cap 8

394 23 6
                                    

  No supe cómo reaccionar, pero decidí hacer lo primero que mí cuerpo pidió, seguir el beso. Claro que solo por unos segundos, justo los que mí cerebro tardó en asimilar que estaba encerrada con el novio de otra chica en la bodega de mí trabajo, y que por si fuera poco, el antes mencionado cree ciegamente que soy una prostituta.

Abrí y cerré los ojos repetidas veces, nosé si era porque estaba sintiendo lo más placentero que hubiese sentido en años, o porque el señorito estuviera bueno de más, pero decidí darle larga otros cinco segundo ... Nada malo podría pasar.

-Melek, abre la puerta- claro que algo así podría pasar, soy Melek Atzar, nose porque sigo dudando de mí mala suerte.

-Quitate de encima, no escuchas que mí supervisor quiere entrar? - le dije al señorito con mí mejor cara de molestia.

-Que, que supervisor?- me miró genuinamente confundido, como si hubiera estado tan absorto en el beso,  como para nisiquiera escuchar como llamaban a la puerta.

-En la puerta Stiven, están tocando la puerta, venga escondete aquí, no puedo dejar que el supervisor me vea encerrada en la bodega con un cliente-

-Ha, tienes prohibido atenderlos aquí?- me interrumpió ganándose mí más sincera mirada de odio .

-Haja como sea, entra ya- señalé el espacio debajo de la mesa, el cual quedaba cubierto por el manter.

-No creas que estropiare este traje, metiéndome entre toda esa mugre.-

- Ten por seguro que el escándalo que va armas el señor "todo lo hago perfecto" lo van a escuchar hasta la luna, así que si no quieres que la prensa y pero aún, tú novia, se den cuenta que estabas encerrado con una señorita de dudosa reputación, lo mejor que puedes hacer es mover tú precioso trasero y meterte debajo de la mesa ya!- actuó como un niño pequeño al ser reprendido, y sin mediar palabra se metió donde le hubiese indicado justo a tiempo.

- Que demonios hacías encerrada Melek, toque varias veces y terminé iendo a buscar el otro juego de llaves a la oficina, sabes que odio perder el tiempo.- Patrick hablaba sin ninguna pausa y yo no tenía nada que decir en mí defensa. Así que solte lo primero que se me vino a la mente.

- Estaba muy mareada, hoy hemos trabajado como nunca y estoy agotada- Rogue al cielo para que mí cara pálida por el susto, lo convenciera de mí supuesto mareo.

-Entiendo, sé que la noche está muy pesada, pero ya falta poco, así que manos a la obra niña- lo vi tomar una caja de vobka y salir de inmediato.

Se que de seguro va pensando en la forma de deshacerse de mí, el es así, todo un hipócrita.

-Sigue en silencio, yo saldré primero y cuando escuches tres toques en la puerta, sales entendiste?-

- sii, y hazlo rápido que me estoy asfixiando- ciertamente tiene que estar súper apretado debajo de la mesa, pero se lo merece por tonto.

-Pero que esperas para salir? Cuando escuches los tres toques, es porque no hay nadie mirando, y tienes que largarte lo más rápido posible,  así que salte de ahí abajo-  me hizo caso por primera vez sin decir nada.

-Con respecto al beso yo-

-Porque lo hiciste?- mí pregunta lo tomó por sorpresa, su cara de incomodidad lo dejó claro.

-Yo la verdad nisiquiera lo sé, es solo que eres hermosa y-

-En que parte la palabra hermosa, rima con besame sin mí consentimiento?-

-Me disculpo por haber iniciado un beso sin tu consentimiento, pero en vista de que fue de tu total agrado, me doy por perdonado-

Rode los ojos antes su descaro, pero  en realidad el no estaba para nada alejado de la realidad.

-Repitetelo hasta que te lo creas, tres toques y sales - cambie de tema y me di la vuelta para encaminarme a la puerta, de seguro y tengo la cara como un tomate, como toda adolescentes hormonar que mí cuerpo cree que soy.

Salí de la bodega,  me asegure de que todos estuvieran entretenidos, como le dije a Stiven, toque la puerta tres veces , tome las caja que hubiese ido a buscar en un principio y me aleje de ahí.

Seguimos sirviendo shampan y whisky por doquier, el calor del lugar iba subiendo y según yo, las miradas quee dedicaba el señorito desde el costado de su novia, eran cada vez más ardientes, en las últimas diez o quince veces que he venido a la mesa y lo he visto de lo más cariñoso con su acompañante, he analizado en todas las maneras en las que debí romperle la cara o almenos patiar su entre pierna.

Fui a su mesa a rellenar las copas por enésima vez y me sorprendió escuchar su voz dirigirse hacia mí.

-cuanto nos cobrarían a mí movía y a mí, por haber un trío?- me quedé de piedra al escuchar esas palabras salir de su boca,mí  mirada viajo rápidamente al lugar de la pelinegra y me encontré con una sonrrisa espectante.

Me acerqué hacia el con mí mejor sonrrisa, posé mí rodilla en su entrepierna y hice un poco de presión para agacharme hasta llegar a su oido.

-Te dije que no soy una prostituta y si lo fuera, tú serías mí último cliente- dejé caer todo mí peso sobre la rodilla colocada en su entrepierna, y la dejé ahí durante unos largos y de seguro para el, agonizantes segundos.

Cortico, pero lo prometido es deuda.

seduciendo mi inspiración. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora