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jeongin fue a abrir la puerta de su casa dejando pasar a sus padres, quienes suspiraron cansados.

- hola hijo, ¿cómo andas?- su padre se estiró para tronar su espalda y le sonrió al menor quien se la devolvió también.

- estuve estudiando...- bostezó y ambos fueron a la cocina donde la mujer estaba tomando un vaso con agua y al ver a su hijo se detuvo rápidamente para entregarle un número.

- es la hija de una amiga, su nombre es minju. me dijo que poseía conocerla tal vez.- ella le sonrió pero jeongin solo miraba el número confundido.

esta volviendo actuar como antes.

- sabes que no soy de iniciar conversaciones, mamá.- dejó el número en la mesa mientras miraba al chico fijamente. se obligó a sí mismo a alejar la mirada dado que le intimidaba por completo.

- pero podrías...nunca te e visto con una chica.- ¿por qué desconfía de nuevo? ella no lo vio con un chico y tampoco estuvo con uno...a excepción de hwang.

comenzó a asustarse y preguntarse si lo habrá visto o sacado una conclusión, pero no podía preguntarle tampoco, la volvería loca.

- deja que jeongin se conozca con ella en la vida real, tal vez ahí se hagan buenos amigos o con el tiempo...pero no lo obligues a eso.- habló su padre palmeando el hombro de su hijo intentando darle confort.

- si...lo que digas, ya nos vamos jeongin.- caminó hasta la puerta, el hombre suspiró y fue junto a ella dejando al menor pensando.

- si vienen algunos de tus amigos hay comida en la habitación de arriba.- el padre de jeongin sonrió, finalmente se fue con su esposa.

jeongin saludo con su mano pero no emitió alguna palabra, estaba asustado.

al día siguiente de su castigo cuando era niño su madre comenzó a presentarle y preguntarle sobre muchas niñas, como se sentía cerca de ellas, intentando acercarlos incluso cuando ellas tampoco querían.
jamás se sintió diferente con una niña, todas eran iguales a su vista simplemente las veía como amigas o compañeras, jamás otra cosa.

y se retaba por eso.

fue al sillón para hablar con sus amigos, eso lo distraerá, sin embargo envió solo un mensaje cuando su puerta fue tocada de nuevo. antes de abrir reviso quien era casi sonriendo al instante.

- ¿qué haces aquí?- hyunjin pasó como si nada y simplemente se encomio se hombros.

- estaba aburrido y vivimos a cinco calles, así que no sufro riesgo.- pasó hacia el sillón dejando caer su cuerpo a peso muerto, mientras el menor rodaba sus ojos como gracia.

- ¿tienes hambre?- el menor reviso su cocina buscando alguna golosina pero no encontró nada.

- ¿tienes papas fritas?- el menor negó, hyunjin hizo un puchero fingiendo quejarse como niño pequeño.

- jamás tienes nada, siempre soy yo el que trae cosas aquí.- jeongin rió y se acercó a él hasta la mesa para apoyarse ahí.

- hagamos trato, durante esta semana te daré cualquier cosa que quieras sin quejarme...como hacíamos antes para quedar a mano.- hwang finjo pensarlo pero al final si comenzó a pensar de más.

dirty mind || hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora