11. Mi Asesino, Mi Amante

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Advertencias:

i. FURIOUS IS STILL IN THE HOUSE, BITCHES.

Spoilers: Inmensos spoilers del libro 8 de Cressida Cowell: "Como Romper el Corazón de un Dragón." Furious forma parte de su propiedad, no es mío. Yo le he hecho algunos cambios a su historia, pero aun así, tomo líneas explicitas de los libros. ¿Por qué? Porque me hicieron llorar cuando leí el libro. Son así de poderosas.

Notas: Recomiendo, que para disfrutar este capítulo mejor, escuchen "Battle For Kattegat", que forma parte del soundtrack de Vikings. Busquen la rola en Youtube o en mi Fanmix, ¡no se arrepentirán!

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Parte

XI.

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"Sueña, hermano.

Mi asesino.

Mi amante."

-Placebo ("Battle for the Sun").

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Stormfly había estado comportándose errática todo el vuelo de regreso a Berk. Parecía que entre más se acercaban al archipiélago, la dragona más insistía en cambiar rumbo al noreste. Astrid hacía todo lo posible por apaciguar a su amiga, pero Stormfly era igual de testaruda como su jinete, cuando quería. Utilizó cada truco conocido en su entrenamiento para concentrar a Stormfly en el rumbo debido.

"Te comprendo, Storm. Sé que estás preocupada. Yo también estoy preocupada. No te mentiré, no te diré que todo estará bien—Pero, no estás sola. Pase lo que pase, no estarás sola." La ausencia de Valkyria y Camicazi en la isla de las Bog-Burglars había sido un alivio disfrazado. Si no habían estado en el lugar durante los saqueos, eso dejaba un espacio enorme para que la incertidumbre se sembrara. ¿Habían escapado? ¿Habían sido secuestradas por los Berserkers? ¿Continuaban con vida? No habían encontrado rastro de Bertha tampoco. Astrid no solía ser la pesimista del grupo, pero era lo suficiente realista para inclinarse más por la opción de secuestro. Dagur no dejaba ir a los peces grandes. No podía ser coincidencia que la Jefa y la heredera estuvieran perdidas en acción...

Divisar Berk a la distancia, le trajo humedad a su mirada. El alivio de llegar a casa fue tan inmenso, que Astrid abrazó el lomo de Stormfly. "Gracias, chica. Gracias por hacerme caso."

El alivio no duró, sin embargo.

Valka debió de haber dejado órdenes a las patrullas de ser avisada ante su retorno, porque apenas Stormfly pisó High Point, la Jefa ya estaba saliendo de la cabaña de los Haddock. Estaba limpiándose las manos con un estropajo. Astrid estuvo fijada en la acción mundana, simplemente porque era sangre lo que la mujer estaba limpiando.

Con el corazón cayendo a sus pies, Astrid articuló su más grande miedo. "¿Está Hiccup...?" ¿Por qué estaba saliendo de la casa Haddock, cuando Valka tenía su propia cabaña? Las posibilidades—todas ellas, las menos positivas—corrieron por su cabeza.

Valka miró el trapo, y luego a ella. "No es sangre de mi hijo. De eso, no te preocupes."

Astrid se sostuvo de Stormfly, mordiéndose el suspiro de consuelo.

"¿Dónde está Eret? ¿Qué ha sucedido, Astrid? Todo en ti me habla de que estuviste en batalla."

Astrid asintió, sombría. Guardó sus sentimientos de regreso a aquel cobre de acero n su interior, y dejó que su objetividad la manejara. "Las Isla Bog-Burglar estaba bajo asedio cuando Eret y yo arribamos. Ha sido... destruía. Quemaba por completo."

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