SinTeSis

lágrimas de un desalmado

Era una mañana cualquiera. "tranquila", solitaria.

El pequeño Antoni. De aproximados unos 5 años de edad, con una madre y padre consanguineos reproduciendose en plena mañana , salvaje, carnal, desvergonzado.

Kein : ¡Ya te corriste! .-Dice colerico mientras da un sorbo de aquella botella de vidrio cuyo contenido no era nada mas que alcohol.

Linda : Lo siento... .-Ruega con un tono de voz que hasta el alma mas cruenta del mundo se conmoveria.

Kein, el desalmado, separa su miembro de los gluteos blancos y pronunciados de Linda. Los empuja bruscamente hacia un lado sin separarse de su preciada botella. Se levanta y procede a colocarse el pantalon, sujetandolo con una correa negra y algo malgastada mientras que se coloca una camisa despojada de sus mangas que hacian notar la gran variedad de tatuajes en todo su brazo. Antoni, quien miraba fijamente el trato vulgar de su padre ; inexpresivo, desorientado, volteó rapidamente al ver los ojos de su padre que tambien lo miraban a él.

Kein salio de la habitacion con un arma entre los pantalones, siempre tiene una.

Antoni entro a la habitacion en donde se encontraba su madre, practicamente, violada.

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Antoni : Mami, ¿Porque no solo lo matas? .- Dice sin ninguna duda en su tonalidad.

Linda tomó un cigarro y lo llevo a su boca, inhalo y exhalo pausadamente todo el humo que habia devorado y respondió.

Linda : Porque crees que existes? .- Refutó.

Antoni mantuvo el silencio unos breves instantes.

Antoni : ¿Me tuviste para matar a mi padre?...

Linda : No, claro que no.

Antoni :  (...)

Linda : Existes porque no tuve el valor de matarte.

Linda miro fijamente a su hijo, sin pestañear , vio a su hijo casi petrificado pero inmutable.

Antoni : Sabes. Te quiero. .- Se mueve rapidamente hacia su madre para darle un breve abrazo.

Linda tiro el cigarro al suelo. Vio detenidamente la criatura casi diminuta que se acercaba desde la esquina de la habitacion hasta la cama en donde Linda se encontraba. Justo cuando la mayoria de sus extremidades  estaban al alcance, Linda, actuó velozmente, dejando sin aire al pobre ser que solo deseaba sentir el calor de su creadora.

Antoni : Me... Pateaste...

Linda : ¡Ni te atrevas a tocarme! .- Exclama con una cara de furia dibujada en su rostro. Toma la bolsa de polvo que estaba en el meson que estaba al lado de la cama y expulsa a la criatura de la habitacion a punta de golpes.

Antoni : Te quiero... Te quiero... ¡Te quiero... !

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Kein volvio a casa.

Nuevamente. De mañana.

Kein vio a la mujer petrificada en el salon. Antoni jugaba en el sillon viejo y roto que estaba al lado de la ventana sellada con madera, con sus manos jugaba, pues, jamas le habian comprado ningun juguete. Kein se retiro sus prendas, se acerco con una mirada temible, desorientadora, abrumadora, desgarradora... Lasciva.