Only for You [Eunhae] [Yewook] (Mpreg)

Capítulo 26

Jongwoon Miller: de príncipe a asesor

Parte III

El joven pelinegro se encontraba ansioso, hace aproximadamente un mes salió de la casa de sus padres adoptivos en busca de esa gran oportunidad, había rogado al cielo porque tan pronto tomara la carrosa de Trowbridge a Worcestershire su destino le sorprendiera con el anhelo que había estado buscando. Para su desgracia, los teatros y óperas en Worcestershire ya habían terminado sus audiciones

Resignado, el príncipe tomó otra ruta hacia Suffolk el mismo día, tenía tantas ganas de perseguir ese sueño que no se quedaría con las ganas de haberlo siquiera intentado; su suerte parecía estar maldita, ya que al llegar a su nuevo destino encontró que el teatro había cerrado por remodelación. Frustrado, rentó un caballo -que le salía más barato- por cinco monedas de oro para tomar un nuevo destino

Más que por ansias de seguir su sueño, era la desesperación de que mamá Katelyn volviera a recaer. No era sencillo, en cada lugar que pisaba necesitaba comida, para lo cual tenía que desembolsar cerca de dos o tres monedas de oro, las carrosas para transportarse tenían la tarifa de cinco a diez monedas dependiendo la distancia que recorría. El agua, la fruta, los zapatos, su derecho a presentarse y la ropa nueva que tuvo que comprarse para la audición lo habían hecho gastar medio saco de monedas; ahora, lo primordial era conseguir urgentemente el dinero, de lo contrario regresaría a su casa con la cabeza agachada, con el sueño truncado y sin un peso en los bolsillos

Ahora se encontraba en el ducado de Cambridge, esperando que los jueces le dieran la oportunidad de pasar a audicionar; él, junto con otros más concursantes que seguían trataban de sobrevivir ante la horrible desafinación de la chica que ahora mismo se encontraba concursando. ¿Cómo la dejaban participar? No tenía idea, pero los jueces parecían disimular muy bien que no les gustaba cómo cantaba. Tratando de ser lo más discreto posible, escuchaba con atención al grupo de amigos que se encontraban detrás suyo

-Sigo sin comprender cómo es que la hija del director de opera está concursando con nosotros, se nota que el canto no es lo suyo -Protestó un chico pelirrojo, que por cómo escuchaba anteriormente que le hablaban, decía llamarse Woobin

-Dímelo a mí, he estado esperando por esta oportunidad muchos más años que los segundos que ella va a tardar en ser aceptada -Murmuró la chica de nombre Krystal -Canta horrible y les juro por mi madre que esa tipa estará dentro más rápido que la velocidad de la luz -Refutó

-Ya sé -Musitó su amiga, de nombre Shinhye -a veces quisiera venir y arrastrarla por los cabellos -Bufó, posó sus codos sobre sus rodillas e inclinó su torso, tomando su cabeza entre sus manos

Discretamente y sin dejar de prestar atención a lo que los otros competidores decían, apretó los puños fuertemente. ¿Cómo podía ser posible eso? No era justo que el nepotismo se esté dando en casi todas partes del reino; no, eso no podía ser, si es que en verdad se cumplía la predicción de aquella chica podía dar por perdido ese puesto

¡Ni de joda! Batalló bastante por llegar hasta allí, tiene muchísima necesidad económica y una madre que necesitaba un tratamiento urgente como para rendirse sin siquiera haber concursado. Les demostraría a todos los jueces que él es mucho mejor que la que dice ser hija del director de la academia, es más, le enseñaría al mismísimo director del evento lo que es cantar

-¡Vamos Krys, Shin! No creo que la acepten -Trató de animar el joven a sus amigas -Dudo que el gran auditorio de ópera y canto de Cambridge quiera irse por los suelos solo por tener malos artistas como Seohyun Beckham -Espetó refiriéndose a la concursante en acción

-Confiaré en ti o te agarraré a escobazos saliendo de aquí -Advirtió Krystal

Finalmente, después de que la tortura terminara, los falsos aplausos tanto del jurado como los demás participantes se hicieron resonar, siendo Jongwoon el único en no mover los brazos ni por hipocresía. Vivir en la clase baja le ha hecho darse cuenta de lo falsa que puede llegar a ser la gente cuando se lo proponía