Idea Vengativa

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Pov. Renata

Son cerca de las 2 a.m. y no he podido dormir nada. Mi cabeza no deja de darle vueltas a lo que paso aquella noche con Manuela. He tratado de evitar el tema y lo iba a dejar en el olvido, pero sinceramente no he podido. Nunca me imaginé estar en una situación parecida a esta, así que no sabía qué hacer, no le podía contar a nadie. Si le decía a Kathy se burlara de mí y me comenzaría a juzgar al igual que lo hizo con Regina. Mucho menos podía ir con Regina, nunca más me volvería a hablar. Además de que siempre odie la relación que tuvo con Manuela, aunque yo sabía que Regina solo estaba experimentando no soportaba la idea de que mi hermana estuviera con una mujer.

--¿Qué te pasa Renata, porque aún no te duermes? –Escuche la voz de Regina entre la obscuridad.

Yo no le conteste, esta todo obscuro, como podría ver que en verdad no estoy dormida.

--Renata, sé que estas despierta, estas dando vueltas como perro en la cama—Tal vez tenía razón, por estar tan concentrada en mis pensamientos ni me había dado cuenta de que no había dejado de moverme.

--Nada, solo duérmete—Le conteste de mala forma

Ella prendio la luz de su lámpara y me volteo a ver entre cerrando los ojos, mientras sus ojos se incorporaban a la luz.

--¿Qué te pasa?, Enserio Renata desde que llegaste de hacer el trabajo con Manuela estas muy rara, es más desde ayer en la noche, no te lo quería decir porque pensé que tú me lo dirías, siempre nos décimos todo.

-- Ya te dije que no me pasa nada, ya duérmete—Termine diciéndole mientras me volteaba hacia la pared

--Como quieras—Respondió mientras apagaba la luz y se volvía a acostar.

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Al día siguiente.

--Ya levántate Renata se nos va a hacer tarde y nos toca la primera clase con Humberto y ya sabes cómo se pone de pesadito—Me gritaba Regina mientras se paseaba por el cuarto buscando sus cosas.

--La verdad es que no tengo nada de ganas de ir a clases hoy, me siento mal – Le mentir para no tener que verle la cara a Manuela.

--Renata, haber wey, ya me vas a decir lo que te pasa

-- Ya deja ese tema Regina, ya te dije que no me pasa nada, solo me duele la cabeza.

--¿A qué hora te dormirse anoche?

--En seguida de que apagarse la luz, desde anoche ya me dolía la cabeza. –Volví a mentirle para que ya me dejara en paz

--Ok, ya no te insistir, tarde o temprano voy a saber lo que te pasa y los sabes—Dijo por ultimo mientras me clavada su mirada

--Haber, ya vámonos, no quiero que Humberto me castigue, si no quiere ir déjala Regina, ya vámonos nosotras—Dijo Kathy ya en la puerta lista para irse.

Regina solo me volteo a ver por última vez para después irse junto con Kathy.

En cuanto cerraron la puerta solté un gran suspiro. ¿Qué voy a hacer? ¿Por qué ese beso no dejaba de darme vueltas en la cabeza? ¿Por qué si no siento nada por ella me ponía tan mal el tener que ver a Manuela?

Pov. Manuela

--Haber, deja entender Manu—Me decía Roomie mientras trataba de explicarle lo que había pasado con Renata – Te pusiste borracha, y fuiste a reclamarle a Regina sobre lo que te hizo, y la besaste, ¿pero ahora resulta que no la besaste a ella si no a su hermana Renata?

-- Ya van como veinte mil veces que te digo que sí, eso fue lo que paso, o bueno... – Hice una pequeña pausa-- Eso creo que fue lo que me dio a entender Renata que paso.

-- ¿Y tú que dices? – Pregunto Rommie intrigada.

-- Haber Rommie no estas poniendo atención verdad—Le respondi parándome del sillón en el que nos encontrábamos

--Haber Manu, estoy tratando de entenderte, es solo que es un poco complicado, la verdad es que no sé qué decirte, ¿Has hablado con Renata?

--No, hoy no fue a clases, siento que me está evadiendo.

Las dos nos quedamos viendo entre sí, no sabía qué hacer, quería aclarar las cosas, pero me daba miedo el pensar en lo que había pasado.
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Tiempo después salí del cuarto en dirección a la cafetería, el pensar en aquel problema me estaba matando de hambre. Me senté en la única mesa que había disponible.

--Oye—Escuche una voz conocida y que por esos tiempos no era muy placentero escuchar, voltee hacia la voz y me encontré con Regina.

-- Que pasa? —Pregunte un tanto aterrada, acaso venía a reclamarme lo que había pasado con su hermana.

-- Quiero hablar contigo—Soltó con una voz demandante—Manuela, la verdad es que no me gusta estar peleada contigo—Siguió con un tono más relajado y dulce—Sé que me porte muy mal contigo y me pase diciendo que tu solo eras un experimento para mí—Tomo una silla de la mesa de al lado y se puso frente a mí—Pero entiéndeme, aun me da miedo todo lo que la gente piensa de mí, y me refiero más a mi hermana, sabes que desde que tú y yo empezamos a andar ella y yo nos peleamos y casi ya no tenemos comunicación, por ejemplo, no se le pasa tiene dos días muy extraña y la verdad ya no sé qué hacer para que me cuente —Termino con voy quebradiza, en verdad le dolía estar peleada con su hermana.

-- Tranquila, si no te lo quiere contar pues déjala, tal vez no lo tengas que saber—Conteste con voz preocupada, tampoco a mí me convenía que Regina se diera cuanta de aquello. ¿O sí?

--Haber Manuela, sé que a ti también te cae mal, pero entiende es mi hermana, y me preocupa-

--Bueno, pues entonces dale su tiempo, tarde o temprano ya no lo podrá callar y te lo terminare contando.

Al terminar con esta frase se me había venido a la mente una idea. Una idea que no parecía tan mala, una idea con la que me vengaría de lo que me hizo Regina, le daría con lo que más le duele.

--Bueno, tengo que ir a clase, pero la verdad si me gustaría seguir la plática contigo, quisiera empezar desde cero si es necesario—Termino Regina mientras se levantaba y me daba un beso en la mejilla. Yo solo le sonreí tiernamente. Pero la verdad es que lo que me hizo me habia dolido demaciado y aun que ella queria arreglar las cosas, o bueno eso decia, tenia que enseñarle que con los sentimientos de las personas no se juega.

Después de que se fue me quede pensando en aquella idea que pasaba por mi cabeza. Renata nunca sentiría nada por mí, ella no es así, así que no creo que le importe que juegue un poco con ella, además todos saben, porque ella lo dijo, que las lesbianas le daban asco, así que no le costara inventar una mentira para decir que el beso entre nosotras nunca paso, pero como divulgo el beso sin que se den cuenta de que fui yo.

Por Una BromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora