CAPÍTULO CUATRO - Solo amigos

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-¿No vas a desayunar? -pregunta la madre de Ángela

Ángela ni siquiera le miró y salió de casa, todos le miraban así que decidió sacar sus auriculares para escuchar música de su teléfono.

Camino hasta llegar a una tienda en donde compró un yogurt y un paquete de galletas para comer en todo el día.

Caminó hasta su trabajo en donde encontró a Esteban.

-Hola, ¿Ya estás mejor? -preguntó Esteban y Ángela asintió levemente con la cabeza - ¿No me vas a hablar?

-No tengo ganas de nada, anoche no pude dormir -dice comenzando a tomar su yogurt

-¿Ese es tu desayuno? -preguntó Esteban

-Si, no tengo hambre y no tengo tiempo de comer -dijo entrando a la cafetería para irse a su lugar de trabajo

-Llegaste más temprano Ángela -dijo su jefe

-No quería estar en casa así que salí más temprano para ayudarle a acomodar los pasteles -dijo Ángela desanimada

-No debiste venir a trabajar...

-Ya le dije, no quería estar en casa -dijo interrumpiendo a su jefe

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Ángela estuvo todo dia callada y ayudando en la cafetería mientras que su jefe y Esteban sólo le miraban.

-Debes hablar con ella, se ve mal -dijo el jefe de Ángela

-No quiere hablar, ayer no me dijo nada, sólo estuvo llorando -dijo Esteban dando un suspiro

-Llévala al parque -dijo el jefe de Ángela

-Pero aún no termina su trabajo -dijo Esteban

-Tu llévala, yo termino lo que falta -dice mirando a Esteban quien sonrió y se acercó a Ángela

Ángela sintió la mano de Esteban sobre la suya y le empezó a jalar sin decirle nada.

-¿Que te sucede? -preguntó Ángela asustada pues Esteban se detuvo y le quitó el mandil que Ángela traía, desató su cabello y la llevó fuera del local - Esteban, suéltame -decía Ángela golpeando la mano de Esteban - Aún no termino mi trabajo -dijo Ángela

-Shhh, silencio -dijo Esteban volteando a ver a Ángela - Don Julián me dió permiso de llevarte lejos de ahí así que no debe de preocuparte

-Pero...

-Shhh, tu solo no te opongas -dice mientras continúa caminando hacia el parque.

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-Solo diviértete -dice Esteban mirando a Ángela

-Esto es para niños -dice Ángela mirando los juegos que habían en el parque

-Pues tampoco eres una anciana -dijo Esteban sonriendo

-Pero tampoco tengo 5 años -dijo Ángela suspirando

-Los juegos no están prohibidos, puedes subirte -dijo Esteban mientras llevó a Ángela a una resbaladilla - Sube

-No, no sé para qué me trajiste aquí -dice rodando los ojos fingiendo estar molesta

-No quería verte llorar otra vez -dice Esteban molesto - Me enoja verte así sin saber el porque, así que te tienes que divertir para que no vuelvas a llorar -dice mirando a Ángela quien también le miró

-Mmmm no me queda de otra -dice soltando la mano de Esteban para subir a la resbaladilla

Me gusta verle sonreír de esta manera, ver cómo se divierte, como es feliz y más si es por mí. -pensó Esteban mientras que Ángela se subía a los juegos y se reía cada que se iba a caer pues estaba agotada y débil ya que últimamente no comía muy bien

Ángela y Esteban se subieron a varios juegos e incluso los niños de ahí se divertían con ellos, Ángela reía y ya no estaba triste, Esteban estaba feliz de ver que Ángela ya no lloraba.

Esto era lo que necesitaba, una tarde en el parque mientras me divierto, mientras me olvido de los malos momentos y soy feliz aunque sea unos minutos u horas. Justo ahora me siento libre, tranquila y sobre todo feliz -pensó Ángela mientras miraba a Esteban quien reía con los niños pequeños que estaban ahí

-Te quieren mucho ehh -dijo Ángela al ver que Esteban estaba jugando con los niños del parque

-No estés celosa -dijo Esteban, haciendo que Ángela se sonrojara

-Uhhh -dijeron todos los niños

-¿Celosa? ¿De ti? Jajaja, no me hagas reír -dijo Ángela cruzando los brazos

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-¿Te divertiste? -pregunta Esteban mientras camina con Ángela

-Si, fue bonito ir contigo -dice sonriente - Pero no te emociones, sólo somos y seremos amigos -dice mirando a Esteban

-Por ahora -dice mirando a Ángela, quien se sonrojó

He encontrado el amor, justo en ella, en ese pelo castaño, esos ojos cafeces, esos labios tan delgados y en ese corazón tan amable -pensó Esteban mientras tomaba la mano de Ángela

-Es para que no te pierdas, no te emociones -dijo Esteban riendo y Ángela también comenzó a reír.

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Ángela llegó a su casa y subió a su cuarto, cerro la puerta y se recostó sobre su cama quedando completamente dormida

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Hasta aquí este capítulo
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EDC: El inicio de una confusión.  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora