Nuestro mundo, uno solo | Jeon Jungkook [COMPLETA]

Capitulo 18

["–Kookie... –llamó la menor, viendo como Jeon gruñía.

Su pecho dolió, sintiendo de inmediato el rechazo de su pareja a ella, la marca era reciente, y cada sensación era intensificada por diez, haciendo que doliera. Sus pies se movieron solos, subiendo de inmediato las escaleras con dirección a su nido. Necesitaba sentirse segura, amada..."]

Las manos de Yoongi se hicieron puños ni bien presenció aquello, Jimin frunció su ceño ante la imagen del menor confundido. Estaba perdido, asustado. El aroma agrio de Jeon estaba inundando la sala. La alfa de ahí estaba furiosa, no, furiosa se quedaba corto.

–Tu hazte cargo de este imbécil –dijo Yadira, recargando más el insulto, poniéndose de pie, señalando a Jeon– Yo voy con Minie –Yoon asintió, yendo directo contra Jeon.

Jimin no supo cómo no había podido detenerlo, o en qué momento se había perdido en sus pensamientos, solo pudo escuchar el fuerte sonido de algo romperse. Yoon le había dado un golpe seco en la cara al joven alfa.

– ¡Yoongi! –chillo cuando el segundo golpe fue a dar al menor, quien parecía perdido entre sus pensamientos, viendo el suelo y dejando que las gotas de sangre que salía de su labio cayeran.

No pensó bien cuando se puso en medio de ambos, impidiendo que Yoongi continuara. O al menos eso pensó. Un golpe en su pómulo llegó, fuerte y crudo. Gimió de dolor, un jadeo abandonó sus labios cuando tocó la zona, miró a Yoongi directo a los ojos, viendo como el gris de estos volvía al tono marrón de siempre.

–Oh mierda, Jimin –Yoongi no dudó un segundo más en tomarlo entre sus brazos, secando las lágrimas de las mejillas del omega– Lo siento, lo siento –repetía una y otra vez, sintiendo sus propios ojos picar– No iba a ti, te lo juro –el menor acarició su espalda, sonriéndole. Yoongi estaba llorando de nuevo.

–Tranquilo, no duele –mentira.

–No mientas, el lobo tomó el control de la situación y yo... Yo no te vi... No era yo, te lo juro que no era yo –hablaba rápido, estaba nervioso– No quise golpearte, bebé –la mano de Yoon fue a su pómulo, tocándolo por encima, recibiendo un jadeo de Jimin.

–El hielo aliviará todo, –susurró, tomando sus mejillas y besando la punta de la nariz– No llores, estoy bien... –siseó, acariciando su cabello con amor.

Jeon estaba expectante. Ahora si estaba sintiéndose una mierda completa. Había hecho llora a su omega, había perdido la razón y la alfa de hace unos momentos estaba ahora con ella, el beta le miraba con desprecio, Yoongi le había pegado al dulce omega que siempre lo trató bien por su culpa, y ese golpe sin duda debería ir a él, no al omega pelinegro. Sin contar con que la culpa le estaba carcomiendo, va a ser papá, pero había traicionado a su omega.

Jadeó, asustado. Miedo era la palabra que lo definía. Tenía solo dieciocho años, joven, le faltaba poco para su mayoría de edad, pero no se sentía listo mentalmente para lo que venía, es decir ¡Un cachorro! Claramente no iba a dejar a su hijo solo, lo iba a cuidar y a hacerse cargo, pero tenía miedo. ¿Y si no era un buen padre? ¿Si fracasaba?

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La puerta de la habitación fue tocada tres veces, el aroma a vainilla y mil mareó por unos momentos a la alfa, quien esperaba por una respuesta.

–Quien... –era una voz lenta, quebrada.

–Soy yo, Yadi –rascó su nuca, esperando por un pase a su habitación. Si la omega no la dejaba entrar, lo entendería, estaba encinta y si corrompía en su nido, la menor iba a caer en una completa depresión– Pasa.

La alfa suspiró, aliviada. Abrió la puerta, encontrándose a la menor sentada en el borde de su cama, sus manos apoyadas en los laterales de sus muslos, dejando que sus piernas quedaran alzadas. Su mayor suspiró, yendo a donde estaba ella, tomando sus manos y besando estas.