Capítulo 17: "El Show"

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Era el día. La banda coreana iba a tocar hoy en Quiteland a las 10 y media de la noche y yo estaba completamente preparado para eso. Iba a ir con mi tía y uno de mis primos llamado Ken.

El sábado a la mañana me preparé para el show escuchando en mi celular todas las canciones de la banda. No podía más de la felicidad.

El show iba a ser en el "Parque de los Parámetros"; un gran estadio que restauraron hacía muy poco tiempo para este evento tan especial. Antes de todo esto, era una construcción abandonada sin ningún sentido. Cerca de este estadio, se encontraba la nueva construcción de la que ya he hablado.

Para encontrar un buen lugar dentro de la tribuna que teníamos asignada, había que ir tres horas antes. Eran las 8 y media y la gente no paraba de llegar, gente de otros estados e incluso de otros países llegaban a un pueblo que no tenía nada de especial.

En la espera del espectáculo, las luces predominaban en el escenario y las personas vivían con emoción aquel momento.

Cuando estaba por comenzar, Ken compró pop y Coca Cola para él, y ni su madre, ni él, me ofreció a mí. No me molestó, pero tampoco me gustó su actitud.

A las diez y cuarenta y cinco comenzó el ansiado show. La banda coreana entró con todas las ganas y un montón de luces y fuegos artificiales aparecieron en el cielo. Toda la gente gritaba eufóricamente mientras cantaban cada canción. Las canciones fueron pasadas en orden y por suerte me sabía casi todas.

Mi tía había ido solo a acompañarnos, así que no le dio mucha importancia al recital y hacía todo lo posible para mirar a otro lado. Ken, por lo tanto, sabía solo las canciones más populares de la banda, las demás, se pasaba comiendo.

Durante el recital, hubo de todo un poco. Había gente que se colaba, había otra que no pagaba la entrada y la seguridad no hacía nada, y, sin embargo, había gente que ni siquiera se sabía cómo habían llegado allí.

Pero en un momento, lo veo a Philippe, mejor conocido como "El viejo del Barrio". Lo único que hacía en su vida era emborracharse y andar en malas vueltas con gente desconocida. Por lo general, se encontraba en esa calle y se lo veía hasta la tarde. Ya en la noche, nadie sabía de él; nadie lo veía. En ese instante, me pongo a pensar en él, en su vida, en lo que debía de ser todo. Escucho toda la música distorsionada, comienzo a cerrar los ojos levemente, abro devuelta, miro hacia delante y veo al "ruso". ¿Por qué recién comienzo a verlo hace dos días? Sí, quizás estoy exagerando, pero cada vez que lo veo, pienso que algo malo va a ocurrir...

Tangram: "El Juego de las Siete Piezas"Where stories live. Discover now