El susurro de los gnomos

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Tad carraspeó interrumpiendo en la cocina. Ambos presentes lo vieron extrañados, pero con una sonrisa.

-- ¿Qué hacen?—pregunto tratando de no tener voz aguda. Mabel levantó las manos con masa entre sus dedos.

- ¿Té y galletas? Una verdadera fiesta del té- rio. Mabel se lavó las manos.

- ¿Qué querías decirme?- preguntó, Tad se desentendió por un momento pero luego recordó que él le había avisado que tenía que hablar con ella.

- ven conmigo- Mabel lo siguió, notó que se veía preocupado y nervioso, pero no pregunto.

Llegaron a la sala y Tad puso en la mesita una caja de color negro.

- ¿Qué es eso?- pregunto. Tad le hizo señas para que se sentara.

- un regalo, un pequeño detalle de mi amistad hacia ti- sonrió. Mabel lo tomó entre sus manos y lo abrió, se llevó una mano a la boca al ver la joya.

- e-es muy hermoso- lo tomó con cuidado de la cadena, Tad se mordía la lengua para no soltar la verdad, al ver la cara de asombro que Mabel mostraba por la joya que contaba los días le causaba náuseas

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- e-es muy hermoso- lo tomó con cuidado de la cadena, Tad se mordía la lengua para no soltar la verdad, al ver la cara de asombro que Mabel mostraba por la joya que contaba los días le causaba náuseas.

- n-no puedo aceptarlo- lo dejo con cuidado en la caja y la cerró, Tad abrió los ojos como platos.

- es un regalo, acéptalo, por favor- Mabel negó.

- no soy muy fan de las cosas costosas, Tad, ni soy muy arreglada, hubiera querido ser hombre- bufo. Tad, por su lado, rio.

- me haría muy feliz que lo usaras, ademas no es costoso, lo compre en una tienda de empeños hace años- no era toda mentira su historia; mentía en decir que estaba feliz con ello, mentía respecto al comprarlo, solo había una verdad y efectivamente pasó en una tienda de empeño.

- no desistirás, ¿verdad?- pregunto Mabel, él negó. Mabel suspiro y lo volvió a sacar- ¿Me ayudas a ponérmelo?- antes que respondiera su pregunta Tad la miro fijamente a los ojos y serio hablo.

- Mabel, necesito que me prometas antes de ponértelo que no te lo quitarás, por nada del mundo- a la castaña le pareció algo extraño pero asintió, debía ser muy especial para que no pudiera quitárselo, no le dio importancia así que asintió sin más. Pero no tenía idea.

- ¿Ya me ayudas?- apartó su cabellera de su espalda dejando a la vista su nuca, Tad tomó la joya y con delicadeza lo abrochó a su cuello.

- algo más, el collar no está completo- Mabel vio el collar extrañada.

- ¿Ah no? Pero yo lo veo bien- musitó.

- por ahí, regresaré pronto- aviso. Mabel ya no pregunto más.

- tranquila, volveré con la última pieza y esa es pieza importante para el plan- Mabel sonrió y asintió. Tad se fue a los minutos de haberle dado la joya.

*/*\*

Por su lado, Tad había llegado a Gravity Falls, aunque solo tenía pocos minutos antes que lo intenten rastrear por su energía.

- rápido y con cuidado- dijo antes de lanzarse a la carrera contra el reloj. Había dos maneras que podía suceder las cosas a continuación.

1. Si no se apuraba en encontrar a los gnomos, Bill podía sentir su presencia y una batalla con él le quitaría más poder que el que tiene ahora.

2. Si logra hacerlo a tiempo, estaría un paso más cerca de volver a tener su esencia demoníaca.

Ambas eran riesgosas, pero solo podía haber una opción. Por suerte, sabía cómo llegar con atajos hacia el bosque de los gnomos, o bueno, una parte del bosque.

Se preguntarán y por qué no se teletransporta. Bueno pues, al usar su teletransportación daría un indicio de magia, sabía sobre "seis dedos" y su sensor de magia de demonios, así haga aparecer un pequeño juguete, el sensor lo captaría y aunque no sepa de quién es, Bill si.

Así que solo tenía que correr, tardo más de lo que pensó pero ya había llegado.

- ahora, ¿cómo los saco de su guarida?- pensó. Saco las galletas que habían preparado Mabel y Wittacke y las dejo en un tronco partido. Retrocedió unos pasos y espero, por ser galletas recién horneadas y por el olfato tentador de los gnomos empezaron a salir uno por uno.

- deliciosas galletas- sonrió uno de los gnomos, Tad salió de su escondite y se pronunció.

- bueno, bueno, bueno. Eso fue más rápido de lo que pensé- sonrió cínico. Los gnomos no reconocían quien era, pero podían percibir su energía maligna pero baja.

- ¿Y tú quien eres?- pregunto, el que parecía ser el jefe.

- me presento, mi nombre es Tad Strange- hizo una reverencia quitándose el sombrero y se incorporó regresándolo a su lugar.

- ¿Tú trajiste estas galletas?- pregunto extrañado.

- correcto, perdonen que me escondiera, pero no quería asustarlos- su sonrisa se hacía más cínica y siniestra causándoles un escalofríos.

-bueno pues, yo soy Jeff, líder de los gnomos- dijo nervioso- ¿Qué haces por estos lugares?- Tad bajo su sonrisa y con una mano posada en la cadera y la otra en su bastón, hablo.

- verán, mi familia lleva años buscando una preciada gema- era un perfecto actor y los gnomos unos perfectos inocentes- por mucho tiempo estudie las dimensiones, lugares, donde puede estar y me trajo aquí, a sus tierras- sonrió picarón.

- ¿Qué clase de gema?- los gnomos podía sospechar de las personas tanto como creerles. Eran muy extraños la verdad.

- una pequeña, redonda como una canica, tiene figuras en su interior- Jeff lo medito unos instantes. Los gnomos empezaron a intercambiar susurros y mirando con extrañeza al sujeto más que nada.

- los gnomos resguardamos muchas maravillas,  la gema que describes es una muy especial, ¿cómo podemos confiar en ti para tenerla?- Tad maldecía a esas criaturas, pero con una sonrisa refinada y una actuación elegante los convenció.

- créanme, estará segura en mi dimensión. Ustedes serán recompensados por haber cuidado todo este tiempo de ella- con eso ya los tenía en la palma de su mano. Los gnomos lo guiaron a ella, en una estatua de una Ninfa muy bella, entre sus manos se encontraba la joya, brillante por la luz del sol que la hacía resaltar más.

Tad la tomó con delicadeza y no pudo evitar reír, cambiando su mirada carismática en una fría y sin sentimientos.

- gracias, enanos- ese comentario molesto a Jeff.

- ¡Gnomos! No nos confundas con los enanos- Tad rodó los ojos.

- me es indiferente como quieren ser llamados, ya tengo lo que buscaba, me iré de este maldito lugar- tronó los dedos y desapareció dejando con la palabra en la boca a Jeff.

Cicatrices Incurables |2T| |PM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora