Capítulo 13: "El constructor"

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Lunes. La semana volvía a empezar; la primera persona que me encuentro en el pasillo es Kitty, con su cara de felicidad habitual. La miré y de un momento a otro, me dio por preguntarle lo que quería preguntar hace mucho tiempo.

- ¿Por qué te aliaste al Tangram? – sin más, tire la pregunta. Quería ansiosamente conocer su respuesta.

Ella demoró unos segundos en contestar.

- Creo que me pareció bueno el objetivo final del proyecto – parecía que, por primera vez, me estaba hablando sinceramente.

- ¿Y cuál es el objetivo final? - le pregunté.

- No te lo dirá – esa voz no era de Kitty, era de otra persona, y era de una voz que me resultaba familiar. Luego apareció y lo vi. Era Riuk.

Su mirada desconcertante me daba cierto temor.

- No sigas molestando- me dijo él - o ya vas a ver – me responde de un tono más prepotente.

- ¿Qué voy a ver? – le digo de un tono aún más enojado.

Riuk se encamina a pegarme, pero no puede, pues justo en ese momento llega el adscripto de nuestra clase a separarnos.

- Los dos a recepción – dice de una manera serena.

Pero, en ese instante, tenía ganas de desquitarme con Riuk, de preguntarle todo lo que tenía que preguntarle. ¡Había sido un gran comienzo del día, con una observación y con una detención para la tarde! Pero todo esto me dio igual, seguí con mi día tal y cual lo tenía planificado.

El día estaba llorando. La lluvia acechaba en todo el colegio. A la siguiente hora tendría una prueba escrita de física a la que no había estudiado porque no había tenido tiempo, aunque, aun así, confiaba en que mi memoria me ayudara.

No fue así. Mi memoria no me ayudó ni un poco y estoy cien por ciento seguro de que esta prueba no la voy a pasar.

Ni bien termina el día, voy a ver a Lina.

Cuando la veo, la saludo y noto algo raro en ella. Siento que quiere contarme algo; algo importante.

- ¿Estás bien? – le pregunto después de verla así.

- Perfecto – me dice, y la sigo notando rara. Comienza a desviar los ojos de mí, a intentar evadirme, a intentar no hablarme.

- Sé que me quieres decir algo – y la miro a los ojos.

Su mirada se vuelve a mí.

- Hay algo que está pasando en Quiteland – me dice, con miedo – Volví a ver a la persona; al constructor. Su mirada me intriga; ¿no te parece raro que comiencen a construir algo aquí? Vivimos en un pueblito más chico que el pulgar de mi mano, y que construyan algo... es un poco extraño. Te aseguro de que la construcción no tiene la infraestructura de una casa, es mucho más grande... 

Tangram: "El Juego de las Siete Piezas"Where stories live. Discover now