La tarde paso sin más, al señorito no le quedó de otra que admitir que la comida de Joyse, es una maravilla. Sin embargo, luego de almorzar, me encontre esperando pasar más tiempo con él, pero después de traerme a casa de Anto, no ha vuelto a dar señales de vida.
Los dias siguen su curso normal, he encontrado un empleo de medio tiempo en un antro, no es mucho, pero me ayuda a sobrevivir, mañana iré nueva vez a la editorial, ya qué mi libro es cada vez más exitoso y sin embargo yo aun sigo sin obtener ningún centavo.
Como ya dije, el señorito no ha vuelto a dar señales de vida, el sentimiento de añoranza me molesta, odio sentirme tan atraida por un ser tan frívolo como lo es él. Pero Dios, nos hemos visto cuantas veces, ¿dos o tres? Me reprocho el ser tan estupida, si hasta parezco una adolescente hormonal. Los sentimientos no son lo mío, ya confie una vez y termine exiliada de mi tierra, todo lo relacionado con sentimentalismos, quedó enterrado por allá, junto a mi antigua vida.
Me apresuro a limpiar las mesas, el local ya casi abre sus puertas y por estar pendiente a esos impactantes ojos azules, otra vez me ha cogido la hora.
Al poco tiempo el lugar empieza a llenarse de caras estiradas, chicos que se escapan a pasar un rato lejos de su adinerada familia, una que otra chica prepotente y no se quedan los hombres que vienen en busca otros tipos de entretenimientos, los cuáles no son proporcionados por el lugar, si no más bien, por algunas compañeras que estan dispuestas por un poco de dinero extra.
Debo admitir que muchas de las personas que vienen son simpáticas, he tenido que cargar con uno que otro borracho y por lo tanto escuchar sus historias, y cabe decir, que se quejan por nada. Claro, lo que es una pequeñez para mí, puede ser algo grande para ti. pero venga, que cuando te vez en mi posición que aveces no tengo que comer, el hecho de que el tacón que combinaba con tal vestido se haya estropeado, no significa el fin del mundo.
Hoy va a ser un dia de especial rebuelo en todo el lugar, pues una famosa modelo se encuentra de cumpleaños y sus amigas han decidido venir a celebrarlo justo aquí. Medio club esta reservado para el acontecimiento.
Ya tienen preparado y lo que más me estraña de los que ya se encuentran en el lugar para celebrar la fiesta, es que no parecen de las mismas clases sociales, Algunas de las chicas se ven muy refinadas, mietras las demás, parecen más de mi entorno.
Pero a todos se les nota que le tienen un gran aprecio a la cumpleañera, pues todos están muy esmerados haciendo todos los arreglos por sí mismos y no creo que sea por falta de dinero para pagar un decorador.
(...)
El lugar está al rebentar y la antes mencionada fiesta, está en su mejor momento. Aunque, la homenajeada ha brillado por su ausencia, su retraso es más que evidente.
De repente los chicas hacen silencio, por que sí, sus risas y chillidos se escuchan por encima de la música. Todas fijan la vista hacia la puerta, mejor dicho hacia la pareja que la viene atravesando. Lo primero que veo es a la despampanante pelinegra, todo en esa chica es hermoso y llamativo, la miro de arriba a abajo. Su porte es imponente, sin embargo carece de cualquier aire de prepotencia, claro, eso es lo que se puede ver a simple vista, pero la chica posee esa mirada llena de amabilidad, de esas que te invitan a querer ser su amiga.
Despego los ojos de la chica y me digno a mirar a su acompañante, al dar con su cara, mi mandíbula cae al suelo, de todos los lugares a los que puede asistir el señorito, tenia que venir precisamente a éste, y nada menos que del brazo de semejante preciosidad.
Me parece una muy mala broma del destino, me apresuro a quitar los ojos de encima de la pareja y seguir con mi trabajo antes de que me llamen la atencion.
-Mely, dice Maylon que hay que reforzar el area de la fiesta. ¿Vamos?- ruedo los ojos ante su tono de suplica, es obvio que tengo que ir a servirle al señorito y a su novia. "Dios ¿es que acaso me odias?" .
Maldigo para mis adentro, pues Lulú no tiene la culpa, ella nisiquiera se imagina los problemas que tuve con el señorito y mucho menos puede saber que me gusta hasta rabiar, así que es claro que no lo hace adrede.
-Claro, más propinas- finjo mi mejor sonrrisa, tomo mi libreta y me dispongo a seguirla hacia los VIP.
Nos abrimos paso y vamos preguntando y anotando los pedidos, sin siquiera darme cuenta me encuentro en frente del sillón que ocupan el señorito y la cumpleañera, no ha reparado en mí y la idea de darme la vuelta y decirle a Lulú que continúe por ese lado me llega como un rayo de luz, pero muy tarde Steven alza la mirada y nuestros ojos chocan, su semblante es de sorpresa, pero rapidamente cambia a su abitual semblante aburrido.
Carraspeo.
-Que van a ordenar señores- el vuelve a levantar la vista mirándome con aún más confusión, sé que quiere decir algo, pero al parecer no quiere hacerlo delante de su acompañante.
-Trae champán. Para todos, brindaremos por mi novia, y algo fuerte para mí, que sea una botella- Me dice en tono neutral, casi enojado.
Anoto el pedido y me giro para ir a por sus ordenes, noto que no hay suficientes botellas en la barra, así que me dirijo hacia el almacén para buscar más, entro y tomo una caja de botellas, las levanto con dificultad y salgo del cuartucho, una vez afuera las dejo en el piso para colocar la cerradura, pero una grandes manos me toman por los hombros y me giran bruscamente.
Me impacto al ver al señorito con los ojos inyectados de ira y apretando la mandíbula, justo igual que el día en que lo conocí.
-Entonces sí eras una prostituta después de todo- fue una afirmación.
-Te informo que algunas personas tenemos que trabajar para subsistir.
-Entonces lo admites-
-Idiota, soy camarera, no hay nada de malo en eso-
-Todos saben que las camareras de este lugar, tienen trabajo doble, y eso querida, te hace una prostituta-
Su rostro casi gira 180°, por el impacto de mi mano en su mejilla.
-Yo no soy una de ellas imbécil- su cara es monótona, no expresa nada, si no viera su mejilla colorada, pensaría que me lo estaba imaginando.Sus manos rodearon mi cuerpo y empujo la puerta a mis espalda por encima de mí, empujadondome adentro.
Sentí mi espalda chocar fuertemente con en la pared, pero el impacto paso a segundo lugar al sentir sus labios sobre los míos.
Chicas, nuevo capítulo. Que lo disfruten.
Besos.
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seduciendo mi inspiración.
Random-señorita, es usted conocedora de la justicia?- -por supuesto señor- -haaa, y digame. ¿es usted prostituta?- -¡NOOOO! como se atreve a...- -y si es usted conocedora de la justicia y nisiquiera es prostituta, porque demonios le ha hecho pensar a med...