•"¿Puedes escucharme?
¿Puedes escucharme llamándote?"
En el cual Jimin se da cuenta de que tal vez debería temer a los vivos más que a los fantasmas.
>>Jungkook te ha enviado un mensaje<
__¿Que t@n b!en puedes esconderte de la verdad?__
B...
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El viento frío le azotó el rostro en cuánto salió de la casa, y entrecerró los ojos cuando se le llenaron de agua por el ambiente tan frío. Lo esperaba, de todos modos, ya que había estado lloviendo los días anteriores sin parar y el clima de Seúl era así de predecible durante el otoño.
Tiritó suavemente, y cerró con llave la puerta de la casa con sus manos enguantadas. Se ajustó la mochila sobre el hombro, y salió del umbral hasta el pórtico para esperar el auto.
Una vez parado frente a la calle, pensó en las cosas que debía hacer ese aburrido lunes. Más específicamente, en donde debía ir una vez terminaran sus clases: el cementerio. Debía ir ese día pasara lo que pasara.
El día anterior no había podido ir, debido a que había tenido fiebre de improviso otra vez, y Seokjin se había auto-invitado a pasar la noche con Jimin para cuidarlo. Claro que eso solo era una excusa para no volver a su apartamento rentado con Yoongi, y para cansar a Jimin con sus quejas sobre cómo Namjoon no le había respondido sus llamadas, y que Hoseok no le obedecía en nada cuando estaban en el hospital. Se lo había pasado con eso durante toda la tarde hasta que había llegado la hora de la cena. Después de eso, le había dicho a Jimin que se quedaría hasta poco más de las cuatro de la mañana para ir a su guardia.
Jimin ni siquiera chistó. Era un alivio.
Historia larga resumida, tuvo que posponer su visita al cementerio gracias a cierto Hyung. Por tanto, lunes era su día D.
El día en el que sabría algo más sobre lo que estaba pasando... O al menos eso creía él.
Dio golpecitos con las suelas de su zapatos en el piso, mirando a ambos lados de la carretera en busca de un Rover color negro. Miró su reloj de pasada, y volvió a mirar la carretera.
Aún era un poco temprano, pero se asfixiaba dentro de la casa.
Tarareó una canción que había sonado en la radio antes de salir, y pateó una roca que estaba en la acera hacia la calle. Esta rodó hacia allí con fuerza, y se detuvo cuando chocó contra el otro lado de la calzada.
Jimin la observó impactar contra el concreto del lado contrario con aire aburrido, y alzó la vista hacia la especie de bosque que se extendía en frente de las casas.
Se le heló la sangre por completo cuando su cerebro procesó lo que estaba viendo justo al lado de un árbol raquítico.
El hombre de la capucha.
Se quedó congelado en su lugar, tratando de decidir que hacer.
Tenía exactamente la misma ropa que en el cementerio, y seguía sin poder ver su rostro correctamente. Solo podía ver su barbilla, y parte de su cuello, pero era suficiente para confirmar de que era una persona y no algún objeto que se asemejaba a una.
Tal vez podría correr de nuevo dentro de la casa, pero... Él no se movía. ¿Como podía estar seguro de que era peligroso? ¿Realmente lo estaba siguiendo?