Motín

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Una carta ingenua es la que me has escrito y quiero, insisto, por esas mañas del destino que me inclinan a ti una y otra vez como en una mala novela policíaca, darte el mínimo sosiego del que puedo ser capaz y explicar todo lo que ha pasado: parece cierto que leer mucho no es tan bueno para ciertos asuntos de la vida, dicen los que imponen lo que es bueno para una vida exitosa y productiva. Yo la verdad no me amilano por nada y me valen huevo los doctos bien afeitados y de traje. Ahora dirás que no entiendes de qué hablo, y que mis tonterías pseudo-punkero-literarias están pasadas de moda porque los ochenta han muerto y los que piensan así están condenados al fracaso. "Inquietudes selectas clavadas como una corona de púas en las sienes, haciendo mella en la salud espiritual" me dirías tú si de nuevo regresaras para verme. No quiero contestar con una cantata a tus argumentaciones vacías y, desde que supe que aún pervivias en la misma postura que insistías mantener a pesar del fracaso durante tanto tiempo, decidí hacer la...

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