Capítulo 3 La Parte De La Historia Que Nunca Se Conto.

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Hola muchas gracias por la aceptación a la continuidad de mi historia. Les agradezco infinitamente su lectura quiero mencionar que a lo largo de la historia encontrarán partes de lenguaje explícito y no apto para todo público antes una disculpa si esto los ofende o molesta sin más por mencionar continuamos.

Soy Bankotsu Shichinintai, vivo con mis tres hermanos y mi madre, en Tokio mi padre murió cuando yo tenía siete años, mi hermano mayor es Jackotsu el es un gran chef el nos paga la escuela a mí y a mi hermano Suikotsu, si bien el escogió una de las preparatorias más prestigiosas yo solo acudo a una que saque rápidamente el trámite tengo dieciocho años, mi expectativa no es una carrera universitaria, mi principal objetivo es enlistarme al ejército nacional y luchar por mi país pero hoy mi maldito temperamento y carácter arruinaría definitivamente mi sueño en una de mis calenturas me volé una práctica de laboratorio escape con la chica con la que ahora salía ella acepto gustosa retosar conmigo buscamos un lugar alejado, busque la manera de colar mis manos sobre su sostén ella gemía en mi oído, desabroché su blusa tenía sus senos en mi rostro haciendo uso de mi fuerza abrí mis manos sujetando firmemente su trasero y recargandola en la pared sus piernas envolvieron mi pelvis, sentía que sus bragas estaban completamente húmedas y mi miembro dolía de la erección que se formaba en mis pantalones sin dejar de tener esa posición busque mi cartera pues necesitaba un preservativo era un calenturiento más no un pendejo desabroché hábilmente mis pantalones con mis dientes abrí el envoltorio metálico la sonrisa torcida que tenía mi rostro se aumentaba el ver jadeante y expectante a la chica frente a mí, no la haría esperar más tiempo para disfrutar no teníamos mucho, así que lo desenrrolle a lo largo de mi miembro y ella ahogó un grito en mi cuello era por qué estaba dispuesto a entrar en ella se abrazo más a mi cuello, empecé a embestirla de manera más rápida, sus gemidos eran música para mis oídos no sabía la verdadera razón de mi actuar impulsivo pero adoraba la sensación de ser un mujeriego soltero en especial soltero nunca me hubiera gustado estar de novio de alguna chica por eso especialmente no buscaba la virginidad en una mujer, mi principal objetivo de ellas sexo ocasional, sin sentimientos de por medio, la verdad ya todas estaban advertidas de mi conducta, por eso no me preocupaba nada exclusivamente disfrutar de esos placeres y ellas lo disfrutaban por eso me buscaban, pero todo me salía de maravilla siempre buscaba un extra de éxtasis al estar con ellas y un lugar donde nos subiera la adrenalina y el temor de ser descubiertos elevaba mucho más nuestro ímpetu.

- Señor Shichinintai.
- Puta nos descubrieron, vístete rápido. - Si que quiere.
- Ustedes deberían estar en clase de informática no de anatomía humana avanzada, vistanse y los espero ver en la oficina del director.
- Su maldita sonrisa no me agradó sabía que ahora valió todo.
- Bank, que va a suceder.
- Cállate y déjame resolverlo a mí.
- Pero  ... Si mis padres se enteran me matan.
- Eso debiste pensar antes de meterte conmigo.
- Bank yo lo hice por qué ....
- Eso si no tu no eres virgen, y de amor nada entendiste Subaki.
- Si pero que tú tengas atole en las venas no significa que no sienta nada por ti.
- Mira si sabes lo que te conviene búscate un novio, y no a mí yo solo soy fiel a mi familia solamente, nunca me va importar tener una relación seria por dos motivos.
- Bankotsu yo estoy dispuesta hacer lo que sea por ti te amo.
- Yo no niña grabatelo en tu cerebro yo no te amaré nunca pero como soy leal a mí y por esta única ocasión te voy a ayudar pero olvídalo solo eres una más con la que me acuesto. Llegamos a la oficina del director vi con furia al maldito maestro que nos había descubierto, lo empezaba a odiar  por su maldita sonrisa burlona al vernos llegar, atravesamos la puerta y Subaki tomo mi mano pero se la arrebate de inmediato, la silla de frente a nosotros dio vuelta mostrando al viejo director Mioga.

- Por que no me sorprende joven Bankotsu... Pero de usted señorita Subaki.
- Saben que su falta amerita la suspensión en su caso Bankotsu de un mes eso de faltar a clases por estarse besando en la institución. En el caso de usted señorita Subaki solo será de un día, daremos aviso a sus padres.
- Oye Mioga hagamos un trato te parece. Ese viejo tenía una gran debilidad y esa era el ramen con mariscos que preparaba mi hermano.
- Que puede ofrecerme que me interese más que la disciplina en mi institución.
- Que nunca me vuelvas a ver, para no perturbar tu adorada disciplina.
- Ja, que te hace tomar esa decisión. A caso te importa la señorita más de lo que aparentas.
- Eso a ti no te importa, además es el primer día de clases y no creo que eso ayude a la imagen que dos alumnos no estén en sus clases y lo encuentren en una posición muy comprometedora, y eso no te beneficia o si.
- Bankotsu... Estas diciendo que pasó más que unos besos.
- No pero no te conviene que corrompa a más alumnas como una pequeña castaña que se encuentra en primer semestre grupo B o si.
- Te atreves a tocarla y no solo expulsión sino que te mato entiendes.
- No me hagas reír sabes que yo no toco a nadie ellas me buscan y TU HiJA no es la excepción. Decide aceptas o no, dejas que ella se vaya sin sanción dándome mi baja sin manchar mi expediente y no me acerco a tu "inocente" hija.
- Bankotsu estás abusando de tu suerte.
- Ya decídete de una vez aceptas o no.
- Señorita Subaki, hágame el favor de retirarse.
Cuando Subaki salió sabía que no existía la menor posibilidad de arrepentirme pero si no quería perjudicarme por lo que realmente había hecho y la verdad es que cuando Muzzo nos descubrió envío un texto que si le dejaba el camino libre con Subaki no diría lo que realmente había pasado por eso había inventado que me conquistaría a la hija de Mioga, no podía tener una mancha de semejante grado en mi expediente no sería nada beneficioso para mis planes futuros Jackotsu me ayudaría a cambiarme de escuela sin protestar por nada, ahora veía correr a las secretarias de Mioga llendo y viniendo con los documentos que le pedí, incluso sabía que mi certificado parcial me lo entregaría en menos tiempo si seguía con mi juego, me senté cruzado de brazos con una sonrisa burlona en menos de una hora tenía todos los documentos listos, cuándo me encamine a la salida Mioga me detuvo.
- Esos son los documentos que necesitas para poder ingresar a otra escuela, de tu certificado parcial no es necesario que vengas por el solo avísame a qué escuela irás y te lo envío no quiero verte cerca de mi hija.
- No te imagines nada Mioga, pero tienes razón, no tengo el mínimo interés de regresar por aquí, lo enviaras al instituto de preparatorias de la universidad.
- No crees que pides demasiado, esa escuela no te va a aceptar si se entera de lo que has hecho aquí.
- Por eso quieres que siga en tu escuela Mioga.
- No, y no diré nada que perjudique tu ingreso si a cambio te alejas definitivamente de mi hija.

Ya no le preste más atención salí con la carpeta de mis documentos, vi a Muzzo que me veía con una maldita sonrisa burlona, no le presté atención salí de la dirección casi en la salida me alcanzó.

- Vaya Bankotsu si cumpliste.
- Obviamente por una vieja, no voy a arruinar mi vida ni mi expediente, que tú te encapriches con ella no significa que a mí me importé.
- Como digas pero no puedes negar que es bonita.
- Si tú lo dices Muzzo, no eres muy exigente o si.
- Yo soy exigente donde le llevo diez años, es joven, bella, inteligente.
- Como tú digas ambos cumplimos el trato, debo ir a esa escuela.

Camine a casa sabía que Jackotsu me daría un sermón por qué me salí de la escuela pero al final estaría en una mejor escuela, con mi hermano menor Suikotsu. No le daba más importancia pero sabía que por algo sucedían las cosas no vivíamos mal y tal vez solo tal vez reconsidería el unirme al ejército en un año suceden muchas cosas y ese año no era la excepción.

Un Nuevo Camino IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora