•"¿Puedes escucharme?
¿Puedes escucharme llamándote?"
En el cual Jimin se da cuenta de que tal vez debería temer a los vivos más que a los fantasmas.
>>Jungkook te ha enviado un mensaje<
__¿Que t@n b!en puedes esconderte de la verdad?__
B...
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Tan pronto como Yugyeom desapareció de su vista, un sentimiento muy parecido a la desesperanza le llenó la cabeza.
No se movió de su lugar; sentía que sus piernas estaban pegadas al suelo pulido y que se le romperian si trataba de irse. En su mente, sus palabras se repetían una y otra vez, tratando de descifrarlas y de entenderlas aunque su cerebro le decía que ya lo hacía.
Es que no tenía sentido. Nada tenía sentido. Estaba perdido una vez más, y no sabía a quién recurrir o qué hacer.
¿Qué era verdad? ¿Qué era mentira? ¿Qué era lo que estaba pasando? ¿Que había hecho? ¿Por qué no recordaba ni un poco?
Eran demasiadas preguntas sin respuesta aparente, y eso le revolvía las entrañas. Se apretó las sienes con los dedos para parar de alguna forma el constante murmullo de sus pensamientos cada vez más tempestuosos. Se hacían cada vez más fuertes, y no faltaba poco para que tuviera un ataque de pánico.
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Se estiró los cabellos rubios con fuerza y cuando sintió la mirada en su nuca de las personas que pasaban, decidió que tendría que irse a un lugar más tranquilo para tener su laguna mental. Lo menos que quería era estar en boca de las personas más de lo que ya estaba.
Se aferró a las correas de su mochila, y salió cabizbajo del lugar, tratando de hacer caso omiso a que de pronto sentía como que todo el mundo lo estaba mirando, juzgando, criticando.
Tal vez en realidad era él contra el mundo. Ya había alejado a Yoongi, de todos modos, y no pasaría mucho hasta que alejara a los demás también.
Trotó hasta afuera del pasillo y se detuvo abruptamente. Unas chicas que pasaban a su costado lo miraron extrañadas y susurraron entre ellas, sin embargo, Jimin estaba enfocado en la forma en la que se movían los árboles afuera en el campus.
El rubio se mordió los labios hasta que le sangraron para evitar morderse los dedos, y solo se detuvo a mirar el paisaje.
Pensaba en ir al baño, pero allí probablemente terminaría peor. Si no estaba con alguien, temía de lo que era capaz; y si era sincero, no quería realmente estar solo.
Miró a su alrededor, aliviandose al ver que nadie lo estaba viendo, y cerró los ojos, tomando grandes bocanadas de aire.
Apartó de su mente todos los pensamientos auto-destructivos y se enfocó en el sonido de la brisa. Debía mantener la cabeza fría, sino, no podría llegar al fondo de su situación, y ese era su objetivo; la clave para librarse del peso.
El viento se intensificó y sus fríos dedos le acariciaron las mejillas.