•"¿Puedes escucharme?
¿Puedes escucharme llamándote?"
En el cual Jimin se da cuenta de que tal vez debería temer a los vivos más que a los fantasmas.
>>Jungkook te ha enviado un mensaje<
__¿Que t@n b!en puedes esconderte de la verdad?__
B...
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Estaba profundamente dormido, manos entrelazadas entre sí, y con las rodillas ligeramente flexionadas bajo las sábanas, como si se hubiera quedado a medio camino de acurrucarse. Estaba hacia el lado de la lámpara, y la mesita de luz, por lo que quedaba un espacio a su lado en la cama.
Un espacio que estaba ocupado por alguien más.
Truenos sonaban en la distancia, y la brisa agria penetraba sus fosas nasales.
No podía ser más de las dos de la mañana, pero ya se sentía una gran tensión de la habitación.
Dedos tocaron su hombro, y alguien se acercó a su oído a hablar despacio, como en un susurro. Era su acompañante, lo sabía.
Sintió el roce de sus labios contra su cuello, y su voz débil.
—Jimin-hyung.
Una sola súplica. Los truenos lo acallaron. Segundos pasaron y se dispersaron como agua.
—Jimin-hyung.— el susurro era más fuerte.
Hizo una mueca, aún cerrando los ojos. Las manos subieron hasta su cuello, ejerciendo presión.
—Jimin. Jimin. Jimin. JIMIN. JIMIN.
ENCUÉNTRAME.
La ventana se abrió con un estruendo, y lluvia entró por ella. Abrió los párpados, mirando a su alrededor aunque su cabeza lo mandara hacia su almohada inconscientemente. No había nadie con él. Todo estaba tenuemente iluminado, y ni siquiera habían siluetas sospechosas.
Solo escuchaba su corazón errático.
Se sorprendió al sentir sus propias manos alrededor de su cuello, y que en algún momento había tirado sus sábanas al suelo. Estaba cubierto de sudor frío, ya que su pelo se pegaba a su frente y lo hacía sentir sucio.
¿Qué había sido eso?
Se levantó de su cama para levantar lo caído y cerrar la condenada ventana. Sus pies descalzos tocaron el piso casi sin emitir sonido, y caminó hasta el lugar.
En su camino hasta la ventana, notó algo extraño sobre su cama, tenuemente iluminado por los relámpagos intermitentes.
Solo lo vio por el rabillo del ojo, claro está, porque al levantarse no recordaba haberlo sentido cerca.
Cerró la ventana, recogió la sábana, y se acercó para mirar con atención lo que había en su cama.
Lanzó un sonido de sorpresa, estirando la mano para tocarlo.
Era una prenda de vestir. Más específicamente, un Hoodie(Ver multimedia). Pero lo que a Jimin le calaba los huesos, no era realmente el hecho de que la prenda estuviese en su cama aunque no recordara que estuviera allí antes de dormirse, no. En realidad, era el hecho de que le perteneciera a Jungkook.