Capítulo 9: "Dirigidos"

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La dirección completa del Colegio; eso era lo que tenía el Tangram. Los seis enigmas estaban dirigiendo uno por uno cada sector de primaria y secundaria de Quiteland. Desde los chicos de la escuela hasta los de secundaria guiados solo por seis personas.

Todo esto se desarrolló en tan solo minutos, cuando el sistema educativo inculpó a la directora del Colegio por brindar caramelos energizantes a varios niños que no rendían sus materias del todo bien; un acto que servía para poder ser parte del Premio al Mejor Colegio Académico.La subdirectora, amiga de Sheila (directora general), fue acusada por comprar estos caramelos.

Mientras tanto, los profesores no habían asistido por un paro general de docentes. No, no era casualidad toda esta coincidencia, es que Riuk tenía muchos contactos, contactos provenientes de todos lados, capaces de hacer cualquier cosa. Por lo pronto, en ese momento, no era tiempo de conocer a los amigos de Riuk.

- A ver manga de tontos, ustedes se van a quedar aquí sentaditos hasta que nosotros les digamos, no van a hacer nada que no les ordenemos, ¿comprendido? – dijo "la loca" Kitty. En un unísono todos respondimos asintiendo.

Nick, con su pelota de rugby, comenzó a picarla, y luego, las gemelas Loopel le pidieron a Kitty que no fuera tan grosera con los niños.

- ¡Pues vete a tu casa si no quieres poner orden! – les dijo Kitty a las gemelas intentando susurrar, pero en realidad, todos lo escucharon.

Yo, estaba con Lina, sentado como si fuera un rehén, y no lo era, y por eso, me levanté, como muchos del sexto curso que les parecía una tontería lo que estaban haciendo.

Por más que tenía ganas, había llegado Riuk.

- ¿Pero qué intentan hacer ustedes? – preguntó mirándome de reojo.

- No son nadie como para decirnos lo que hacer, o sea que me voy.

- Tú no te vas a ninguna parte, no puedes irte – me amenazaba Riuk.

- Perdona, ya me voy, estuvo buena la broma de que ustedes dirigían el colegio – y comencé a reírme.

Sin embargo, en ese momento, aprendí lo poderoso que era el Tangram, porque, en ese instante, el puzle que tenía Riuk en la mano, no permitió que me moviera.

Yo, sorprendido, lo volví a mirar, pensé que estaba soñando, pero no, era cierto. Era cierto todo. Por lástima, mientras más me introducía en el mundo del Tangram, más riesgos tenía, pero haría todo lo posible para descubrir lo que Riuk y su patrulla estaban tramando.

Tangram: "El Juego de las Siete Piezas"Where stories live. Discover now