Cicatrices Incurables |2T| |PM|

Un antes y un después

Mientras caminaban a la par por la gran casa, Mabel se sentía curiosa mientras que Tad tenía una sonrisa pequeña y su mirada sin expresión alguna. Quería hablarle, pero no se atrevía.

- sabes que no muerdo, ¿verdad?- bromeó. Mabel se sonrojó y asintió, cruzó los dedos.

- una pregunta- se animó a decir- ¿Por qué necesitas mi ayuda?- pregunto. Tad se quedó quieto, mientras que Mabel también se quedaba quieta.

- nada importante, Mabel, nadie saldrá herido no te preocupes- reafirmo y siguió su camino, seguido de Mabel.

- bueno, pero, ¿qué puedo hacer yo?- pregunto.

- por ahora nada, yo te dire cuando necesite tu ayuda- Mabel lo miro extrañada.

- entonces si no necesitas mi ayuda ahora, ¿por qué me sacaste de mi habitación?- Tad rodó los ojos.

- porque tenerte encerrada es como ser mi prisionera y no lo eres- dijo con voz pesada- ademas, estarás aquí un tiempo entonces debes conocer la casa y saber a dónde ir y a dónde no- dijo mientras la veía querer abrir una puerta.

- lo siento- se disculpo- viejas costumbres, creo- se abrazó a sí misma, bajando la mirada y volvió con Tad. El pelivioleta la miro nostálgico, algo que había descubierto estos años eran las emociones y de algún modo, podía entender lo que sentía la castaña.

- pero hay puertas que te pueden conducir a muchos lados divertidos- trato de animarla, aunque ella solo asintió sin ya muchas ganas.

- ¿Tienes un jardín del recuerdo?- pregunto con algo de temor, Tad se cruzó de brazos.

- no te gustará mi jardín del recuerdo, Mabel- dijo mirando a otro lado, Mabel se acerco.

- ¿Puedo verlo?- volvió a preguntar, el asintió sin mucha importancia y la guió a él.

*\*/*

- esta es- dijo cuando cruzaron varios pasillos, estaba lo más profundo del castillo una puerta roja la adornaba con flores negras pintadas en la puerta.

- tiene un aire sombrío- comentó tratando de no sonar mal, Tad rió.

- bueno, te dije que no te gustaría- Mabel trago saliva, el cielo estaba negro iluminado por la luna mientras que flores rojas estaban en todo el lugar y en medio un lago. Daba escalofríos.

- es muy acogedor- decía mientras buscaba más palabras lindas que decir al lugar y no molestar a Tad. En cambio, él sabía que el lugar no era el mejor y a él tampoco le gustaba y no lo ocultaba.

- no necesitas fingir, Mabel, a mi tampoco me gusta este lugar- decía mientras guardaba sus manos en sus bolsillos. Mabel se acercó mientras que el viento soplaba haciendo bailar su larga cabellera, jalaba hacia abajo su vestido para que no se volara.

El viento dejó de soplar y las hojas comenzaron su danza al costado de Mabel quien las miraba con timidez y gracia, se acercó al lago esperando volver a ver a su familia... Sin embargo, no vio eso.

Veía sus temores, sus angustias, sus molestias, sus tristezas..

- Bill- susurro con una lágrima cayendo por su mejilla, aparecía en el lago y luego lo veía cerca a ella mientras que sus lágrimas seguían sin detenerse y le causaban un ataque de nervios.

- ¿Por qué estás aquí?- sus palabras se trababan por los hipos del llanto, se limpiaba la cara repetidas veces pero nada limpiaba ese dolor en el pecho que la asfixiaba.

Sintió unos brazos abrazarla, no era Bill. Correspondió el abrazó rompiendo en llanto dejando salir toda la ira y el dolor que guardan en su corazón, cuando se calmo pudo ver con claridad... Tad le había dado su compañía para que soltara todo lo que guardaba y aunque no sabía porque lo hacía, le agradecía.

La saco de ahí, cuando pudo levantarse y con un chasquido llegaron a la sala, comenzó a pasarle papeles para que limpiara los restos de lágrimas.

- ¿Q-Qué era ese lugar?- pregunto mientras regulaba su respiración.

- el jardín de los recuerdos, mi jardín de los recuerdos- comentó mirando hacia la ventana.

- no se parece al que había visto, antes- dijo.

- todos cambian, solo algunos los poseen como un regalo del universo hacia los demonios- decía sin despegar su vista. Mabel se quedó unos minutos en silencio calmándose por completo.

- Wittacke- habló, a los minutos llegó el mayordomo- por favor, cuida un momento a Mabel yo tengo que ir a una parte - y desapareció.

El mayordomo trajo un vaso con agua y más papeles.

- gracias- dijo Mabel tomando el vaso con agua- ese lugar, es muy cruel- tomó un sorbo con la mano temblorosa.

- lo se, señorita, es un lugar oscuro y malévolo- se sentó a su lado acariciando su cabellera.

- ¿Ya lo ha visto?- pregunto.

- una vez, pero, no fue tan malo- sonríe. Mabel ve que Tad se fue.

- me sorprende que Tad no fuera afectado, no vio el lago debe ser por eso- el mayordomo negó.

- el amo lo ha visto miles de veces y cada una de ellas, cada vez peor, aprendió a vivir con esos recuerdos. Recuerdo que en los primeros días tenía que sacarlo rápidamente porque colapsaba, día tras día- Mabel lo miro extrañada.

- ¿Qué veía? Tan malo era que lo dejaba así, creí que los demonios no demostraban sus sentimientos- el asintió.

- al principio así fue el amo, era uno de los más poderosos junto a Bill Cipher, los demonios arrogantes y orgullosos como ellos no tienen amigos ni compañeros así que ellos aunque dijeran ser eso podían traicionar al otro muy fácilmente y Bill lo hizo- Mabel escuchaba atentamente- el joven Tad no pudo volver a ser el mismo, por eso la necesita, necesita su ayuda para poder cambiar- Mabel jugaba con sus manos.

- no puedo creer una cosa así, no sabía que se podía- el mayordomo asintió.

- solo pueden los demonios poderosos, el amo Tad empezó a vivir en la soledad desde entonces tal vez por eso tiene confianza al hablar con usted- añadió.

- debió de sufrir bastante- concluyó, el mayordomo asintió.

- pero logró sobrellevarlo y no se dejó vencer, sigue siendo el mismo ser fuerte y temible que fue- sonrió- solo necesita un poco más de tiempo para que se adapte a otra persona, hemos estado viviendo solo los dos durante siglos, no se enoje con él- Mabel negó.

- descuida, no me ha causado problemas hasta ahora... Ademas, no le veo malo- sonríe- ese es un defecto en mi, le veo lo bueno a lo malo hasta soy capaz de apostar mi corazón- baja la cabeza al recordar a su ex amor.

¡Éxitos a todos los que inician la escuela mañana!