Entrega Prohibida

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Pov. Manuela

No sé qué hacer. No he podido hablar con ninguna de las gemelas. Cuando Regina y yo tronamos la verdad terminamos demasiado mal, ella termino gritándome y pidiéndome que no la vuelva a buscar en su vida, que ni si quiera la volteara a ver. Yo trate de explicarle las cosas, poniendo excusas de frente, pero ninguna me sirvió para que me escuchara y mucho menos para que me diera chansa de pedir perdón.

Y con Renata, después de que supe la pelea con su mama no me he atrevido a hablarle, ha de pensar que me rendí ante lo sucedido, pero no es así, ahora más que nunca la quiero tener cerca y decirle que estoy aquí para que pasemos esto juntas y superarlo.

-- Lola no es divertido ofenderte cuando no tengo una respuesta más humillante de tu parte-- Machu ya llevaba más de media hora tratando de distraerme de mis pensamientos

--Perdón pero no tengo cabeza para nada-- Le respondí con voz baja y triste

--Llevas semanas así wey, no puedes seguir con eso

-- Es que la verdad no sé qué hacer, me está matando el no poder hacer nada para arreglar las cosas.

-- Bueno, tan siquiera no estas hundida en alcohol como ya se te estaba haciendo costumbre -- Termino diciendo mientras podía la mano en mi hombro de forma burlesca.

Llevábamos cerca de dos horas tratando de hacer un trabajo que nos había dejado Humberto y como siempre, era un trabajo súper largo y aburrido.

-- Haber ya Manuela hay que ponernos las pilas -- Saco el libro de su mochila y comenzó a ojearlo.

-- ¡No puedo! -- Reaccione a su interés de que me quitara de esos pensamientos, de repente se me ocurrió una idea un poco estúpida -- ¿Y si hablo con Renata?

-- No puedes, si te ven con ella las van a acribillar a las dos-- Era cierto, si de por si nos decían de cosas. Me quede un momento callada, pensando en una idea menos suicida.

-- ¿Y si nos vemos a escondidas?

-- Estoy segura de que no se arriesgara a verte

-- Bueno pero puedo darle buenos argumentos

-- Y si te dice que no

-- Bueno tú me puedes ayudar

-- ¿Yo?

-- Si, tú te le acercas y le dices que si te puede ayudar con no sé qué materia y la citas para verse en la noche y en vez de ir tu voy yo

-- ¿Y no crees que se le haga extraño?

-- Bueno pero lo podemos intentar ¿no?

Intente poner mi cara más inocente y necesitada para que Machu aceptara, se quedó un momento en silencio sin quitarme la mirada de encima

-- Sabes que si me pones esa cara de perrito no puedo contra ti-- Soltó una sonrisa

-- Te deberé una muy grande

Las dos reímos un poco, y de repente Machu se tocó el brazo

-- Espera, pero como voy a saber quién es quién, yo no sé cómo diferenciarlas

-- Tranquila yo te diré quien es quien

-- Bueno pero esta me la voy a cobrar Lolita-- Volvió a reírse haciendo que también soltara otra más grande.

Más tarde Machu y yo nos fuimos a comer a la cafetería. En cuanto entramos logre ver que en una de las esquinas se encontraba una de las gemelas, voltee a ver a Machu quien tenga cara de interrogantica, esperando respuesta mía para ver si era la indicada.

Por Una BromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora