Habían dado inicio a las vacaciones de invierno. Habían pasado dos semanas desde la última vez que pisó el instituto, y había pasado todo este tiempo en casa, sola. Lamentablemente la carrera de Yoon había decidido que no era buena idea darles vacaciones, estaban demasiado atrasados en cuanto material, por lo que, en comunidad, decidieron que la facultad de Yoon no iba a dejar que fueran a vacaciones. Lo que también incluía a Jimin. La menor pasaba horas sola, puesto que Jeon se había fracturado el brazo no tenía mucho tiempo ni tampoco estaba de ánimos para ir a verla. Ella muchas veces le dijo que su brazo no era problema, que podían simplemente acurrucarse y ver películas, que el brazo no era impedimento para ellos. Pero Jeon se negaba y acababa enojándose.
La marca era reciente, por lo que la necesidad de ambos por estar uno al lado del otro era mayor. La menor intentaba, de verdad que lo hacía, tratar de pasar más tiempo junto a su pareja, pero cada que lo llamaba Jungkook estaba ocupado, si iba a su casa no estaba, si le hablaba por mensaje le contestaba tres horas después y cortante. Dolía, claro que lo hacía.
Y ahora era cuando más lo necesitaba. Su cuerpo estaba extraño últimamente, estaba constantemente con vómitos y nauseas por cada comida que pusieran en frente de su nariz, su olfato estaba más fuerte que antes y ella misma podía sentir como el aroma dulce de su omega estaba más poderoso. Era tedioso estar con neutralizadores cada vez que tenía que salir siquiera a comprar al mercado porque los alfas y betas miraban como si fuera un premio, un trozo de carne. Y más cuando no sentían el aroma de Jungkook sobre ella y veían la marca mal cuidada.
Necesitaba a su alfa, pero este parecía estar en su mundo.
Hundió más su nariz en las ropas negras de Jeon, tratando de aspirar más el aroma del café que casi se desvanece, revolviéndose entre las ropas. Gime con gusto cuando encuentra un punto donde el aroma es fuerte. Restriega su cuello, donde la marca enferma está, perfumándola. Sonríe gustosa.
No había dejado que nadie se acercara a su habitación, Yoon se había visto en la obligación de dormir con Jimin en su casa, iba durante las tardes a verla para preguntar cómo estaba. El fuerte aroma a miel y vainilla era demasiado abrumador para el perfecto olfato del alfa. No podía pasar más de media hora sin sentir náuseas y un terrible dolor de cabeza, el aroma lo mareaba y enfermaba. Siempre amó el aroma de su hermanita, pero en esos momentos lo que menos quería era tenerla cerca.
Jimin, por otro lado, sí podía estar más tiempo con ella. Él era el enviado de Yoon y quien estaba con ella durante las tardes, llevándole comida, algunas ropas que conseguía con Hye de Jeon y dulces. Sí, últimamente no había dejado de pedir dulces; entre esos, sus favoritos, los mochis, macarrones dulces, entre otros. Y Jimin no se negaba a comprarle algunos.
Aunque había algo que estaba odiando. Su barriga había comenzado a crecer, ahora tenía un pequeño bolo en su vientre. Había engordado, y sabía que Jeon no iba a estar contento con eso.
No había estado ejercitándose como de costumbre, y no es que vaya al gimnasio o algo por el estilo, asistía con Jimin a clases de baile y hacía ejercicio con ello, pero ahora no hacía más que dormir, comer y vomitar. Era triste.
La puerta fue tocada dos veces. MiSuk se puso en alerta, gruñendo en dirección de la puerta y cubriendo, instintivamente su vientre. No estaba segura del porqué, su cuerpo reaccionaba de manera automática a protegerlo, como si hubiera algo ahí. Y por mucho que hablara con su omega, esta no soltaba una sola palabra de lo que estaba pasando.
Era molesto.
–Quien –gruñó.
Su nariz se alzó, agudizándola para poder oler el dulce aroma a piña. Sonrió, viendo como la puerta de su habitación se abría, dejando ver al lindo beta entrar. KyungSoo había estado en contacto con el hermano y amigo de su menor, sabía que ella no estaba bien, y él estaba ahí hoy para sacar de dudas a todos.
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Nuestro mundo, uno solo | Jeon Jungkook [COMPLETA]
FanficNo pensó que un celo cualquiera la llevaría al borde de la colina Enfrentando tormenta, dolores y el amor más hermoso que nunca imaginó, una fantasía que solo vivió en su cabeza haciéndose realidad. Pero... No todo es color de rosa, ¿Verdad? -Tempo...