X-Men things

Warren Worthington III| 2

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Advertencia: Lenguaje, mencion de alcohol/ alcoholismo, muerte...

Warren sentía como las pequeñas gotas de lluvia traspasaban los huecos de su chaqueta de cuero, estos escurrían en su espalda y le hacían sentir escalofríos, sin embargo, eso no le interesaba en ese momento. Lo único que estaba en su cabeza era perder la consciencia con la ayuda de alguna  botella de licor.

¿Por qué? era algo muy simple, él y tú hacia algunas horas habían tenido una fuerte pelea, la razón de esta ya no la recordaba, pero al haber alcanzado un punto de quiebre no pudo volver atrás.

  Warren estaba parado en frente de ti con el ceño fruncido y con sus manos volviéndose puños,intentaba controlar la rabia que estaba creciendo dentro de él, no quería decir algo de lo que sabría se arrepentiría después.

Sus rizos rubios caían en frente de sus ojos, él los aparto rápidamente y respiro profundo mientras lo hacia; se sentó en uno de los muebles, sus alas estaban presionadas cuidadosamente contra el respaldo, y simplemente dirigió su atención a otro lado, haciendo caso omiso a todo el sermón que le estabas propinando.

  — ¿¡Si quiera te importa lo que te estoy diciendo!? — preguntaste exasperada, tirando una de sus camisetas hacia él, esta cayo en su pecho y resbalo sin el mayor problema.

  — Siendo honestos...no.—  Warren se giro a verte  por un instante, sus ojos azules encontrándose con los tuyos.

Cruzaste tus brazos sobre tu pecho en señal de indignación y reíste amargadamente. No podías creerlo, este hombre podía llegar a ser un verdadero dolor de cabeza. — Eres un maldito idiota.— soltaste, moviendo la cabeza hacia un lado ligeramente.

  — ¿Disculpa?—  Warren se levanto de su asiento y fue hacia a ti lentamente, plantándose en frente de ti nuevamente.

 — ¡Lo que escuchaste, Warren!— gritaste en su cara, empujándolo, pero él no se movió de su sitio. — ¿Tienes alguna idea de por que te estoy diciendo esto?, ¡ya van tres jodidas noches en las cuales no sé nada de ti y de la nada regresas con varias herida y apestando a alcohol!— tu garganta ardía por forzarla tanto, pero en ese momento no te importaba en lo absoluto. 

El recuerdo de encontrarlo tumbado en la puerta de enfrente inconsciente te vino  a lamente, no te hubieses enterado que se encontraba ahí si no hubiese sido gracias a la ayuda de uno de tus vecinos.

 —Creo que tienes una paloma muerta en la entrada.— dijo tratando de aligerar el ambiente. Ese era unos de los pocos que conocía de tu relación con el chico por el vecindario, Warren tuvo suerte de que no fuera uno anti-mutantes, lo hubieran erradicado de inmediato.

Lo miraste confundida antes de que él señalara aun lado, justo al lado de la maceta estaba Warren; dormido boca abajo, utilizando sus antebrazos como almohadas. Pasaste tu mano por tu cara sin saber como reaccionar, preferías no mostrar tu frustración con otras personas que no fueran el chico alado.

Abrió la boca para refutar, pero no se le ocurrió nada, era cierto lo que le reprochabas y nada de lo que dijera seria valido. 

  — Lamento no ser perfecto...— murmuro sarcástico por debajo, esperando que él hubiese sido el único que haya escuchado. 

  — Si por perfecto te refieres a ser un asqueroso alcohólico, creo que no tienes que preocuparte por eso, felicidades lo has conseguido.—  le sonreíste falsamente.— Siempre me enamoro de lo peor....

Warren se mordió el labio y movió la pierna para apartar el impulso de decir algo incorrecto, pero no pudo.— ¿Es en serio? — dijo extrañamente calmado, asintiendo con su cabeza y riendo un poco.— Sabes lo difícil que es recaer y sabes por todas las mierdas por las que tenido que pasar con el trabajo que tengo, ¡he visto gente morir y otros que han tratado de asesinarnos!— su voz se alzaba con cada frase.— ¿¡Crees que me alegra terminar durmiendo en las calles?, ¿crees que me gusta la idea de no volver contigo!?— Warren dio un par de pasos, acorralándote contra un pared.

  — Estoy jodidamente aterrado de no regresar contigo, ¿pero adivina que? no quería preocuparte más de lo que ya estabas...—  sus palabras estaban llenas de ira, él ya no alzaba la voz, pero la seriedad en su rostro era una clara señal de que estaba furioso. Él se aparto de ti al terminar de hablar, yéndose de la casa sin decir una palabra más.