindario tenían la misma situación que él en esa zona residencial exclusiva. Así que solo veías a niños de 2 o 3 años, que recién se ponían de pie, en los juegos. Con nanas obviamente. Así pasó su primera navidad, año nuevo, cumpleaños y demás fiestas. Las pocas veces que su padre aparecía era mostandole una cara estricta, viendo como iba la educación de su hijo. Tomándole preguntas al asar para ver cómo iba. Y no había el "bueno trabajo hijo", suponía que eso solo pasaba en televisión. También, nunca hablaba de su mamá, y creyó que eso era normal. Que además, ella no era merecedora de ser nombrada. Un vez escuchó a los empleados decir que estaba loca o algo así. Esto generaba menos empatía en él por conocerla. Y ahora se sentía como un completo idiota. ¿Que esa mujer que le dio la vida, no era adecuada para su vida? Y lo peor era que fuera lo más normal.

Pero siempre la pasaba solo, en esa inmensa casa, su casa. Pero, ¿de verdad a eso se le puede decir casa? ¿Así... se puede esperar la noche buena tan solo? Claro que, todo cambió cuando Jumin apareció en su vida. Uno de los pequeños accidentes de la vida, lo cual agradece desde el fondo se su corazón. Jumin chocó su coche de juguete en su casa. Ese día sintió un estruendo cuando iba a otra lección más de un tutor. Y salió, corrió por los pasillos de esa amplia casa y lo vio. Ahí, a ese muchacho de cabellos negros, con traje formal llamando por teléfono por el seguro de coche. Parecía todo un adulto pero en niño. De la impresión, terminó estando al frente de él.

⁃¿Esta es tu casa? -Jumin le pregunto y señalando. A lo que él solo asintió con la cabeza- No te preocupes, hablé con la aseguradora. Traerán a un personal y veremos los daños.
⁃ ...¿aseguradora?
⁃claro, la que se encargará de reparar esto.
⁃...
⁃No tienes que preocuparte... o...
⁃...¿o?
⁃¿quieres alguna indemnización?
⁃¿eh?
⁃Ya sabes, algún modo de que te sientas mejor por el daño que te he causado.
⁃uhmmm... -pensó, sabía a lo que el chico se refería pero, ¿algo más que el dinero...?
⁃¿...entonces?
⁃se mi amigo
⁃¿perdón?
⁃si, eso. Quiero que seamos amigos.
⁃¿Solo eso?¿No quieres nada más?
⁃No no, mi papá podría también encargarse de ello -señalando el choque del carro con la entrada de su casa.
⁃uhmmm... eres extraño.
⁃¿no puedes?
⁃No, no. Si eso quieres, no tengo problema -el niño bajó los hombros
⁃Bien! Me llamo Jihyun Kim -extendiéndole la mano con una amplia sonrisa
⁃Soy Jumin Han -correspondiendole y dedicándole una amplia sonrisa.