chapter 4: you are a bitch

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Eran aproximadamente las 11 de la noche cuando Betty despertó, con el cuerpo dolorido y la cabeza doliéndole. Ella se quejó un poco y se removió, pero Betty no estaba sola sino que Jughead Jones dormía a su lado, con un brazo rodeándole la cintura.

— Joder. —se quejó Betty recargando su mano en su cara con pesar al recordar todo lo que había pasado.

*
6 meses antes...

Betty estaba en su cuarto, dibujando como lo había pedido el doctor ya que era buena terapia para ayudarla a recordar.

— La amnesia de Elizabeth es temporal por suerte. —el doctor había dicho.

Entonces Betty tuvo un fuerte dolor en todo el cuerpo y se sintió cansada, agarró su cabeza intentando calmarse y entonces todos sus recuerdos llegaron de pronto, aturdiéndola y haciéndola caer desmayada.

Su madre se asustó en cuanto entró a su cuarto y la vio ahí tirada en el suelo, rápidamente corrió y la tomó en sus brazos.

Y cuando Betty despertó, solamente quería sonreirle y decirle: Mamá, te recuerdo. Pero también recordó lo que había hecho con su vida, había comprado a Jughead para una estúpida terapia.

Entonces Betty se sintió molesta y con sed de venganza, ella quería lastimar a su madre y a Jughead... Tal como la habían lastimado o peor.

— Betty, Betty. —Alice la llamó en cuanto la vio abrir los ojos. — ¿Estás bien?

— Sí. —Betty asintió. — Solamente mi cabeza dolió con fuerza y me desmaye.

— ¿Recuerdas algo? —preguntó Alice.

— No, nada.
*

Así que Betty había recuperado todos sus recuerdos pero quería hacer sufrir a su madre y a Jughead. Claro que al principio no fue nada fácil conseguir ayuda.

*
— No, Betty. —Romeo se negó.

— ¡Vamos, Ro! —chilló Betty al chico. — Ya me estás ayudando a que todos crean que somos pareja, ahora ayúdame con esto.

— Acepte ayudarte porque te tomé mucho aprecio y eres de las mejores amigas que he tenido pero... —el castaño se quedó callado. — No te ayudaré a fingir.

— ¡Por favor! —rogó Betty. — Quiero ver si Jughead aún se preocupa por mí.

— Betty, por lo que me contaste el año pasaso casi te v...

— ¡No lo digas! —Betty pidió asqueada. — Solo ayúdame, por favor.

— Fingir una violación esta en otro nivel de crueldad, Betty. —advirtió el chico.

Pero Betty había regresado con ganas de herir a todos, con ganas de ver llorar a todos los que la lastimaron. Ella estaba insaciable de venganza y no pensaba las cosas con claridad.

— Lo sé, solamente finje que te sobrepasas conmigo o algo así. —pidió Betty.

— No quiero que me golpeen, Betts. —dijo el chico.

— Jughead no te g... —Betty se calló. — Bueno, quizá sí pero... Hazlo por mí.

— No. —negó.

— Porfis. —Betty junto sus manos en suplica e hizo un puchero con su labio, poniendo ojos de cachorro.

— Está bien. —Romeo se dio por vencido. — ¿Pero cómo lo lograremos?

𝗥𝗘𝗣𝗜𝗧𝗔𝗠𝗢𝗦 𝗟𝗔𝗦 𝟰𝟴 𝗛𝗢𝗥𝗔𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora