Capítulo 19 - Dos días y... ¿Nada?

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Desperté a las 5:00 pm y me dirigí al baño. En el espejo vi el reflejo de una chica que necesitaba fuerza para poder seguir con su vida. Volví a introducirme a la cama y retomé el sueño que había dejado. Mi madre fue como a las dos horas para que bajara a comer, pero le dije que no tenía apetito.

Seguí durmiendo hasta que el brillo del sol me despertó. Ya eran las 7:30 am. Había decidido que hoy no iría a la escuela. Me levanté de la cama y me dirigí a cepillar mis dientes. Salí del baño ya con un semblante menos depresivo y bajé a desayunar. Me preparé un plato de crema y una taza de café negro. Nunca desayuno esto, pero por lo mal que me sentía era lo único que mi estómago podía tolerar.

Terminé, lavé los platos y subí a mi habitación. Al entrar vi mi celular en mi mesita de noche. Lo tomé para ver si alguien me había llamado, y para mi sorpresa tenía 20 llamadas pérdidas y 41 mensajes sin responder. Me sorprendió la preocupación de mis amigos. Eran 10 llamadas de Max, 3 de Gustavo, 5 de Camila y 2 de Rafael. Los mensajes eran mayormente de Rafael.

11:30 am de ayer:

“¿Cómo te encuentras?” 

1:45 pm de ayer:

“Espero que te sientas mejor...” 

Seguí leyéndolos y al ver como me decía cosas tan hermosas me creaba una sonrisa en el rostro. Pero su último mensaje me ocasionó felicidad y a la vez un poco de temor.

7:16 am de hoy:

“Pase lo que pase, quiero que sepas que de verdad te amo.” 

Pensé que ocurriría algo pero no le di mucha importancia, sabía que él era sincero conmigo. Hasta ahora, claro. Leí los demás mensajes que eran de mis amigos - no podía creer que los tres se habían preocupado tanto, esto demuestra que son amigos verdaderos - todos eran sobre cómo me sentía. Decidí que en la tarde los invitaría a mi casa para hablar con ellos.

Solo me faltaba un mensaje pero, era un número que no tenía registrado. Lo abrí y para mi sorpresa, supe de quien era el número.

El mensaje era una foto de Rafael siendo besado por una chica, quien ya conozco. Era Rebecca. Y debajo de esta había un mensaje.

“Espero que hayas disfrutado lo que duró.”

Las lágrimas empezaron a caer de mis ojos. Luego recordé el mensaje que Rafael me había enviado y ahora todo tenía sentido. Me senté en mi cama y pensaba en el porqué de las cosas. No podía imaginar que una persona como Rafael me pudiera haber hecho esto. No podía aceptar que él hubiera sido parte del plan malvado de Rebecca.
Pensé en porqué Dios me había dado una vida llena de tanto sufrimiento. Pero sabía que él no tenía la culpa sino yo por haber sido tan tonta.

No aguanté más y decidí llamar a Max. Era nuestro receso en el colegio, así que respondería mi llamada.

- ¿Catalina, cómo estas? - me dijo al responder.

- Los necesito. - eso fue lo único que pude decir, ya que las lágrimas me hicieron colgar la llamada.

Me sentía destruida, usada, eso era lo más que sentía. Había dado todo mi amor a Rafael. Pero como una tonta pensé que él se iba a enamorar de una gorda como yo. Siento la necesidad de dejar de comer para ver si obtengo el cuerpo que todo chico desea. Se que eso no puede ser, pero es mi única esperanza.

Luego de colgarle a Max no ha dejado de llamarme, pero no puedo responderle. Al cabo de unos minutos siento un golpe en la puerta de la entrada. Me siento muy mal, pero al estar sola debo bajar y verificar de que se trata. Bajé, sin poder dejar de llorar. Llegué a la puerta y al abrir, me encontré con mis amigos. En este momento los necesitaba demasiado, por su comprensión y cariño.

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