Sus ojos se abrieron lentamente, buscando con su mirada la hora en su teléfono. Las seis eran marcadas con el brillo en sus ojos molestando ¿Qué demonios pasaba? Y de nuevo, la molesta canción de su tono de llamada.
Con pereza se sentó en la cama, tomando el teléfono en sus manos, pasando una por su cara tratando de despertar, solo entonces pudo ver el nombre en la pantalla, frunciendo de inmediato su ceño cuando leyó el nombre de Jessica en su pantalla.
¿Cuándo la había agendado?
Bufó y cortó, pero esta volvió a llamar de nuevo, contestó con molestia.
–Estoy de jodidas vacaciones, que quieres.
–Buenos días para ti también.
–Dime rápido qué quieres, estaba durmiendo ¡Son las jodidas seis de la mañana, Jessica! –el tono molesto en su voz hizo su menor removerse en las sabanas. Se puso de pie ni bien lo notó, besando su frente y abandonando la habitación.
–Lo sé, la misma hora que agendé para un vuelo a JeJu, Jeon.
Y su sistema dejó de responder.
¿Cómo que venía a JeJu? Nadie sabía mucho sobre eso, era un viaje planeado de un día para otro, apareciendo de la nada y llevándose a cabo del mismo modo. Solo sus amigos cercanos lo sabían. Era curioso, juraría no haberle dicho a nadie más y, aun así, Jessica estaba al tanto.
–No, no hace falta.
–Claro que sí, te di la posibilidad de arreglar las cosas a la fácil y decidiste llevar a tu omega de vacaciones ¿Qué te dije de los juegos sucios, Jungkookie?
–Mierda, dame tiempo –jadeó pesado, sentía como el aire estaba escapando de sus pulmones.
–Te doy un día más, Jeon.
–Eran dos semanas.
–Un día, o la pagará alguno de tus amigos.
La garganta de Jeon se secó por un momento, no podía creer que la linda, tierna y dulce beta estaba siendo la misma que hablaba con él por teléfono. Esta no era la Jessica que alguna vez conoció.
–Bien.
–Perfecto, cancelaré el vuelo, pero quedas advertido.
–Sí.
–Adiós, amor... –canturreó, irritando a Jeon y dándole miedo lo que era choca era capaz de hacer.
Terminó la llamada, lanzando su teléfono sobre el sofá, dejándose caer en este mismo, cubriendo sus lamentos y jadeos lastimeros con su mano, las lágrimas bajando por sus mejillas. No sabía qué hacer, no quería lastimarla, no sabiendo que estaba enamorado, destinados. La amaba, mierda que lo hacía, pero no quería ponerla en riesgo, mucho menos ahora que el fruto de ambos estaba en juego. No quería herirla, sabía que, si la dejaba, era propensa a morir de depresión, y literal.
Tenía miedo, mucho miedo.
|. . .|
Su mirada viajó desde los hermosos y bien decorados platos hasta su menor, quien estaba en el umbral de la puerta de su habitación compartida, soñolienta. Su cabello despeinado, sus ropas mal puestas y con su pancita dejándose ver entre las ropas. Su mano derecha buscaba despertar a su ojo con pesadez, bostezando.
Jeon rió.
–Buenos días –saludó con ánimos, dejando la fruta de lado para ir donde su menor, besando sus labios tiernamente.
–Buenos días... ¿Qué hora es? –preguntó bajo, aun con su voz medianamente ronca.
–Son las nueve, temprano –torció su boca, mientras la menor vivió con él jamás se despertó antes de las once– ¿Qué haces despierta a esta hora, corazón?
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Nuestro mundo, uno solo | Jeon Jungkook [COMPLETA]
FanfictionNo pensó que un celo cualquiera la llevaría al borde de la colina Enfrentando tormenta, dolores y el amor más hermoso que nunca imaginó, una fantasía que solo vivió en su cabeza haciéndose realidad. Pero... No todo es color de rosa, ¿Verdad? -Tempo...