Capítulo 10: ¿celos?

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La puerta se abrió de golpe sacando a Troy del abrazo de morfeo.
-¡Levántate rana con patas!- el grito le orado los oídos dejándole aturdido.
-¡Maldita renacuajo! ¿¿¿No puedes despertar normalmente a los demás!- gritó en respuesta lanzándole una almohada a la cara a su hermana de 18 años.
-¡Heeeeyyy! ¿¿¿por qué te enojas, saco de avispas??? ¡agradece que al menos te despierto, idiota!- le devolvió el amohadazo, pero Troy lo esquivo. ¿que demonios hacía su hermana a las siete de la mañana en su casa? Y encima en uno de los pocos días que podía dormir hasta tarde, sábado.
-¿¿¿aaaaahhh??? ¿¡no me digas que olvidaste que día es hoy!?- preguntó sorprendida.
¿olvidó que día era? ¿de qué carajos estaba hablando esa retrasada mental? Espera... Era 21 de septiembre...
-¡Mierda!- era el aniversario de sus padres y su hermana siempre se quedaba con el en esas fechas.¡Ese fin de semana sería una verdadera tortura! Suspiro agotado de ante mano.
-vale, vale. Tienes la misma habitación de siempre.- indicó volviendo a cubrirse para continuar durmiendo.
-¡ahh no! ¡Eso si que no!- exclamó quitándole las sabanas. -vengo de visita y tu ¿quieres volver a dormir? ¡No me jodas! ¡Levántate inútil!- Oh si, la tortura ya había comenzado. Cada vez que ella iba, era lo mismo.
-¡¿que no puedes dejarme dormir en paz?!- gritó irritado. ¿Despertarlo a esa hora y encima no dejarlo seguir durmiendo?
-¡No! ¡No te he visto en dos meses, agradece el privilegio de estar ante mi presencia!- lo arrastro de los pies hasta echarlo de la cama aún con la resistencia de Troy. ¡Maldita renacuajo! ¡siempre era lo mismo!
Resignado se levantó, tomó sus cosas y se metió al baño mientras su hermana parloteaba sin parar sobre la escuela, sus amigas, ropa y un monton de cosas sin sentido. Debía recordar comprarse auriculares nuevos para no oírla.
La chica no se parecia a el, ojos verdes, cabello negro liso, alta y delgada con un buen cuerpo. Lo cierto es que ella se parecía más a su padre y el a su madre. Solo compartian un poco el caracter, y precisamente por eso se llevaban como perro y gato.

**********
Por su parte Seth ya se había levantado, debía ir a trabajar. Su trabajo de medio tiempo consistía en ayudar a uno de sus primos en la floreria. Por lo que a las siete ya estaba levantado puesto que la floreria abría a las 08:30 a.m. y debía llegar hasta allí en el transporte urbano.
El transporte tardaba aproximadamente 20 minutos, así que a las ocho ya estaba en la parada. Pagó su boleto y subió. Llegaría 10 minutos antes.
-Seth ¡ya llegaste!- exclamó alegre su primo Jimmy cuando el pelirrojo entró.
El lugar era pequeño pero acogedor. Seth amaba las plantas tanto como amaba a los gatos y el anime por lo que agradecía haber conseguido ese trabajo con su primo. Abrieron puntuales como siempre, y los clientes comenzaron a llegar.
Como a las diez de la mañana llegó una clienta muy sociable. Una mujer de unos 25 años, rubia, alta, bien proporcionada y con poco maquillaje.
-Necesito un ramo de margaritas blancas, rosas blancas y azules, liliums blancos y tulipanes.- solicitó mirando fijamente a Seth. Se veía muy interesada en él.
Seth preparó el ramo y se lo entregó mientras su primo tomaba el pago.
-¡que hermoso cabello!-exclamó en cuanto Seth le dio el ramo. -¿Es natural o te lo tiñes?-
-Nunca me lo he teñido- contestó el chico. Continuaron hablando alegremente por un rato sin saber que del otro lado de la calle un par de ojos dorados los observaba con enojo.
Troy había salido de compras con su hermana, ya que está le había insistido tanto, estaba de bastante mal humor y empeoró aún más cuando vio del otro lado a Seth hablando animadamente con una rubia de infarto. ¿acaso Seth se había conseguido pareja? ¿o pretendía conseguiría? ¿¡que hacía hablando con esa rubia fosforito!? ¡Seth era suyo, y de nadie más!.
Decidido arrastró a Danila, su hermana, hasta la florería, iba a marcar territorio.
Los ojos de Seth se abrieron como platos cuándo vio quienes eran los que estaban entrando, la persona que menos quería ver: Seth y una morenaza de infarto. La chica se pegaba a Troy como sanguijuela ¡y eso no le gustaba nada! ¡que descarado! ¿¡como se atrevía a aparecer frente a el con una mujer así luego de lo que le había hecho!? Así que después de todo, solo había sido un juego para él.
-Troy ¿que estamos haciendo aquí? ¡Dijiste que irias de compras conmigo!- se quejó la morena.
La rubia se giró y miró de pies a cabeza a Troy. Era lindo, pero no se igualaba al pelirrojo que tenía en frente.
Le sonrió coquetamente a Seth.
-Dime... Seth. ¿estás libre mañana?- preguntó inflando un poco el pecho para que se notara su escote. -Tengo un jardín que remodelar, y quisiera tener la opinión de un experto.-
A Troy se le subió la sangre, esa zorra estaba coqueteando abiertamente a su gatita ¡ni siquiera lo disimulaba! ¡aaaahhh! ¡maldita zorra con tetas! Gritaba en su mente.
-Lo siento, mi gatito estará muy ocupado mañana.- respondió en lugar de Seth con una sonrisa deslumbrante. Seth estaba que hervía. ¿¿¿cómo se atrevía ese... Ese... Ese tronco con patas a decirle lo que debía hacer??? ¡encima le restregaba en su cara a la morenaza esa! ¡ya vería el con quien se estaba metiendo!
-ahha... No recuerdo haber dicho eso.- contradijo muy molesto.
La tensión en el aire casi podía cortarse con un cuchillo.
-si, si lo estás. Tenemos el proyecto de química ¿recuerdas?- repuso el rubio entre dientes. No iba a permitir que fuese con el escarbadientes rubio ese. La mujer parecía más una morcilla con mayonesa de lo bronceada que estaba.
-oh... No pasa nada con que no asista un día ¿verdad?- comentó adrede.
Danila, la rubia y Cris su primo veían la escena sin comprender lo que estaba pasando. Hasta que a Danila se le encendió la lamparita... ¡estaban ante una escena de celos! Sonrió con gusto y de pura malicia.
-cariño... Anda, prometiste llevarme al cine luego de terminar las compras- le dijo acaramelada a Troy, observando divertida la reacción de Seth. El pelirrojo parecía a punto de estallar. Estaba rojo hasta las orejas, se asemejaba bastante a una remolacha.
Troy la miró como si fuese un marciano.
-si, vete, no vas a incumplir con tu cita ¿verdad?- atacó mordaz.
-¿cita?- la cara de Troy demostraba lo confundido que estaba. ¿De que se había perdido? ¿una cita? ¿cuando había prometido tener una cita? Frunció el ceño esforzándose en comprender de que estaban hablando, hasta que lo entendió. ¡Seth creía que Danila era su cita!
Se hecho a reír a carcajadas mientras los otros lo miraban como si hubiese perdido la cabeza.
-Mmm... ¿Mi gatito está celoso?- se acercó al mostrador colocando las manos bajo el mentón con una sonrisa satisfecha Clavando la mirada en los ojos celestes que tanto le gustaban. La rubia miró a ambos chicos confundida, se daba cuenta de que ella estaba demás pero no sabía por qué.
La cara de Seth pasó de rojo a blanco y de nuevo al rojo en un instante.
-¿celoso? ¿de qué?- preguntó como si no comprendiera.
-De Danila, Mi hermana.- contestó señalando a la morena que tenía una sonrisa picara, esa morena le recordaba mucho a Danna. ¡Dios, por favor, que no sea otra fujoshi! Rogó internamente. Obviamente su plegaria llegó demasiado tarde.
-¿¡tu hermana??- gritó Seth quedándose sin aire. ¡Mierda, Mierda, Mierda! ¡era un idiota! ¡se había enojado por nada! Suspiró aliviado. Espera... ¿estaba aliviado? ¿por qué estaba aliviado? No era como si le gustase Troy... ¿o si? Ahora de verdad estaba enredado. Creía que no le gustaba, pero si no le gustaba ¿por qué le alegraba el hecho de que la chica no fuese su cita?
-¡jah! Eso quisieras. Pero... Desafortunadamente para ti... ¡no eres la última coca cola del desierto!- contraataco.
La rubia se había ido en silencio, y Danila y Cris observaba divertidos la escena.
-¡Apuesto por Seth!- oyeron decir a su primo.
-¡Apuesto por Troy!- contestó la chica.
Los mencionados los giraron a ver con cara de ¡muéranse! Lo que solo provocó las risas de los apostadores. Habían apostado 100$ y una cena completa cada uno por ver quien era el que se rendía primero.
La charla terminó por que Danila arrastró a Troy fuera para seguir con las compras no sin antes guiñarle un ojo a Seth. Ya eran dos fujoshi urdiendo planes macabros para emparejaros, y quisiese Dios que ambas nunca se encontrasen. Pero Dios nunca hace lo que se le pide...¿o si?

¡No soy una chica, Imbécil!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora