Spaghetti

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La visión universal de tu mundo subterráneo, me venía de eventos que recordaba con la boca sonriente al caminar por las calles de esta ciudad donde ahora sólo hay días de sol. Pronunciabas palabras que te gustaban para mí y movías los labios con morisquetas graciosas muy lentamente para decir óctupus con una gracia que hasta ahora para mí, que parezco ser tan viejo de alma y he visto tanto del mundo sin moverme de esta aldea, es inigualable. Albóndigas con pasta, pero sin usar un ápice de carne, preparaba para ti y te llamaba a almorzar desde las estribaciones de la escalera, con un acento calabrese que encontrabas desternillante y sólo optabas por ruborizar tus abundantes cachetes que era lo que más amaba de ti cuando me amabas. El chef mediterráneo  que habita en mí es un geógrafo escribidor de cartas rosas, acompañadas de vino del mismo tono, que con plántulas como el brócoli, alcachofas y aceitunas negras Griegas, modelaba recetas sanas los días de cinema en tu antiguo departamento, con pasta porque la mitad de mi latinidad, si es que existe el término, es de un italiano del sur, propio de las familias de la Ndrangheta. Ves que debo remontar años en la memoria para ubicarte feliz conmigo? Ahora, parezco ese pequeño y flacucho Kerouac, pero sin anteojos, que..

CARTAS A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora