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Susie arrastraba sus pies de vuelta a casa. A diferencia de otros días Kris no la había podido acompañar. El humano había estado actuando muy raro. Estaba extrañamente nervioso y muy sensible a cualquier sonido. Ella había intentado hablar con él acerca del tema, pero él siempre le respondía con un: Estoy bien. Solo algo cansado. O simplemente cambiaba el tema de conversación.

Sabía bien que algo estaba ocultándole, pero no quería obligarlo a que se lo dijera. Quería confiar en él. Pero algún tipo de instinto primitivo la mantenía preocupada.

Al llegar a su casa se encontró la puerta sin seguro. Algo extrañada pasó y notó que en la sala de estar había tres maletas negras y un bolso de manos sobre el sofá. Se llevó la mano al rostro y suspiró con exasperación.

—¿Susie? ¿Eres tú?—escuchó un a voz femenina que venía desde el estudio seguida de un suave taconeo.

—Ya llegué…—respondió la chica púrpura tras un largo suspiro mientras caminaba hasta el lugar de dónde provenía la voz. Al llegar se paró en el umbral y pudo ver a una monstruo de su especie, mucho mayor que ella y con cabello negro sentada tras un escritorio con un sobre abierto entre sus manos. Al notar su presencia la mujer alzo la vista y dejó el sobre sobre la mesa.

—Acaban de llegar tus calificaciones del mes—comentó la adulta con un tono de voz neutro. La monstruo portaba un elegante traje de mujer de negocios y tenía un semblante con clase, refinado. Todo lo contrario, a Susie.

—Realmente no quiero escuchar la misma charla mamá—espetó Susie entrando al estudio y sentándose en una silla frente al escritorio de su madre.

—Has mejorado.—dijo de repente, lo cual sorprendió a la chica. La mujer se puso las gafas y miró la boleta—La mínima es en matemática, con una B—anunció la mujer con un tono neutral. Ni siquiera la misma Susie se dio cuenta de que había mejorado tanto en tan poco tiempo. Agarró la boleta de las notas de las manos de su madre y la leyó obviando la calcomanía de gato anime sonriente que Alphys le había puesto.

Las notas eran buenas. Sin embargo, aún estaba preocupada por la expresión seria de su madre. Le entregó el papel y se cruzó de brazos.

—Entonces ¿Cuál es el problema?—preguntó con indiferencia mientras apartaba la vista.

—Bueno. Acabo de hablar con tu profesora y me dijo que el mejoramiento de tu deplorable índice académico es debido a la influencia de cierto chico—la mujer frente a Susie apoyó los codos sobre la mesa y unió los dedos de sus manos—Un chico humano llamado Kris Dreemurr para ser más exacta—volvió a decir. Al pronunciar la palabra “humano” Susie notó cierto despreció en la voz de su madre.

—¿Y qué pasa con eso? Kris es mi amigo. Incluso tenemos que presentar un proyecto juntos—aclaró la chica púrpura. La adulta en la habitación suspiró.

—Seré clara y directa Susie. Aléjate de ese chico humano—le advirtió la mujer a lo que Susie reaccionó algo confundida—No es bueno para tu imagen que te vean con la raza débil. Además, ese niño es un problema andante. Casi hace que encierren a su hermano adoptivo cuando eran más pequeños y …—volvió a decir, pero antes de poder continuar Susie se puso en pie y golpeó la mesa con todas sus fuerzas, haciendo que el cristal se quebrara.

—Kris es mi amigo. No te atrevas a pronunciar una palabra más en su contra—dijo la chica púrpura con un tono que denotaba ira y mientras apretaba sus puños sobre la mesa. La madre de Susie actuó con la mayor indiferencia posible.

—¿Hasta este punto has llegado Susie?—preguntó la madre a la chica con cierto cansancio—¿Tanto te has arraigado a ese humano? ¿Tan especial es? ¿Tan débil te has vuelto?—le preguntó. Susie bufo ante las palabras de su madre.

DELTARUNE: MISTAKE [CLOSED]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora