El príncipe miraba el océano recargado en el barandal del barco, rogaba a dios visualizar la península a lo lejos lo más pronto posible para avisarle que el fin de la travesía había terminado. Ese día entero que no estuvo en el reino parecía no dar fin. Contaba las horas, los minutos y hasta los segundos para verlo a él, a su amado Hae. Apenas llevaba veinticuatro horas lejos de él y sentía que era una eternidad sin besarlo y acariciarlo, sin estar con él para ver esos ojitos castaños llenos de felicidad, sin su olor tan fresco recién terminado de ducharse...
No hizo mucho en Jeju, solamente dio su discurso de bondad a los habitantes de la isla –sin mencionarles que se retiraría de la realeza– para después ordenar a sus marineros se encargaran de repartir de manera equitativa lo que llevaba. El duque Kim WooBin le había invitado a pasar la noche en su casa, claro que se negó argumentando que no podía, que llegando al reino tendría asuntos "importantes" que hacer, cuando realmente era por dos cosas: una, no quería ver a HyunA; otra: si se quedaba lo más probable era que estaría regresando al día siguiente al palacio, obviamente eso no quería
Suspiró mirando al cielo, a pesar de que debía encontrarse feliz por tener su baja definitiva de la realeza una parte de él no lo estaba, sentía una daga en el corazón que le apretaba las arterias impidiendo el bombardeo de la sangre hacia su corazón. Algo andaba mal, pero, ¿Qué era? No recordaba haber dejado algún pendiente antes de partir a su último deber, las cosas en el reino fluían de lo más armonioso posible a pesar de su ruptura con el príncipe Fleming. Tal vez era la depresión por no poder ver a Hae por un día entero... Sí, eso debe ser
—Veo que su alteza real está pensativo —Murmuró Yunho llegando a su lado sacándolo de la burbuja de dudas en la que se encontraba—¿Todo bien? ¿Puedo saber qué es lo que le pone así?
—Si, todo bien ahora que puedo ser feliz —Musitó el rubio con una sonrisa viendo a su asesor —No sabes cuán dichoso me siento en este momento que tengo ganas de gritarlo a los cuatro vientos —Extendió sus brazos hacia los lados, permitiendo que el are golpeara su cara
—No quiero ser un entrometido pero, ¿Está seguro de esto, su alteza? —Cuestionó de manera estupefacta el asesor, el día anterior que su asesorado le mencionó que renunciaría al trono le pareció un buen chiste, ahora que confirmaba que era real simplemente le parecía algo irónico. Ningún príncipe se atrevería a hacer eso en su sano juicio, Hyukjae era el primer y quizás único heredero legítimo que renunciaba a la corona real por ir detrás de un simple plebeyo —¿Piensa dejar a su hermano a cargo del reino?
—Creo que ya fui lo suficientemente claro contigo ayer, Yunho —Espetó lo más amable que pudo volviendo sus brazos a su posición normal —Tengo la oportunidad de hacer mi vida con quien yo en verdad amo, puedo ser feliz sin restricción alguna a partir de este momento...
—Alteza, no como asesor, sino como su amigo le recomiendo que lo piense mejor —Insistió el mayor —Entiendo que esté enamorado de ese joven como jamás lo ha estado, ¿No cree que el gusto se le pasará lo más pronto posible? ¿En verdad no siente que se está apresurando demasiado? —Un bufido se escuchó de parte del rubio. Cómo odiaba que dudaran de su capacidad
—Yunho, el amor verdadero es eterno, así tengas un esposo las cosas no cambiarán, si el amor cambia de persona a persona es porque tal vez a quien creías tu amor verdadero no lo era del todo —Bajó la mirada al océano —Hay personas con las que estás destinado a conocerte, sin embargo eso no significa que vayan a terminar juntos
—Si es lo que piensa, ¿Por qué está tan seguro de que el joven Hae es el amor de su vida definitivo? Puede que sea solo un pasajero en la misma —Inquirió
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Only for You [Eunhae] [Yewook] (Mpreg)
RandomNuestra historia se remonta al año de 1540, donde la época de las monarquías se basaba en reyes, príncipes y plebeyos Choi Hyukjae, príncipe de la península coreana, hijo de su majestad Choi Siwon y Choi Heechul, es un joven carismático, encantado...