Por Una Broma

Me destrozo el alma

--Porque ninguna me responde-- cada vez Regina subia el tono de su voz.
--Haber Regina calmate, no es necesario que grites-- Trate de tranqulizar las cosas.
--¡Es que no me dicen nada!-- Por fin solto el grito --Renata contesta, ¿Que haces aqui con Manuela? -- Se acerco a ella para tomarla del brazo y jalonearla un poco.
Renata no decia nada, solo agachaba la cabeza.
--Haber Regina, ya te dije que te calmaras-- Trate hacer que Regina soltara a Renata jalandola hacia donde yo me encontraba.
Regina me volteo a ver con una mirada que parecia que me quemaria los ojos.
Tomo un respiro y se alejo de nosotras dandonos la espalda y llevandose las manos al rostro.
Nos quedamos un poco en silencio, era un silencio que aturdia los oidos.

--No es lo que tu crees-- Por fin solto Renata en voz alta.
--A ¿no?-- volteo Regina aun agresiva -- ¿Y que es lo que creo hee?
Renata volvio a quedarse callada.
Nunca habia visto a Regina tan enojada. Parecia que en cualquier momento se le iria a los golpes a su hermana.
--¡Porque otra vez no dices nada!--Volvio a soltar otro grito.
--Haber calmate, ya te dije que no es lo que crees, deja de gritar que te van a escuchar -- Renata trataba de hacer tiempo mientras se le ocurria algo.

--Mira Regina no sé qué es lo que creas, pero todo esto tiene una explicación-- Volvió a soltar Renata mientras se acercaba a ella en son de calmarla. -- Manuela y yo tenemos tiempo viéndonos a escondidas para... -- Hizo una pequeña pausa, mi mente estaba que explotaba ¡Por dios, le va confesar todo!

-- ¡Para que Renata! -- Se notaba la desesperación de Regina

-- Es que no te queríamos decir, pero...- Volvió a quedarse muda, tomo un suspiro y me volteo a ver -- ¡Es que Manuela quiere volver contigo y me pidió ayuda! -- Por fin soltó con un grito.

-- -- ¡¿Que?!-- Soltamos Regina y yo.

-- Sí, lo que escuchaste-- Me volteo a ver Renata, tratando de hacer que le siguiera la corriente -- Quiere acercarte a ti de nuevo, pero su orgullo no la deja, así que estábamos intentando de hacer algo como una fiesta o algo romántico para tratar de que volvieran -- Esto último lo dijo pasando saliva, se veía que le dolía entregarme a su hermana, pero al parecer le dolería mas lo que pensara de ella.

Regina me volteo a ver en forma tierna.

--¿Es cierto eso Manuela?

No sabía que decir, no le quite la mirada de encima a Renata, tratando de que resultara solo un mal chiste y que le diría la verdad. Solté un gran suspiro y contesté la pregunta...

-- Ya sabes como soy, no me gusta el aceptar mis errores, y pues no quería aceptar que me equivoque al no perdonarte. En verdad te extraño y como dice Renata... -- Hice una pequeña pausa para tomar aire-- Quiero estar de nuevo contigo.

Regina me dio un agrazo muy fuerte, y también se le salieron algunas lágrimas. Mientras nos abrazábamos, de espaldas de Regina voltee a ver a Renata. Ella también me estaba viendo, después de un rato así solo soltó en un susurro-- Perdóname, no puedo-- Para después bajar la cabeza y salirse corriendo del salón de música.

--Eres una tonta-- Me libero Regina del abrazo --Claro que quería que te acercaras a mí, era lo único que esperaba, yo no lo hice porque pensé que ya no querías nada conmigo, pero si lo hubieras hecho te hubiera aceptado totalmente, siendo sincera yo también te extraño y mucho Manuela--Soltó mientras nuestras miradas se fijaban una con otra.

-- Ya sabes mi orgullo-- Fue lo único que le pude contestar, no dejaba de pensar en Renata, quería ir de tras de ella a buscarla, pero creo que eso es lo último que paso entre nosotras.

-- Pero eso va a cambiar -- Continuo Regina -- No tienes que hacerme una fiesta ni nada romántico, ya aquí me tienes y no necesitamos más que nosotras¬¬ -- Termino diciendo mientras se acercaba cada vez más a mi hasta hacer que nos diéramos un beso tierno en los labios, ella me tomo del cuello y se balanceo un poco de mí, eso hizo que la tomara de la cintura y la apretara un poco fuerte. El beso comenzó a subir de nivel.

Pero yo que podía hacer, no podía desmentir a Renata, así que continúe la acción, pero sinceramente ya no sentía nada por ella, esos besos ya no se sentían como cuando pensé que estaba enamorada de ella, ese efecto y esa esencia ya se la había llevado Renata con cada uno de sus besos y caricias.

Cuando por fin nos separamos ella me soltó una sonrisa, yo por cortesía se la respondí. Me volvió a abrazar y de nuevo por su espalda, logre ver en la ventana algo que me termino por romper el alma. Renta nos observaba, se notaba que había un mar de lágrimas por sus mejillas.