Cem_enter!o

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Apretó el botón para bajar el vidrio de la ventanilla. 

—Hey, Jiminnie.Saludó Seokjin, con un brazo por encima de su frente para cubrirse de la lluvia. Jimin soltó la tenaza de hierro que comprimía sus músculos.—¿Puedo ir contigo? 

Jimin asintió, todavía absorto en el miedo que se había apoderado de él antes de darse cuenta de que se trataba de Jin. Dejó el estúpido teléfono a un ladoporque sí, había creído un poco demasiado en lo que decía el mensaje, y se sentía idiota.— y observó con atención al castaño de mayor edad sentarse en el lado del copiloto, mojando todo a su paso. 

Taehyung lo hubiera echado del auto antes de que pudiera siquiera dejar una gota dentro. Lo sabía por experiencia propia. Pero él no era Taehyung, a pesar de que estuviese usando el auto del mismo; por lo que dejó a Jin acomodarse como se le plazca.

—Uf.exhaló Jin, sacándose la gorra que traía y sacudiendola, junto con su cabello castaño.Suerte que te encontré aquí, o habría tenido que caminar con toda esta lluvia. 

Claro. De todos modos, ¿Qué hacías afuera en plena tormenta? 

Seokjin le dio un empujoncito en el hombro. 

Puedo decirte lo mismo, Jimin-ah...— Enarcó una ceja hacia él, recriminador. Entonces, su expresión cambió drásticamente al posar sus ojos sobre el rubio. —...¿Estás bien? Luces como si hubieras visto un fantasma.

Jimin frunció el ceño, mirándose en el espejo retrovisor y encontrándose con un rostro extremadamente pálido reflejado en él. Inclusos sus labios, usualmente de un color sano, estaban blanquecinos. 

Negó con la cabeza levemente, ocultando sus manos trémulas en el volante.

Quería decírselo. Lo del hombre con la capucha y los mensajes raros, pero Seokjin no debía saber lo que estaba pasando. Porque si lo hacía, no haría más que aumentar la carga emocional tanto suya como de Jin.

El castaño ya había hecho mucho por todos ellos en el pasado, y no creía que dándole una preocupación más le agradecería por haberle salvado la vida después del accidente. Incluso siendo doctor, y que ese fuera su trabajo, no le sacaba mérito el haberlo hecho. 

Así que se quedaría callado y esperaría a que todo fuese un malentendido. 

No es nada, Hyung.— sonrió débilmente.

—¿En serio?

Jimin asintió, encendiendo el auto sin esperar a que Jin se lo dijera.

Como digas.—el castaño se encogió de hombros, sacando su bata del bolso que llevaba.—Es mi día de consultas. 

—Crei que estabas de vacaciones. 

Jin lanzó un suspiro. 

Yo también, pero al parecer necesitan más personal. Incluso llamaron a Namjoon para lo del voluntariado, y sabes que no llamarían a Namjoon si no fuera un caso extremo.— Jin negó con la cabeza, apretándose el puente de la nariz.—La última vez tuvimos que reponer unas cuatro camillas y básicamente todo lo que Namjoon tocaba. Así que ya puedes adivinar cómo están las cosas. 

Jimin volvió a asentir, mirando el retrovisor para asegurarse de que nada ni nadie estuviera allí. Solo se encontró con las verdes plantas que decoraban el estacionamiento improvisado.

Miró a Jin por el rabillo del ojo, como tratando de descifrarlo.

—Aunque, Hyung, no me has respondido.—Hizo bailar sus dedos encima de la palanca de cambios antes de moverla.—¿Qué hacías? 

H!DDEN (BTS Horror AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora