Se sumergía cada tarde en el bosque. Huía de la rutina. Pero esos paseos donde su única compañía era su sombra que le perseguía, se habían convertido en su nueva rutina. El mismo sendero, los mismos árboles, los mismos pájaros, las mismas huellas. Incluso los mismos pensamientos de los cuales quería alejarse. Ya no disfrutaba ni el olor a resina mojada, ni siquiera los atardeceres que se colaban entre las ramas. El bosque ya no era su vía de escape. Hace tiempo que dejo de serlo. Decidió no volver a caminar por esos senderos. Buscar nuevos caminos en nuevos horizontes.
Pero su rutina se vio bombardeada por una chica de ojos claros y cabello dorado. A la chica le encantaba hacer deporte y correr por el bosque donde solía pasear. Una vez decidieron caminar juntos. Siguieron el mismo sendero que había aborrecido y que decidió no pisar más. Pero para su sorpresa, esta vez sí disfrutaba el paseo. Era el mismo paisaje, el mismo entorno. Pero estaba diferente. El verde de los pinos era más verde. El marrón del suelo era más marrón. El azul del cielo era más azul. Y el atardecer era más cálido y hermoso que nunca. Pronto comprendió lo que ocurría. El bosque era más hermoso a su lado. Volvía a ser especial. Pero no solo el bosque. Cualquier rincón del mundo era especial a su lado.
YOU ARE READING
RELATOS DE BOTELLA AUN SIN ABRIR
RastgeleBreves relatos inspirados en el amor y el desamor con aires de fantasía y realismo que rompen con cualquier carácter monótono y repetitivo gracias también a personajes entrañables y carismáticos que harán que te identifiques con cada una de las hist...