Sus ojos divagaban rápido por toda su cara, buscando una pizca de lo que pasaba en esos momentos por su cabeza, un atisbo de lo que quería decir. Pero ella estaba muda, viendo el anillo, subiendo su mirada a los ojos de Jeon, bajando de nuevo y así una secuencia que comenzaba a marear mucho al joven pelinegro.
El alfa estaba ansioso, buscando una pequeña, casi nada, una mínima respuesta positiva en su mirada.
– ¿Mi... Suk? –la menor parecía perdida en sus pensamientos, divagando sola– ¿Qué pasa? ¿Por qué no contestas?
Y ciertamente la menor estaba en un lago de nunca acabar de pensamientos, dudando de todo esto. Es que no había sentido, no estaba completamente fuera de sí como para no saber que esto estaba siendo una completa locura, no llevaban más de un mes de conocerse, de aquel incidente en el baño, y aun así el chico estaba de rodillas pidiéndole algo que, para cualquiera, era precipitado.
Pero es que el alfa estaba, en esos momentos, escuchando como el lobo de su pecho gruñía en busca de que la menor dijera "Sí". El lobo interno ya la había marcado como suya, era su maldita omega.
–Jungkook...
Y calló, mordiendo de nuevo su labio, buscando en la mirada del chico si acaso era una mala broma.
–Te puedo jurar, MiSuk, por lo que más quiero que todo es cierto. –el alfa interno de Jeon rasguñó su interior con rudeza, obligándolo a hablar– No sé cómo, cuándo ni porqué, pero últimamente no sales de mi cabeza, mi lobo reclama tu aroma con fuerza diariamente, me gruñe si no le doy lo que pide. Me gustas, de verdad que lo haces, y te juro que, por muy patán que he sido contigo, todo lo que te estoy diciendo ahora es cierto. Completamente cierto –el alfa suspiró.
Una sonrisa, hermosa, apareció en los labios de la menor, quien tomó la mano de Jeon, ayudándolo a ponerse de pie antes de abrazarlo por el cuello, ocultándose en este mismo. El aroma que estaba emanando Jeon era su favorito sin duda.
–Sí, sí quiero, alfa tonto –la menor susurró, sonriendo en su cuello y sintiendo el calor por sus mejillas. El embriagante aroma a café le hacía delirar.
–No sabes lo feliz que soy... –el susurro, tierno y bajo, hizo sonreír aún más a la menor, quien había soltado sin querer sus feromonas.
–Y tú no sabes lo feliz que me haces.
La menor se separó, sintiendo un tierno beso en su mejilla, ella acercó sus labios para unirlos en un dulce y tierno beso, donde Jeon tomó posesión de sus caderas con sus brazos. Tan tierno.
–Te quiero mucho.
–Y yo a ti, baboso.
Volvieron a esconderse de nuevo en un lindo y cálido abrazo, ocultando sus caras en el cuello contrario, aspirando el aroma que ambos tenían y, que, sin querer, habían logrado combinar tan malditamente bien que se hacía más adicto. El dulce aroma a vainilla y miel era completamente perfecto junto al café de Jeon.
–No sabía que podías llegar a ser tan dulce... –susurró la menor, apoyando su barbilla en el hombro del pelinegro.
–Tae me ayudó con algunas cosas.
–Les quedó divino –sonrió, viendo la decoración de la zona– ¿Dónde está el ahora? Me gustaría darle las gracias y felicitar su trabajo. Es realmente dulce.
–Está con Gguk, tienen una especie de cita hoy –se encogió de hombros.
–Cuando lo veas le dices.
–Sí.
Pasaron minutos, hasta que el anaranjado del cielo avisó lo tarde que era, para que la pareja se separara del contrario. Una plática amena, dulces besos y tiernos cumplidos habían completado la dulce cita de ese día. La menor caminó con Jeon de su mano hasta la hermosa, y al mismo tiempo tenebrosa, crb300r que estaba aparcada a una orilla de la acera.
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Nuestro mundo, uno solo | Jeon Jungkook [COMPLETA]
FanficNo pensó que un celo cualquiera la llevaría al borde de la colina Enfrentando tormenta, dolores y el amor más hermoso que nunca imaginó, una fantasía que solo vivió en su cabeza haciéndose realidad. Pero... No todo es color de rosa, ¿Verdad? -Tempo...