INTERLUDIO II:
HAMR.
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"Y arde tu cuerpo en mi memoria;
arde en tu cuerpo mi memoria."
-Octavio Paz.
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Munr.
Mente. Corazón.
Wodensfang sucumbió a lo que su Sál necesitaba. La cueva era limitada; la tormenta en pleno desarrollo. No tendrían mucho tiempo, antes de que fueran llamados de regreso al campamento principal.
Tirado en el lodo, el caoba de los cabellos de su mortal, se perdió entre la tierra humedecida. Las canas de su adultez media habían desaparecido. Aparte las profundas líneas enmarcando sus ojos, un fin velo oscurecía las pupilas de Hiccup, robándole de la completa consciencia. Sus dedos desnudos se enterraban en las coberturas escamosas de Wodensfang.
Hiccup no veía su mundo físico, en estos momentos. Percibía lo que su propia Sál experimentaba, empapado en un plano de existencia ajeno al del hombre.
Hiccup se sostenía del pecho del Seadragonus con recelo. Su alma, expuesta entre el abrigo de su abrazo, resplandecía con lamentos de placer. Hiccup partía sus labios, lamía las gotas de la lluvia que rebotaban a la entrada de la cueva, y sonreía.
Tanta perfección, se sentía prohibida.
El uniforme del Rey estaba ensangrentado de vidas ajenas, tomadas en combate. Hiccup había defendido sus tierras de invasores, con toda arma posible, y por todos los medios posibles. Había volado en Wodensfang. Había corrido las colinas con sus hombres. Había zarpado en drakar para planear estrategias con sus camaradas.
Había asesinado con Stormblade. Con hacha, espada, lanza, y puños.
Había ganado con su pueblo.
Y ahora, celebraba a la vida. A la muerte.
Hugr.
Cuerpo.
Piel. Cicatrices.
Mortalidad.
En Comunión, absolución fue brindada para ambos, el cuerpo de Wodensfang cubriendo al humano con cuatro patas, alas y cola. Siseos se confundieron con gemidos primitivos.
Sintonía.
Unión.
Desde que había conocido a Hiccup, Wodensfang había aprendido un nuevo diálogo, a confiar, a no ser controlado por el miedo. Había ganado sinfín de victorias junto al vikingo, pero a su vez, durante el largo transcurso de los años, Wodensfang había tenido que renunciar a otros aspectos íntimos.
El Hamr. La piel del Rey—su cuerpo—estaba reservaba para los actos de la ley del hombre, para la bendición de Freyja. Para concebir vida mortal, y honrar fidelidad de esposo a esposa.
Sin embargo, esto, este acto erótico que trascendía lo carnal, era sólo de Wodensfang. Sólo de él. Sólo para él. Wodensfang no necesitaba una corona para compartir el clímax de su humano, en luminosa armonía.
"¿Qué harás cuando yo muera?" La voz ronca de su da wingless manifestó, cuando ambos descansaban en asilo de piedra y de diversos apéndices.
"¿Por qué piensas que tengo planes al respecto?"
"Porque últimamente, te pierdes en tus visiones, de tal manera, que temo no recuperarte." Wodensfang era un Seadragonus de herencia manchada. Su sangre estaba mezclada, diluida por cruces de dragones más comunes, y de menos importancia. En consecuencia, su tamaño nunca alcanzaría las épicas proporciones de sus ancestros. Su especialidad era el Futuro, no la soberanía de los océanos. Aunque lo negaba, Wodensfang sabía que Hiccup estaba aliviado por aquel hecho. No poder estrecharlo de su cuello, no poder alcanzar su cabeza para rascar sus orejas—Hubiera sido una perdida vital para el humano. "Haz mirado un diseño más grande de lo que somos ahora, lo sé. Aun cuando mi día de unirme al Valhalla llegué, sé que será una larga espera por ti, mi amigo."
Melancolía, era una perpetua compañera de Wodensfang en estos días. Los años de decadencia en el cuerpo de Hiccup se aproximaban, y con ellos, una nueva Era.
Wodensfang cerró sus ojos. Abrió su hocico, y le mintió a Hiccup por primera vez.
"No importa lo que Vea Más Allá. No será mi lugar interferir. No hay Planes." Su trompa inhaló del cuello del Rey sudor, guardando el olor de la lluvia en su memoria. "Cuando Mueras, yo Muero."
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FIN DE INTERLUDIO II.
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(¡) Les recuerdo:
Hamr: Forma/Cuerpo.
Hugr: Pensamiento.
Da wingless: Humano(s).Ahora sí, griten conmigo: ¡EREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEET!
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Munr
Hayran KurguT1: Justo cuando Hiccup y Astrid están a punto de contraer nupcias, un ritual de una vieja espiritista vikinga expone una dura realidad a la pareja-el alma de Hiccup ya le pertenece a alguien más. T2: Relaciones serán puestas a prueba para decidir...