Cicatrices Incurables |2T| |PM|

Controlando los poderes|DT|

Mabel POV

Tad me sugirió que investigara un poco en la biblioteca, aunque había cientos de libros de diferentes idiomas, muy pocos los podía entender.

- a este paso no podré encontrar nada- suspiré.

- la última vez que use el "abacadabra" estaba enojada y lo hacía con fluidez- pensé- tal vez, pueda canalizar mis emociones y así volver a hacerlo- apunte una ventana cerrando mis ojos y extendiendo la mano.

- concéntrate, Mabel, concéntrate- la oscuridad empezó a tener luces pequeñas como estrellas, me sentía en la galaxia, otra vez la música comenzó a soñar y una Estrella fugaz apareció, me acercaba poco a poco aunque la gravedad no ayudaba mucho, la estrella fugaz se comenzó a alejar dejándome pérdida.

Caí en el piso y cuando vi mis manos una luz rosa se apagaba, mire a la ventana y la había pulverizado aunque esta había vuelto a la normalidad.

- ok, eso es nuevo- me refería a la ventana- pero esto, es extraño- ahora a la luz de mis manos. Cuando salía de la biblioteca el espejo de la sala me hizo dar cuenta que tenía los ojos negros con la pupila rosa.

- Mabel, al fin te encuentro- dijo Tad, se acercó a mi con unos cuantos libros que evaporó al instante.

- me encontraste, venia de la biblioteca- achinó los ojos y se sorprendió.

- usaste tus poderes- se cruzó de brazos. Ladee la cabeza.

- más o menos, solo un poco aunque no los controlo aún- suspiro.

- te ayudaré a manejarlos, es esencial para el proyecto- sonrió con cinismo.

- bien, te sigo- sonreí, el camino estuvo silencioso, miraba a todos lados y no veía retratos de algún familiar o algo parecido a Tad por ningún lado.

- Tad, ¿tú tienes familia?- pregunte, el negó.

- no tengo, los demonios como nosotros estamos hechos de energía, somos parte del universo. Una extensión de lo retorcido, bizarro y temeroso, un lado que no debe ser visto por seres inferiores; como los humanos- respondió.

- cretino- rodó los ojos- ¿tampoco sientes nada, entonces?- aunque conocía la respuesta, pregunto.

- los demonios no pueden demostrar lo que sienten, son fríos y calculadores. Los humanos son lo opuesto, se dejan guiar por sus sentimientos y pierden el objetivo. Condenados a ejercer la fuerza sobre los demás imponiendo respeto y miedo, es una lucha para dejar de ser la sombra de nadie.

- te entiendo- me miro con la ceja alzada.

- se supone que los humanos son lo opuesto, ¿qué puedes saber tú?

- cuando naces con un gemelo, es muy difícil que te pongan atención sobre todo cuando tu hermano es el dotado de la familia- seguimos caminando- por mucho tiempo, vivía a la sombra de mi hermano, aunque yo también sacaba méritos, ninguno estaba a la altura de mi hermano, mamá y papá pocas veces me ponían atención no me quejo de mi infancia, pero siempre seré la hermana sin don- Tad negó.

- te equivocas- lo mire extrañada.

- ¿En?

- tienes el don de escuchar, tal vez tu hermano sea el sabelotodo pero tú tienes creatividad, entusiasmo por la vida, curiosidad por lo que te rodea, tal vez no sea mucho pero hay personas que no tienen nada de eso, ademas, estás en otras dimensiones con demonios, eso es cool- reí.

- no cuando fuiste prisionera de uno y ahora eres acompañante de otro- cruce los brazos.

- llámalo como quieras, si yo fuera humano y me secuestra un demonio súper sexy y guapo, ¡por favor cásate conmigo!- ambos reímos.

- disfrútalo tú, Tad- llegamos a un salón especial.

- ¿Qué haremos aquí?- pregunto.

- ayudarte con tus poderes, claro. Te ayudaré a controlarlos, conectarte con ellos, entenderlos- eran muchas cosas para solo unos poderes.

- comenzamos ahora- asintió. Empezó con una introducción de concentración.

- Eres uno con tu cuerpo, entonces eres uno con tus poderes, ¡recuerda lo que te digo!- exclamaba- ¿Qué sientes? ¿Qué ves?

- siento una corriente que sube por mis piernas- otra vez la galaxia- veo la galaxia...-

- abre los ojos- me sacude para desconectarme y abrir los ojos.

- ¡Hey!- me mira fijo y sonríe.

- perfecto, al concentrar la energía con tus pensamientos fluyen con naturaleza pero hay algo más que debes saber- vuelve a aparecer los libros y los abre sacando una hoja algo vieja.

- léela, la canción que suena en tus sueños proviene de una letra antigua y mística- tomó la hoja con cuidado y la imagen de una estrella fugaz figura en una esquina.

- Estrella fugaz, que en el cielo estás, un deseo pediré, por favor escúchame, escúchame- lo mire extrañada.

- ¿Y esto en qué ayuda?- Tad se golpeó la cabeza.

- es el canto a la Estrella, servirá cuando encienda el proyecto- asentí. Volví a ver la hoja, repetí un par de veces pero nada.

- Estrella fugaz- perdí la conexión con la realidad- que en cielo estas.... un deseo pediré, por favor escúchame... escúchame..

Normal.

Tad miraba con cautela como Mabel recitaba una y otra vez, cuando creyó que no serviría. Los ojos de Mabel se tornaron negros y la pupila rosa volvió a aparecer, sus cabellos chocolates se volvieron en tonos bajos sin brillo ni color...

- Mabel, ya, suficiente- intentaba decir pero no lo escuchaba.

Se acercó y vio su mirada perdida, estaba conectada con la Estrella, no era bueno para ella sin embargo para él...

Sacudió su cabeza y tomó su hombro, su mano se iluminó y tembló convirtiéndose en la mano que antes poseía, cuando aún tenía su esencia demoníaca viva.

Mabel cayó al piso con sus cabellos volviendo a su color natural, la mano de Tad regresó a la de un humano y con la respiración agitada cayó desmayado al lado de la chica.