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El chico de cabello castaño iba tan sumido en sus pensamientos que no notó cuando el auto rojo se detuvo enfrente de la escuela. Aquellas últimas semanas habían sido una locura. El mundo de la oscuridad, Ralsei, Lancer, ser amigo de Susie, la delincuente más temida de la escuela.

Tenía mucho en que pensar y estaba agotado. ¿La razón principal? el proyecto que tenían que hacer juntos él y Susie. Cada vez que se reunían para trabajar en la biblioteca, la chica púrpura terminaba dormida sobre los libros que usaban a los poco minutos y el acababa haciéndo la mayor parte del trabajo. Claro que esa no era la única razón, sus habituales pesadillas le habían estado molestando más de lo normal.

Un suave toque en su hombro lo hizo volver a la realidad.—Kris cariño, ya llegamos a la escuela—le habló con parsimonia su madre y se quedó mirándolo por unos segundos. Últimamente lo había notado un tanto...nervioso y preocupado, algo raro en Kris que siempre había sido un niño inexpresivo y calmado—¿Está todo bien mi niño?—preguntó una vez que él se bajó del coche.

Kris se cuestionó entre contarle a su madre acerca de sus pesadillas o decirle que solo estaba algo cansado. Tras pensarlo un poco decidió mentir para no preocuparla.

—Estoy bien.—con una sonrisa un poco forzada, que por suerte, ella no notó, le contestó a su madre.

—Tu y tú nueva amiga están trabajando mucho en el proyecto de ciencias—comentó Toriel mientras lo tomaba de la mano y comenzaban su corta caminata al interior—Estoy tan feliz de que tengas una amiga. Incluso si se trata de alguien...tan peculiar como Susie—agregó ella.

Kris afirmó en silencio. Sabía bien que a Toriel le era difícil adaptarse al carácter ciertamente poco formal y descuidado de Susie.—Ella en realidad es muy agradable cuando la llegas a conocer a fondo.

—Lo sé mi niño—contestó la madre y se detuvieron en el pasillo. Como siempre Toriel lo abrazó como despedida y agregó antes de retirarse a su salón—Pero por favor dile que deje de llamarme señora D.—le pidió con amabilidad y se fue dejando a Kris solo.

El humano miró la hora en su teléfono y al ver que era temprano decidió dar una vuelta por los alrededores y así echar una ojeada al armario de suplementos. Vigiló que no hubiera nadie y se dirigió allí.

Al llegar se detuvo frente a la puerta y observó en silencio. Estaba entreabierta. Con cuidado  la empujó un poco más y solo pudo alcanzar a ver la oscuridad del interior.

¿Quién se imaginaría que en su  escuela hay un portal que lleva al Mundo de la Oscuridad? Susie y él habían estado allí. Derrotaron al rey malvado junto a su amigo Ralsei e hicieron amigos que eran insustituibles.

—Ralsei...—dijo para sí mismo y se preguntó en su mente: ¿que sería de él?

Después de haber regresado a su mundo, por mucho que intentaron volver a aquel sitio, no lo consiguieron. En primer lugar, ni siquiera sabían a ciencia cierta como entrar o salir. Sin embargo, él tenía algo claro. Su alma había jugado un papel importante en todo el asunto.

Se llevó una mano al pecho, recordando la extraña reacción de su alma con la fuente. No sabía bien como había hecho eso. Y por mucho que intentó controlar el poder de su alma, no tuvo éxito en reproducir lo que había pasado aquella vez. Se sintió impotente e inútil.

—Sabes que lo hemos intentado Kris—escuchó una voz conocida tras él. Al voltear se encontró con una chica púrpura que lo observaba recostada a una de las paredes con una expresión seria. El humano optó por pedirle perdón.

—¿Ah? ¿Por qué te disculpas conmigo? No me has hecho nada malo. Quiero decir aparte de querer obligarme a usar ese listón blanco aquella vez—murmuró lo último apartando la vista.

DELTARUNE: MISTAKE [CLOSED]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora