Movió de nuevo su pie, poniéndose de pie al mismo tiempo que le daba, por décima vez, una vuelta a la banca donde había estado sentado. Sacó el dulce, que había comprado para calmar sus nervios, de su boca, buscando de nuevo con la mirada a la beta de cítrico aroma, no encontrándola. Llevó el dulce y repitió sus acciones de nuevo, se sentó, esperó y se puso de nuevo de pie, rodeó la banca, sacó el dulce y se sentó de nuevo.
Joder, ¡Era a las seis!
Su pecho estaba a mil por hora, estaba con todo el equipamiento encima que Yugyeom le había puesto, estaba nervioso y el chico en su oído no paraba de decirle que actuara normal, pero ¿Cómo demonios haría eso? ¡Es Jessica después de todo! Estaba malditamente loca, desesperada por él, por sexo, y estaba dispuesta a todo. Tenía miedo de dar un paso en falso y perder.
Entonces su vista calló en donde el aroma de la naranja venía, viendo a una beta de fino cuerpo caminar a él, con su mirada en su teléfono, una blusa negra semiabrochada con una falda de cuerina blanca. Se veía bien, pero el pensamiento que sea Jessica jodía todo alago de Jeon a ella.
–Oh, Jungkook –saludó, guardando el teléfono en su cartera de mano, estaba raro que apenas lo viera, lo ocultara.
–Hola, Jessica.
–Creí que llegarías más tarde –suspirando, la beta tomó asiento a su lado y arregló su cabello, desprendiendo feromonas en su dirección.
–Llevo aquí desde la seis, creí que serías puntual.
–Estaba ocupada.
–Eso veo –echándole vistazo rápido, pudo ver las marcas en su cuello y clavícula.
–Sí, Kim es divertido. –riendo, la beta lo volteó a ver– ¿Vamos a un motel? –y los colores de Jeon bajaron, su garganta estaba apretada y las náuseas llegaron.
–Uh, primero... –tosió– Primero, ¿Podemos hablar? Socializar antes del sexo.
–Me gusta más entre el acto.
–No se entiende lo que hablamos. –buscaba excusas, no la iba a llevar a la cama ¡Obvio no!
–Bueno... –la beta suspiró, sentándose mejor frente a él– Y dime, ¿Qué sucedió con la patética omega? Es decir, son como uña y carne, ¿Ya terminaste con ella?
Miente, Jeon. Miente para salvarla.
–Sí, una semana completa sin ella es todo lo que necesitaba –suspirando con alivio, trató de sonar convincente.
–Una vida sin ataduras es mejor que estar atado.
–Ni que lo digas, ¡Los polvos de ahora son lo mejor! Uno cada día.
–¡¿Verdad que sí!? Aunque lo bien que la pasamos juntos no lo cambio por nadie, ¿No creer? –y de nuevo estaba intentando coquetearle.
–Oh, claro que sí. Tenerte para mí, tus curvas y tu interior –jadeó en su oído, sabiendo todo lo que provocaba en ella.
–Créeme que el video es casi inútil cuando te necesito dentro –confesó la chica, subiendo sus manos por los fuertes muslos del menor.
–Y créeme que ese cuerpo no se copara al tuyo, podríamos hacer un video nuevo, ¿No crees? Borrar ese... y hacer otro –besó su cuello, soportando las náuseas que el aroma de la naranja le daban.
–Suena tentador.
–Borra ese y hacemos otro entonces.
–No puedo.
– ¿Por qué, gatita?
–Porque fácilmente me puedes estar jodiendo, Jeon Jungkook –el grito murió sus labios cuando su miembro fue apretado por la mano de la chica, sintiendo dolor extremo cuando las filosas uñas se clavaron en su extensión. Joder.
– ¡Mierda! –pero vamos, ¿Iba a poder más cuando literalmente sentía el infierno ahí dentro?
–Eres un jodido traidor, ¡Te di una semana para aclarar tu jodida cabeza y ¿Qué haces? ¡Traicionarme! –los gritos acompañados de más fuerza eran suficientes para hacer que lágrimas salieran de sus ojos.
–Demonios, suéltame.
–No, Jeon –el chico jadeó con alivio cuando la mano lo soltó, se contradecía sola– No te soltaré, menor ahora que me has traicionado. Tu amigo, el omega ese, las pagará bien por tú culpa –el chicho no estaba entendiendo.
El teléfono de la muchacha fue puesto frente a él, dejando ver a Jimin con una sonrisa en sus labios hablando por teléfono, la grabación estaba a blanco y negro por lo que no podía saber bien donde estaba. A unas cuantas calles, había un gran grupo de hombres, la mirada lujuriosa clavada en su amigo le estremeció por completo.
No, Jimin no.
– ¡No, detente! –gritó, desesperado. Su mano fue doblada al mismo momento en que intentó arrebatar el teléfono.
– ¿Y tú te detuviste cuando te dije que pensaras? Estuviste todo este maldito tiempo buscando una manera de joderme a mí, en vez de simplemente irte por la opción más inteligente –la beta lo tomó de los cabellos, subiendo la cabeza gacha del alfa.
–MiSuk... –jadeó cuando las garras de la muchacha volvieron a clavarse en su piel.
–MiSuk no es más que un juguete, Jeon –la beta rodó los ojos, bufando– Los jodidos destinados no existen, ella no es más que una farsa, un capricho de tu alfa, ¡Abre los jodidos ojos! Estás jugando a dos cartas, una es la ganadora. –el alfa no entendía y la beta se vio obligada a continuar– ¡Estas poniendo una maldita omega antes que tu jodida familia, Jeon! Ella no te hizo, ella no te apoyó como lo hacen tus padres, ¡Llevas aún poco tiempo con ella y la defiendes como su fuera tu maldita prometida!
–Lo que haga o deje de hacer es mi jodido problema –no sabía de donde había sacado esas agallas cuando estaba sintiendo las garras enterrarse en su cuello.
–No, sí lo es. Esa compañía será mía y su la arruinas, me arruinas a mí. Tú me querías joder, yo te joderé a ti tan lentamente que dolerá como el infierno –dijo con una sonrisa poco normal, los ojos amarillos y sus dientes enseñando sus colmillos– Yoongi fue fácil, otro tarado que busca a toda costa cuidar de un omega, se dejó chocar é cuando fácilmente Jimin pudo haber tocado el impacto, pero no –rió sin gracia– ¡Todos los jodidos alfas se creen príncipes de un cuento que es mera farsa! Y por alfa como tú y él, estás donde estás.
–Por... favor –suplicó, sintiendo su orgullo romperse lentamente cuando la súplica escapó de sus labios. Sus ojos se abrieron en grande cuando sintió el ardor de una inyección en su cuello, vio el líquido purpura ser impulsado por la jeringa hasta su vena. Estaba quemando como el mismísimo infierno.
El teléfono fue puesto de nuevo frente a él, dejando ver al omega a solo unos metros cerca de los hombres. Y entonces la idea del valor de sus amigos, familia y pareja llegó a su mente, sabiendo que, si él hacía lo que la beta pidiera, todo iba a estar bien.
Y no estaba dispuesto a dejar que dañen a Jimin, no cuando estaba tan bien, era feliz y su hyung podía serlo junto a él. Él no merecía ningún mal.
– ¡Haré lo que pidas! –gritó en completo desespero, sintiendo su cuerpo débil de pronto.
–Oh, ¿Cambiando de opiniones, Jungkookie?
–Prometo, de verdad, hacer todo lo que pidas, a cambio... Dejas a todos en paz.
La beta pareció pensarlo, sonriendo de medio lado y llevando el teléfono a su oreja– Kim, amor. Cancela todo.
Y las imágenes de la pantalla llevaron un alivio al pecho de Jeon, los hombres dejando que Jimin continuaran caminando sin hacerle algún daño. Sus amigos estaban a salvo.
–Eres un buen perro, Jeon...
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Nuestro mundo, uno solo | Jeon Jungkook [COMPLETA]
FanficNo pensó que un celo cualquiera la llevaría al borde de la colina Enfrentando tormenta, dolores y el amor más hermoso que nunca imaginó, una fantasía que solo vivió en su cabeza haciéndose realidad. Pero... No todo es color de rosa, ¿Verdad? -Tempo...