Scott Summers| 2

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Todo fue absolutamente normal desde el momento de despertarse hasta ahora. Niños corriendo por los pasillos, maestros diciéndoles que se detuvieran, otros maestros dándole la espalada a la situación y esperando que otro se hiciese cargo, algo normal en las escuelas convencionales.

Scott Summers paso de largo a un par de chicos que corrían de quien sabe quien con una mochila abierta y esparciendo su contenido por donde pasaban, al escuchar como una chica les gritaba que regresaban y que cuando los tuviera en frente tendría una charla con sus antepasado gracias al golpe que les daría, cruzo el corredor y los perdió de vista, ese cuento se los sabía de memoria.

Reajusto su mochila al hombro y dio un largo y sonoro suspiro, en frente de él estaba la puerta de la clase de química, como odiaba esa clase, una maestra odiosa y petulante, junto con sus compañeros que eran casi tan agradables como tener una migraña.

Al entrar la puerta se abrió un rechinido, toda la clase se volteo a ver quién era el intruso y de un momento a otro casi sesenta pares de ojos estuvieron sobre él, estos no mostraban emoción alguna, pareciendo desconectados, pero era algo comprensible...apenas eran las siete de la mañana.

-Llega tarde a la lectura, Summers.- la maestra avanzo desde el fondo del salón para ver bien a Scott. Ella cargaba una enciclopedia contra su pecho, sus uñas largas tamborileaban contra la tapa de cartón.

-Es que tuve un problemas al salir de casa, yo-

-¡No quiero escuchar más excusas, Summers!- lo interrumpió la maestra, alzando la voz una octava para opacar la del chico.- Esta es la cuarta vez en lo que va el mes, una más y está suspendido,- lo miro directo a los ojos.- ¿quedo claro?

Scott pasó la lengua por sus dientes, esta era la primera molestia del día.- Perfectamente...

Scott paso por el lado de la maestra y tomo asiento en una de las mesas de atrás, pequeñas risas burlonas se escuchaban en lo que él pasaba, pero al sentarse una persona fue la que mostró empatía por él.- ¿Otra vez lo de tus ojos?

-Si...- Scott murmuro dejando caer su cabeza en su mano.- Es horrible, siento que me estoy quedando ciego y que mis ojos se queman, lo peor es que sucede cuando me levanto.

-Eso es lo que pasa cuando te desvelas viendo porno, imbécil.- un chico de la mesa de alado se burlo. Este se inclino un poco para poder lanzarle una bola de papel a Scott, sin embargo, lo que pudo conseguir con eso fue un pisotón por parte del compañero de mesa de Summers.

-Gracias, (t/n).- le dijo Scott en un murmuro casi inteligible.

- No hay de que, niño porno.

-Eso no da risa...

Al día continuar las cosas no fueron igual de simples que al iniciar el día, el almuerzo de la cafetería fue un verdadero asco, un pobre niño de primer año vomito todo lo que había comido en el pasillo y otro se partió la pierna. Scott se la pasó con (t/n) toda la tarde, ambos se burlaban de los idiotas y simplemente mataban el tiempo.

Al llegar la hora de la salida, (t/a) no conseguía a Scott por ningún lado, era como si hubiese desaparecido de repente. Lo busco en varios salones y nada, también pregunto por él, pero o no sabían o no les importaba o simple y llanamente no tenían ni idea de quién era.

(T/n) cerró la puerta de uno de los salones un quejido exasperado, ya quería largarse de aquel sitio, pero no podía irse sin Scott, hoy era miércoles de pizza. No dejaría pasar aquella deliciosa oportunidad.

El pasillo era callado, frió por la ausencia de estudiantes y profesores, se sentía casi fuera de lugar. (T/N) pasó sus dedos por la pared a medida que avanzaba, su mochila moviéndose al comas de sus pasos en su espalda, comenzando a sentir el peso de los libros en sus hombros.

-Déjame en paz, Travis...

Escucho a lo lejos y unos segundos más tardes un sonido metálico resonó en el pasillo, (t/n) apresuro el paso preguntándose qué rayos sucedía. Frunció el ceño ante lo que encontró...

-¿Te crees muy gracioso, eh Summers?- Travis dijo sosteniendo a Scott por el cuello de su camisa.

-Honestamente sí, no puedo creer que hayas dicho eso tu solo,- Scott sonrió burlón, en su labio superior se veía un poco de sangre seca.- ¿ya aprendiste a no ser un imbécil?

Travis hizo una mueca y justo antes de que le diera otro golpe en la cara de Scott, interviniste.- ¡Eh, Travis!- grito (t/n), acercándose a ambos chicos. Llevo el puño hacia atrás y lo estampo justo en su nariz, esto provoco que Travis se llevara ambas manos a su cara y soltara a Scott al instante.

Rápidamente (t/n) tomo a Scott de la mano y salió corriendo con él, tomando ventaja de la dolorosa situación en la que se encontraba el chico.

Al estar en la puerta de entrada vieron como Travis se acercaba furioso, resoplando de la ira por cada zancada que daba, tratando de llegar a ustedes lo antes posible.

Aunque todos sus esfuerzos fueron inútiles, Scott y (T/n) saltaron al carro del chico en lo primero que lo tuvieron en frente; en lo que aterrizaron sanos y salvos en los asientos encendieron el carro y Scott piso a fondo el acelerador, dejando a tras el colegio y con este a Travis.

-Esa estuvo cerca...- comento (t/n) sin aliento, echándose atrás en el asiento del copiloto. Su corazón latía a mil por hora y todavía la adrenalina corría por Sus venas.

-Si...- Scott añadió, mirando por un momento el retrovisor.- espero que no vuelva a ocurrir. Por cierto, hiciste lo correcto.

(T/n) se volteo a verlo confundida.- ¿A qué te refieres?

-Al romperle la nariz a Travis y sacarme de allí, te debo una...

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