Capítulo 9: acorralado

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Al día siguiente Seth se levantó a la misma hora de todos los días para ir a clases. Desayunó, se vistió, tomó su mochila y salió. Ese día le tocaba a él, a Danna y a Josh limpiar y arreglar los jardines del campus universitario; eso incluía quitar las malezas, regar las plantas, limpiar las vereda y recoger la basura.
Los directivos del centro estudiantil habían decidido que era mejor que los propios alumnos se encargasen del mantenimiento y limpieza de la escuela para promover la conciencia colectiva sobre la contaminación, el trabajo en equipo, la ética y la igualdad, etc. Por lo que por día se designaban grupos de tres chicos que se encargarán de los jardines, la biblioteca, el laboratorio y las aulas de clases. Para los baños tenían encargados específicos.
Cuando entró al aula 4, su amiga ya lo estaba esperando en el mismo lugar de siempre: los asientos junto a la ventana. Decidió que no le contaría nada de lo que pasó el día anterior o sería como meterse intencionalmente a la boca del lobo. Pero cuando vio la mirada de la chica, supo que le esperaba un interrogatorio peor que el del FBI.
-¿qué? ¿Decidiste no venderme hoy, traidora?- dijo a modo de saludo, sentándose.
-¿Todavía sigues enojado por eso?- preguntó sorprendida. -si te llevo a la librería para que elijas lo que quieras... ¿me perdonarás?- parecía  estar verdaderamente apenada. Seth no se creyó ni una sola palabra.
-No.- soltó de inmediato y se giró a ver el pizarrón. Quedaban diez minutos para que iniciara la clase.
-¡Oye! ¡Que cruel!- exclamó fingiendo llorar.
-¡es más cruel saber que vales tan poco para quien se supone tu mejor amiga!- Replicó mordaz.
-¡No vales poco, gatita! ¡vales mucho... Al menos para mi!- Troy apareció de pronto haciendo que Seth diera tal respingo que casi cae de la silla. Lo había asustado llegando así de repente. Maldijo al rubio por ser tan... Impredecible.
-¡Deja de hacer eso, idiota! ¡casi me provocas un paro!- le recriminó molesto.
-No era mi intención ponerte nervioso, lo siento.- sonrió apenado. Lo estaba picando adrede, sabía que el zoquete lo disfrutaba.
-¿ahh? ¿¿quién está nervioso, idiota?? ¡solo me sorprendiste!- negó al instante. Pero lo cierto es que si estaba nervioso, cada vez era más conciente deTroy y su confesión. No se lo quería tomar en serio, pero luego del rescate del día anterior estaba empezando a dudar de sus criterios.
-Hablaremos luego, sin tu amiga, la veterinaria llamó.- le dijo en un susurro para que solo él lo oyera. Supuso que el pelirrojo no querría tener que darle explicaciones a la bajita que los miraba con curiosidad. Seth frunció el ceño y afirmó levemente con la cabeza y Troy se retiró a su asiento.
-¿y?- interrogó la chica observando intensamente al pelirrojo.
-¿y que?- se hizo el desentendido.
-¡No te hagas! ¡ayer me pediste su numero!- lo codeó mirando hacia adelante simulado prestar atención a lo que decía el recién llegado profesor. -a propósito... ¿como sabías que tenía su número?-
Seth había olvidado que le había pedido a ella el número del chico. ¡maldición! Debía inventar una historia coherente y creíble.
-Es... Es que ayer me encontré con una chica que me preguntó por el por que nos vio juntos en la universidad y aprovechó para pedirme su número. Dijo que era algo urgente, y supuse que tú podrías tenerlo.- si, esa historia parecía creíble. -ya que hiciste tan buenas migas con él que hasta me vendiste...- añadió como quien no quiere la cosa.
-ahh... Era solo eso.- murmuró no muy convencida, saltándose olímpicamente la última oración de Seth.
Sabía que ella no le creería del todo pero al menos bastaría para que no interrogase más por un rato.
La clase acabó a las diez, y Seth con los otros dos chicos debían ir a cumplir con su tarea. Seth amaba las plantas por lo que el se encargaría de ellas, Danna limpiaría la vereda y Josh se encargaría de recoger la basura.
Se reunieron en el jardín con escobas, escurridores, la manguera que conectaron al grifo de agua, guantes y una pala para macetas.
-y dime Seth... ¿que te parece Troy?- preguntó Danna mientras el pelirrojo estaba concentrado arrancando la maleza de los canteros de pensamientos.
-es un idiota, pero no es tan desagradable.- contestó distraído.
-ooohhh... No tan desagradable en idioma Sethuno es igual a ¡me gusta!.- exclamó emocionada.
-aja... Puede ser...- no se dio cuenta de lo que estaban hablando hasta que la chica soltó un grito eufórico. -Espera... ¡no es lo que quería decir!- gritó en cuanto cayó en la cuenta del rumbo que había tomado la conversación. ¡maldito sea mi cerebro tan disperso! Se reprocho. Ahora había despertado al demonio fujoshi que poseía a su amiga y tendría que pagar las consecuencias.
-¡Lo sabía! ¡Están destinados a estar juntos!- gritaba totalmente ajena a la gente que pasaba a su alrededor y los miraba como bichos raros.
-¡cállate, tarada, no he dicho eso!- trató de silenciarla en vano por que su amiga seguía canturreando que había amor en el aire y un montón de cosas más al respecto mientras hacía un baile de la victoria al estilo indio. No pudo evitar reírse ante la cómica situación.
-¡ya detente! ¡estás haciéndome pasar vergüenza, no quiero que mi mejor amiga deba parar en el psiquiátrico!- exclamó riendo. -aunque no te vendría nada mal una estadía allí- añadió para molestar a la chica.
-oh... ¿con que estás tenemos? ¡ahora verás que tan loca está tu amiga!- gritó y un chorro de agua helada le dio de lleno a Seth en la espalda. ¡Danna lo había mojado a propósito!. Eso era la guerra. No le importaba si tenían que limpiar todo el desastre de nuevo pero no se quedaría de brazos cruzados, era costumbre entre ellos el de jugarse bromas.
No se detuvo a analizar la situación, solo tomó el balde que contenía la tierra y las malas hierbas que había recogido y se giró lanzandoselo a la chica. Pero no alcanzó a la chica, sino que tanto el chorro de agua destinado a el y el contenido del balde destinado a la chica le dieron de lleno a otra persona. A un chico rubio, y ese chico... ¡era Troy!
Se quedaron estáticos ¡por accidente habían bañado al chico! Estaba de pie empapado y con tierra y hierbas cubriéndolo por completo. ¡parecía el monstruo del pantano que aparecía en scooby doo!
Ninguno de los tres chicos encargados de la limpieza pudo aguantarlo más,  y estallaron en carcajadas. ¡la situación era demasiado cómica y desastrosa a la vez!
Troy se quedó en Shock. ¿¿¿que rayos había pasado??? Iba tan distraído que no notó por donde iba hasta que sintió el chorro de agua helada sobre él y la tierra que le cayó encima ¡de la nada! Estaba de pie todo sucio y con frio viendo como los otros tres chicos y algunos que pasaban se doblaban de la risa.
-¡encárgate de esto Danna, tu lo iniciaste!- le dijo Seth a la chica mientras tomaba de la mano a Troy para arrastrarlo a los vestidores. Pobre chico, había aparecido en el momento menos indicado.
-¡de acuerdo!- respondió la bajita con una enorme sonrisa picara en el rostro. Seth puso los ojos en blanco, ya se imaginaba lo que pasaba por la mente de la endemoniada fujoshi.
-toma, desvistete y métete a la ducha.- ordenó quitandose la remera para meterse el también a la ducha. Agradecía que tuviese siempre un par de ropas en su casillero. -¿si tienes ropa, verdad?- el chico no le contesto por que lo estaba viendo fijamente con la boca abierta.
Troy estaba prácticamente babeando. Seth sin remera era una visión... ¡Simplemente  majestuosa! Cintura bien formada y delgada, vientre plano, abdomen marcado pero sin exagerar. Y sus pequeños pezones rosas... ¡Diablos! ¡se estaba excitándo por ver a un chico sin remera! Pero no era cualquier chico ¡era única y exclusivamente por Seth! ¡La sangre se le estaba subiendo a la cabeza!
-oye... ¿estás bien?- escuchó que le hablaba preocupado.
-si, si, lo siento... Es solo que... ¡eres muy lindo!- exclamó reaccionando.
-¿aaahh? ¿de que carajos estás hablando?- preguntó abriendo los ojos como platos. Ese chico... ¿se había golpeado la cabeza? ¿o acaso el agua helada ya le afecto el cerebro? ¿que el era lindo? No se consideraba así un mucho menos ¡tenía el rostro de chica! ¡y hasta su cuerpo parecía el de una chica! Excepto que no tenía senos, claro.
-yo... Perdón... Lo digo en serio, eres hermoso.-  murmuró mirándolo a los ojos. Tenían un brillo extraño en su mirada, hacía sentir raro a Seth.
-¡ahh, solo cállate!- le dijo y huyo a la ducha. ¡la situación se estaba tornando demasiado extraña!
Se ducharon en silencio, Seth se cambió en la ducha por que no quería volver al mismo ambiente raro de antes.
-oye... Lamento lo de antes, no fue intencional- dijo una vez acabaron de vestirse.
-aunque no hay sido intencional, me lo cobraré ¿te lo dije verdad?- respondió arrinconandolo contra uno de los casilleros.
-¡no es valido, no fue a propósito!- trato de zafarse pero termino aplastado por Troy. Era incapaz de moverse o moverlo a el. ¡maldito rubio idiota! ¿¿por qué tenía que ser tan fuerte?? Se quejó internamente. No quería ser besado de nuevo, se sentía extraño. -¡quítate idiota, te dije que no soy una chica!- el imbécil lo estaba tratando igual que a una chica y eso lo estaba enojando.
-se que no eres una chica, pero no me importa. Aún así ¡me gustas!- su rostro estaba demasiado cerca, casi rozandose. En cuanto oyó esas palabras se quedó confuso. No podía ser que le gustara si solo eran tres semanas que habían comenzado a hablar.
Troy no le dio tiempo a responder, colocó sus manos a ambos lados de su cabeza y se apoderó de sus labios. Inició un beso suave, al principio el pelirrojo se resistió pero luego poco a poco fue cediendo. Tenía sabor a cerezas, dulce y embriagante. Inconscientemente comenzó a responder, enredó sus manos en el cabello de Troy y lo atrajo más hacia el, profundizando el beso. Transformandolo de delicado a uno hambriento. ¡el rubio besaba demasiado bien! Su mente estaba en blanco, no podía razonar o pensar. Era la primera vez que recibia un beso real, era demasiado buena la sensación.
Tuvieron que separarse para respirar. Y entonces cayó en la cuenta de lo que estaban haciendo. ¡se estaban besando! ¡y él había correspondido! No lo podía creer. ¿¿¿que carajos estaba haciendo??? El no era de besar a personas que apenas conocía. De hecho no había besado a nadie antes, excepto Troy que le había robado su primer, segundo y tercer beso.
Su rostro se encendió. Literal parecía un tomate en versión humana. Se safó pasando por debajo de los brazos del chico y corrió, solo quería refugiarse en su casa. No le importaba si había clases luego, no podía mirarlo al rostro en ese momento.
Troy suspiro entristecido por la apresurada huida de Seth, pero por otro lado estaba feliz de que le hubiese correspondido. Se tocó los labios recordando la sensación de besarlo y sonrió. Parecía un adolescente con su primer amor, y de hecho así se sentía.
Colocó las ropas que Seth había olvidado en su casillero junto a las suyas que luego llevaría a lavar y volvió a clases.
Seguiría insistiendo hasta que Seth estuviese total e irremediablemente enamorado también.

¡No soy una chica, Imbécil!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora