CAPÍTULO 28: Mi novia.
A N A
El discurso de la rubia por fin acaba y la emoción regresa, sigue mi hermana. Me siento tan feliz y orgullosa de ella. Después de todo, al final ha logrado superarse y superar al cabrón de Osvaldo. Ahora obtendrá su recompensa por seguir adelante y ser valiente. Hace años, cuando creí que estaba perdiendo a mi hermana, pensé que este momento no llegaría, que ella terminaría en un hoyo de pudrición solo por su enfermo amor y que jamás la volvería a ver, sin embargo, aquí está, y no puedo dejar de sonreír por ella. La terapia sirvió, nuestro apoyo sirvió, que llegara Darío a su vida sirvió y lo más importante es que lo hizo su esfuerzo.
Papá la nombra por segunda vez, pero no aparece, ¿qué está pasando?
—¿Alguien sabe dónde está Catalina? —pregunta, provocando que todos la busquen con la mirada, incluso Darío, este hasta se levanta de su asiento para ver mejor.
—Yo la vi ir al baño —dice una chica.
—Ya la busco yo —habla de inmediato, Brenda, la amiga de mi hermana y se levanta de su silla. Papá espera, todos lo hacemos hasta que ella regresa corriendo, alterada—. Director, ella no está ahí, pero... Hay sangre en el piso, demasiada como para decirle que es otra cosa. Y además se nota que, lo que sangró o quien sangró fue arrastrado.
Entonces, Darío se mueve como rayo, yendo él mismo al baño, seguido de Brenda. Yo me giro hacia Javier intentando hallar lógica de lo que pasa, le doy a Lorenza dormida en brazos y voy tras Darío.
—Esto no me gusta. —Le oigo decir a Brenda antes de entrar yo misma y ver un ligero charco de sangre dispersado como si alguien hubiera intentado quitarlo, junto a este hay un pedazo de madera gruesa—. Darío, alguien fue golpeado con esto, y temo darme cuenta de que la sangre es de Cata.
A los segundos entra papá, viendo todo, horrorizado.
—¿Qué demonios es esto? —Se pasa las manos por la cabeza—. ¿Ya buscaron dentro?
—Sí, no hay nadie —le responde Brenda. Ya que no hay rastros de Cata, todos salimos.
El ambiente se vuelve tenso, todos nos miran esperando a que les digamos lo que pasa, pero siquiera entendemos bien esto.
Pronto nos distrae el sonido de un teléfono. El que reacciona es Darío.
—Es un mensaje de Cata —dice—. Es una foto.
Cuando creo que me calmaré, veo la cara de horror de Darío que lo que hace es ponerme peor.
—¡Hija de puta! —grita—. Esmeralda se la llevó.
—¿Qué? —Brenda y yo sabemos lo que implica. Continúa Brenda—. Esto no puede ser. Mira, vamos a calmarnos y...
—¡No, no puedo, Brenda! —Darío la interrumpe, muy alterado—. ¡No puedo calmarme cuando mi novia está en peligro con esa loca! Además, mira cómo la tiene.
Le muestra el teléfono, temblando, yo me acerco para ver y resulta que la loca le mandó una foto desde un auto, ella sonríe a la cámara mientras una chica embarazada a su lado llora y mi hermana está inconsciente, atada en los asientos traseros con la cabeza llena de sangre. Y luego dice "Una última foto, amor"
—¿Tu novia? —Papá reacciona. Bien, ahora lo sabe—. ¿Catalina y tú son novios, Darío?
Darío, entre la alteración y los nervios, lo mira y comienza a hablar.
—Sí, Lauro, es mi novia, y te lo iba a decir hoy. —Todos comienzan a murmurar, sorprendidos. Papá está por decir algo, pero Darío no lo deja—. ¿Y sabes qué? Ahora mismo no me importa lo que pienses o si estás en desacuerdo o no. ¡Amo a tu hija, pronto le pediré que se case conmigo y, quizás, en unos años tendremos bonitos bebés! Pero ese no es el punto, el punto es que mi exnovia tiene secuestrada a Catalina y debemos hacer algo, si no, la va a matar, Lauro. Te prometo que así de loca está.
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El virgen que llamaba a la línea erótica© [AYOD #1]
RomanceDISPONIBLE EN FÍSICO POR AMAZON Ella vende sexo telefónico, y su mejor cliente es también su profesor. Un encuentro fortuito que cambiará sus vidas. *** Después de una vergonzosa ruptura, debido a un problema sexual inevitable, el profesor Darío dec...