Capitulo 4

5K 292 29
                                    

Después de una noche completa, medio día y seis horas sin respuesta de MiSuk, Jeon estaba al borde del colapso. No había dado señales de vida y cuando Jeon entraba a los mensajes, la menor se desconectaba. Tan frustrante.

Al menos no me bloqueó.

Resignado a todo aquello, decidió que era mejor matar el tiempo, era sábado por la tarde y no había mejores planes que dormir o ver alguna película. La segunda fue su opción definitiva.

Comiendo algunos snacks y viendo una película que encontró por algún canal, pasó gran parte de la tarde, hasta que el sonido de una notificación le hizo correr a ver quién era. La menor respondió.

Princesa.
Déjame en paz.
[06:12]

Las orejas de su lobo bajaron con lentitud, sintiendo más rechazo que antes. Estaba haciendo mal las cosas, pero es Jeon Jungkook y es testarudo, y para él, estaba yendo todo sobre ruedas. Al acabar de comer marcó el número de la menor, escuchando hasta tres tonos sin obtener respuesta por cinco intentos. Frustrado dejó el teléfono sobre la mesa de te, sentándose para para de nuevo las manos por su cara bruscamente.

"Hace mucho que no tenías ataques de celos, Jeon, ¿De qué me perdí?"

La voz de su amigo resonó en su cabeza, sintiendo su pulso acelerar con solo volver la imagen donde su menor sonreía encantada por el aroma a piña del aire. Quizá Tae si tenía razón y se estaba volviendo un poquito loco.

– ¿Qué haré ahora? –preguntó al viento, mirando de nuevo su teléfono.

Se puso de pie, caminando por alrededor de su salón, buscando una respuesta a las miles de dudas que se acumulaban en su cabeza, miles que necesitaban una respuesta, ¿Cómo es posible que la chica no salga de su cabeza? ¿Qué se le haga tan necesario tenerla cerca? ¿Qué su aroma sea un calmante para él? No entendía, sobre todo, el rápido palpitar de su corazón en su mera presencia.

"––Creo que se lleva bastante con el chico de segundo, el nuevo, el tal KyungSoo ¿Crees que sean pareja?"

Las palabras a modo de broma, que claramente no notó, de su amigo volvieron, escuchando tan lejano aquel pensamiento, peor de igual modo, doloroso.

–No puede tener más posibilidades que yo –se dijo, dando vueltas– Yo soy mejor, soy más atractivo, más fuerte ¡Soy el jodido alfa Jeon Jungkook! –gritó, golpeando con su puño la mesa donde había dejado segundos antes su bol con papas fritas, rompiéndolo y dañando al instante su mano.

–Mierda.

Viendo como los hilos de sangre resbalaban por si brazo jadeó, el dolor ardiente en la reciente herida era molesto.

Mientras caminaba se cuestionaba su reciente comportamiento; ¿De demonios había sido eso? Era solo una chica, una entre miles. Le había arrebatado, como a muchas, su virginidad, no la había marcado, pero estuvo a punto, por mero instinto. Había repetido tantas veces que solo fue un accidente, pero estaba tan consiente y seguro de lo que quería hacer que aún se cuestionaba lo sucedido, jamás había pasado con otras chicas.

Y ahora tenía celos sin entender razones, no pudiendo aclarar lo que estaba sucediendo.

Lavó la mano y su brazo, sacando todo rastro del hermoso liquido rojo para poder sacar con mucho cuidado los pequeños trozos de vidrio de su mano con unas pinzas, envolviendo esta con vendas sobre una gasa. Mas idiota no podía ser.

La puerta fue tocada.

–Quien –habló, escuchándose más tosco de lo normal.

–Joven Jeon, tiene correspondencia –la voz de una de las empleadas le hizo gruñir, el aroma que ella desprendía ya no le resultaba adictivo como otras veces, ni mucho menos delicioso. Aun cuando había estado cerca de llevarla a la cama en su celo.

Nuestro mundo, uno solo | Jeon Jungkook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora