Capítulo 5 - No importa

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Entretanto subía se repetía mil veces la misma pregunta. Mientras caminaba por el pasillo hasta llegar a su habitación escuchaba unos gemidos pero no entendía de qué eran o de dónde provenían. Cuando más cerca me encontraba, más fuerte se escuchaban y reconocí que eran de mi amigo Max. Al llegar a la puerta se escuchaban mucho más fuerte; toqué pero nadie respondió. Abrí la puerta sin hacer ningún ruido pensando en que le podría estar pasando algo a mi amigo. Cuando entré, me quedé en shock. Allí estaba mi amigo Max con el pecho desnudo y sobre él había un chico rubio, también con el pecho desnudo, quien lo besaba apasionadamente. No tenía palabras para la situación en la que me encontraba. Salí lo más rápido que pude y cerré la puerta de un golpe. Me senté en el pasillo y escuché a Max como le decía al chico que alguien los había visto.

Max salió y me encontró sentada en el suelo con la cabeza entre las rodillas.
Él me miró avergonzado.

- Te lo puedo explicar - fue lo único que salió de su boca al verme.

- Lamento haber entrado a tu cuarto y haberlos visto así - le dije apenada.

- El que debe estar pidiendo disculpas soy yo, así que no te sientas apenada, esto fue culpa mía; yo te invité a mi casa y no te recibí de una forma adecuada - lo dijo haciendo un movimiento con su cabeza señalando la habitación.

- Me voy para dejarlos solos - le dije con una sonrisa apenada.

- No, antes de que te vayas te tengo que decir algo - me tomó de la mano y entramos juntos a su habitación.

- Lo primero es que quiero presentarte a mi novio Gustavo - al decirme esto, agarró al chico de la mano y ambos se sonrieron.

- Yo lo reconozco, él toma la clase de educación física y la de biología con nosotros - le dije señalándolo.

- Sí - me contestó Gustavo.

- Lo segundo es que como ya te diste cuenta, soy gay. Por eso fue que te llamé en la mañana, ya que quería contártelo porque en este poco tiempo de conocernos te has vuelto mi mejor amiga - me dijo Max sonriéndo.

- Gracias por pensar en mí como tu mejor amiga, pero, ¿y Camila? - le pregunté dudosa.

- Ella siempre ha sido mi amiga pero aun no he encontrado la valentía para decirle por lo precipitada que es - habló, contándome la razón por la cual no le contó a ella primero.

- En eso tienes mucha razón. Yo la quiero mucho, pero no me atrevería a contarle algo tan fuerte debido a su forma tan explosiva de ser - le dije.

- Gracias por entenderme - dijo y me abrazó.

Luego de haber hablado, nos sentamos en su cama y entre ambos me empezaron a contar cómo fue que descubrieron su afecto por el otro. Me contaron que todo empezó un día en la clase de educación física cuando Gustavo vio a Max sin camisa y se le empezó a mover todo por dentro. Después de esa vez, fue Max quien me dijo que él había notado las miradas de Gustavo pero no sabía como era estar enamorado. Luego, Gustavo dijo que encontró la valentía decirle a Max lo que sentía y Max le correspondió. Al terminar de contarme como se enamoraron el uno del otro, me dijeron que desde ese momento llevan su relación a escondidas por miedo a Rebecca.

Yo les dije que también sentiría ese miedo por esa chica tan despiadada. Luego, les dije que ya me tenía que despedir para así preparar mis materiales para la semana.

- Adiós, son una bonita pareja - les dije abrazándolos.

Max empezó a llorar de alegría por haberlo comprendido en cuanto a su orientación sexual y en su situación de miedo hacia Rebecca.

- No importa, siempre serás mi mejor amigo - le dije saliendo por la puerta de su casa.

La IrresistibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora