Tangram: "El Juego de las Siete Piezas"

Capítulo 28: "La verdad"

Corrí. Corrí como nunca antes lo había hecho, corrí para no pensar, corrí para huir.

Voy hacia mi casa y me recuesto en mi cama para intentar unir los hilos, para intentar entender.

Sin embargo, sé que hay un punto clave que nunca le dije ni a la policía ni a nadie, y es un punto que podría ayudar a que estén en la cárcel.

Es que aquel día de diciembre qué pasó lo que pasó, el ruso vendió esas galletas y poco después todos estaban desmayados, y que casualidad que al señor Liban le había pasado exactamente lo mismo.

Por lo tanto, esas galletitas hacían que las personas perdieran el conocimiento, pero no hacía que mueran, ya que luego explotó la bomba... Si daba ese testimonio, podría hacer algo, podría acabar el Tangram de una vez por todas...

Voy a la comisaría con mi madre a presentar mi testimonio, y los policías escuchan atentamente y deciden allanar todo el colegio, aunque Blind y Philippe, no estaban ahí, pero el ruso sí.

Detuvieron al ruso y le hicieron preguntas hasta que luego se sintió tan amenazado que confesó todo y hasta delató a sus aliados.

La historia comienza devuelta así.

Otro año más. Otro año en donde todo iba a cambiar. Se forma un grupo llamado Tangram comandado por un chico llamado Riuk. Este chico tiene ciertos complejos y busca a gente que se encuentre mal psicológicamente para poder "ayudarlos" o eso creía él. Es ahí cuando aparecen Nick, Zaboo, Kitty y las gemelas Bel y Bethel Loopel. Por alguna razón, no había una séptima persona, a pesar de que eran siete piezas.

Buscan una escapatoria en el Tangram, ya que todos tienen un problema en la vida. Intentan dominar el colegio para creerse superiores frente a los demás.

Una construcción llega a la ciudad y los constructores no quieren decir nada.

El concierto más esperado de todo el año da lugar en el estadio y ahí, el chico se encuentra a Philippe (un hombre conocido por todos y llamado "el viejo del barrio"). Philippe vive en la calle y siempre está borracho.

Tiempo después, en el día definitivo, el ruso vende galletas para de alguna forma envenenar a los alumnos así no había ningún tipo de resistencia cuando explotara la bomba.

Riuk cree en "el más allá" e intenta convencer a los integrantes de que se unan a su movimiento.

Los integrantes buscan escapar, pero justo cuando van a irse, la bomba explota.

Dos meses de tristeza azotan a la ciudad y cuando nadie encuentra respiro, los constructores oficializan que la construcción va a ser un nuevo colegio.

Muchos habitantes se van de Quiteland en busca de una mejor vida, pero otras creen en que todo va a mejorar.

En marzo, nadie dice quién es el director, pero luego, un chico llamado Jay logra saber que el director es el padre de Riuk, quien no se arrepiente de estar en el Tangram ya que al igual que su hijo, cree en "el más allá".

El ruso, por lo tanto, intenta esconderse de todos, dado que él fue el que vendió las galletas.

Philippe, el viejo del barrio, conocido por todos y viviendo una penosa vida a causa de su borrachera y su vida en la calle, buscó una escapatoria en el Tangram y creyó en él, y piensa que, si no puede tener una buena vida en la actualidad, en "el más allá" la va a tener...

Le confiesa al chico que él es el jefe del Tangram, que él es el que planificó todo.

Luego de saber la verdad, el chico corre e intenta no pensar, y llega hasta aquí, la comisaría, ¿es así como me lo dice verdad?

- Si, así mismo, eso es todo lo que sé sobre el Tangram – le digo yo.

- Sinceramente, no sé qué pensar, pero muchas gracias por habernos ayudado a encontrar a estos farsantes.

Me quedo mirándolos un momento y pienso en algo más importante que el Tangram, me quedo pensando en Lina, y ahí, es cuando me acuerdo de algo: ella se va a ir de Quiteland para siempre.