Capítulo 25

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Fui a abrir y al hacerlo alguien se tiró encima de mi, cerró la puerta con llave y me besó. Sabía muy bien quien era, lo noté en como me besaba. Me empujó contra la puerta y me atrapó contra ella. Seguía besandome sin darme un respiro y yo le correspondía con las mismas ganas que él. Pasó sus manos por mi cintura apretandome contra él y yo las mías por su nuca, cogiendolo del pelo y acercandolo más a mi. Su lengua me pedía permiso y yo se lo di sin rechistar, al tocar nuestras lenguas fue como una explosión en mi sistema. Se separó un poco con la respiración entrecortada y me miró a los ojos.

-Porque lo hiciste?- su voz era ronca- enserio creías que me olvidaría?

-Te dije el porque- dije igual que él- y tenía la esperanza de que no lo olvidaras.

Él me abrazó y escondió su cabeza en mi cuello y yo me apoyé en él. Lo separé de mi y lo miré a la cara, puse mi mano en su mejilla y pasé mi pulgar por el moratón de su ojo.

- Que te ha pasado? Yo te dejé seco, vestido y sin un rasguño- él se rió nervioso.

-Digamos que un árbol cobró vida y me pegó- me reí.

-Funcionó de algo el hechizo?- levanté una ceja.

- Si, me acordé mientras vosotros comiais,  cuando Sky no estaba a mi alrededor como una mosca- rodó los ojos y me reí.

- Te lo ha curado?- señalé su ojo.

- No le he dejado- se encogió de hombros.

Lo agarré de la mano y lo arrastré a la cama, lo senté empujandolo por los hombros, él me miró divertido.

- No te emociones, tengo novio- me acerqué al baño.

Cogí unas cuantas cosas del botiquín para curarlo y volví con él. Me puse encima de él sentada y él aprovechó para agarrar mi cintura. Me miró a los ojos y yo me centre en su herida. Cogí el algodón, le puse alcohol y se lo pasé por la herida infectada.

-Mier...- lo besé mientras se lo seguía pasando.

Dejé de pasárselo y me separé de él, me levanté y fui a dejar las cosas en su sitio, pero pensé que si tenía heridas en un ojo, también tendría en los nudillos, así que volví a la cama.

-A ver los nudillos- el negó- vas a hacer de niño pequeño?- el asintió.

- Si me das premio te los enseño- sonrió.

-Primero los nudillos- me los enseñó y estaban en carne viva- serás burro.

Me acerqué a él y me puse de rodillas en el suelo, le cogí la mano y pasé el algodón por todas sus heridas, parecía un niño pequeño. Le vende la mano lo mejor que pude y pasé a la otra haciendo exactamente lo mismo. Me levanté y me dirigí al baño, pero él me cogió de la mano y me atrajo a él. Me sentó sobre el y me miró fijamente a los ojos.

-Me debes un premio- me susurró en el oído provocando a mi piel.

Dejé las cosas sobre la cama, me coloqué mejor sobre él y empezó a besarme el cuello, yo sólo estire el cuello hacia atrás dejándole espacio. Sus besos bajaron hasta mi escote, pero en vez de bajar volvió a subir hasta llegar a mi boca. Rozó sus labios con los míos, provocando descargas eléctricas en mi cuerpo, pero en ningún momento los unió del todo.

-Mi paciencia tiene un límite- lo agarré del pelo de la nuca y lo besé acercandolo a mi.

Lo besé ferozmente, sin poder pensar en nada más que en él, era algo maravilloso.

-Tendré que llevarte más veces al límite si esto es lo que sucede- me volvió a besar.

Noté a alguien acercarse así que lo separé y me concentré, rodé los ojos y me levanté atandome bien la bata.

-Que pasa?- parecía confundido.

-Tu novia te busca- me volví a concentrar en ella- esta a punto de entrar en tu habitación.

-Como sabes que está ahí- me encogí de hombros.

-Show en 3, 2, 1...- se escuchó un grito- te conviene irte a tu habitación- esperé a que saliera- ahora.

-Vaaale- me dio un beso en la mejilla y se fue, pero paró en seco- volveré.

Me reí y él se fue del todo, me concentré en su hilo y lo vi todo. Sky volvió con Aron y Lia, abrió la puerta y vieron a Dast saliendo del baño. Estuvieron un rato hasta que Aron y Lia se fueron, se quedó Sky, pero se fue rápido porque Dast la echó.

"Te aseguro que volveré " sentí que miraba hacia aquí y me puse roja.

Me quité la bata y me metí en la cama, pero no pude dormir.

**********

'Toc Toc Toc'

Me levanté ya vestida, miré la hora y eran las 5 de la mañana, muy pronto para ser Dar, Tar, Park, Roxanne, Lex o Josh. Abrí un poco y entró de golpe, sin darme tiempo a saber quién era.

-Te dije que volvería, un mes tarde - se rascó la nuca- pero he vuelto- me sonrió.

Me besó, pero esta vez no se lo seguí, durante todo ese mes vi como besaba a Sky y por las noches sentí como se la tiraba, casi cada noche.

-A buenas horas- me giré y fui a atarme las deportivas- no hacía falta que volvieras.

- Que te pasa?- me miró serio- crees que para mi ha sido fácil verte con ese?

-A ese lo dejé hace una semana, y porque?- lo miré mal- ah si, por el imbécil que está aquí, el imbécil que se tira casi cada noche a la princesita, ese que la besa delante de mis narices cada vez que está- bajé un poco el tono de voz- pero tranquilo que todo vuelve.

- Yo... no sabía que lo dejaste, ni que te sentias así- me miró arrepentido.

-Y como quieres que me sienta? Te recuerdo que siento las cosas que pasan en toda la mansión, y puedo sentir todo lo que pasa ahí delante. Hay lugares que puedo obviarlos si me concentro mucho, pero la habitación de enfrente no es uno- me acerqué a la ventana para salir.

- Lo siento, no era mi intención...- me reí.

- Pues si que será mi intención lo que pase de ahora en adelante- salí, me acerqué al borde y me dejé caer, transformándome en el Fénix que soy.

Sobrevolé todo el bosque. Tenía un destino al que quería llegar, pero antes tenía que hacer algo.

"Dar, Tar, volveré en 2 días, lo prometo, si no vuelvo es que estoy muerta, os quiero"

Me alejé lo más rápido que pude y llegué a lo que era mi casa cuando era una niña en un abrir y cerrar de ojos, me volví a transformar y me puse la capucha.

Caminé durante media hora hasta que llegué al bosque donde dejé a mi madre y mis hermanos. Me concentré en todos los hilos que había, la mayoría eran de animales, menos uno, ese era un hilo medio naranja, medio lila. No lo entendía, pero lo seguí. Llegué a una cabaña pequeña. Toqué la puerta y me abrió una señora de unos 30 años, no más, pero sabía perfectamente quien era.

-Quien es?- me preguntó tranquila.

Me quité la capucha y la miré a los ojos, los cuales se volvieron naranjas al verme.

- Dhana?- asentí con lágrimas en mis ojos.

La Hija Del Fénix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora