Lucía PDV
Había olvidado lo desordenado y lleno de cajas que habíamos dejado la habitación; A penas podíamos movernos dentro de ella. No hicieron falta palabras; Con tan solo una mirada, los dos soltamos un bufido a la vez, riéndonos por ello.
-¿Por dónde quieres empezar? – Le pregunté, señalando a varias cajas con cara de circunstancia.
Harry sonrió de lado.
-Música.
-¿Qué? – Pregunté desconcertada. ¿Había dicho ‘música’?
-¿No tienes Cds? ¿Canciones?
-Ahhhh Sí. Espera – le respondí.
Empecé a rebuscar entre las cajas, hasta que encontré la que quería. Estaba debajo de otra, la cual pesaba y no era capad de mover. Miré el nombre de la caja y ponía ‘Peluches. No delicado’, así que la empuje con todas mis fuerzas y la dejé caer al suelo.
-¡Cuidado! – Gritó Harry, corriendo a ayudarme.
-Tranquilo, eran peluches – Dije tranquilamente. Por supuesto él no me entendió, así que le hice un gesto con la mano como restándole importancia.
Cogí las tijeras y abrí la caja. En esta estaba escrito con rotulador ‘Cd’s y altavoces’, y tenía dentro toda mi colección de Cds, desde los Beatles hasta Pignoise. Mi padre me había pegado desde pequeña su gusto por la música antigua (de su época), y mi madre su gusto por la música española en general. El dicho de ambos en común era siempre ‘Lo viejo siempre es mejor’. Si, muy Barney Stinson.
Saqué el reproductor de Cds portátil de la caja y busqué un enchufe donde conectarlo. Lo coloqué en alto, justo encima de una caja. Harry estaba echándole un ojo al contenido de la caja. Maruja.
-Maruja – Solté en alto. Abrí desmesuradamente los ojos, tapándome rápidamente la boca con las manos. Harry me miraba confundido – Nada nada – hice un gesto con la mano, restándole importancia – Escoge el que más te guste – dije señalando los cds – y lo ponemos en el reproductor – dije señalando el radiocasete.
Él se limitó a asentir y a seguir revolviendo en mis cds. Parecía concentrado en la búsqueda de algo, pero no sé exactamente qué. Si esperaba encontrar música inglesa actual, lo llevaba claro conmigo.
-¿No tienes nada de One Direction? – Me preguntó Harry, con una sonrisa burlona.
Harry PDV
Era la pregunta más estúpida que podría haber hecho en ese momento, pero realmente necesitaba saberlo. Desde que la había conocido la muchacha no había mostrado signos de ser fan del grupo, ni siquiera de saber quién era él, lo cual le desconcertaba.
-¿Qué? – Me preguntó Lucia. Juro que podía ver en sus ojos reflejadas las tuercas de su cerebro girando a toda velocidad. La confusión apareció en su rostro.
-One direction. Ya sabes, 1D – Me seguía mirando con cara de circunstancia - ¿What make you beautiful? – Negó con la cabeza.
-Lo siento – Dijo encogiéndose de hombros – Tengo lo que ves – dijo señalando otra vez los cds.
Asentí lentamente. Mi teoría era cierta; Ella no tenía ni idea de quien era yo, y eso me gustaba. Es más, deseaba que siguiese siendo así, al menos un poco más de tiempo. No es que creyera que ella sea una falsa o una caza-fortunas, no; Simplemente me gusta la relación que estamos creando y no la quiero estropear.
Acabé escogiendo un cd de los Beatles, uno que recopilaba sus canciones más famosas. Lo pusimos bajito, como música ambiente.
Antes de ponernos a abrir cajas a lo loco, fuimos separando las que se podían abrir de las que no, amontonándolas a ambos lados de la buhardilla. Empezamos con las cajas de ropa, colocándola en los dos armarios que había en la habitación, uno enfrente del otro. Era gracioso, porque estaba uno colocado en un extremo y el otro justo en frente, en la otra pared, dejando una gran separación entre ambos.
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Londres no es para mí (One Direction)
FanfictionSi te piensas que esta es la típica historia de chico conoce a chica, se enamoran y pasan miles de obstáculos para finalmente acabar felizmente casados y con retoños… siento decirte, querido lector, que estás totalmente confundido. Esta historia tie...